Un tercio de los médicos que abandona su formación MIR son de atención primaria

Imagen de archivo de una manifestación en defensa de la sanidad pública, en Madrid.

Los propios profesionales lo señalan casi a diario: el trabajo en atención primaria es cada día más complicado. Muchos, de hecho, han colgado la bata. Algunos, incluso antes de terminar su formación. El Sindicato Médico de Granada ha echado cuentas y los resultados certifican la catástrofe: se trata de la especialidad que más médicos internos residentes (MIR) pierde. En concreto, según las cifras recogidas por el Ministerio de Sanidad en 2023 con datos a cierre de 2022 recogidos por la organización, fueron 241. Un 33,6% de los 717 profesionales que abandonaron su especialidad antes de terminarla. Dicho de otro modo: un tercio de todos los que cortaron antes de tiempo su formación iba a hacer carrera en un centro de salud.

Es uno de los problemas con los que se encuentra el que el Ministerio considera "piedra angular" del Sistema Nacional de Salud. Cada vez hay menos facultativos que quieren dedicarse a esto. Según el informe del sindicato, publicado este lunes, entre 2017 y 2022 —es decir, en sólo cinco años— ha habido 225 personas que han renunciado a la plaza adjudicada. El último año fueron 29. Y no sólo eso: en 2023 quedaron sin adjudicar 131 plazas formativas ofrecidas en el MIR. Un año antes eran 93.

Aun así, por porcentaje no es la especialidad que más pierde. Y es que son un 2% los médicos de primaria que abandonaron su formación hace un año. Se dieron cifras más altas en, destaca el sindicato, Medicina del Trabajo (donde abandonaron 41, el 11% de los 370 que se formaban en ella), Cirugía Cardiovascular (se fueron 12 de 115, el 10,4%) o Medicina Preventiva y Salud Pública (que perdió 35 futuros especialistas, el 8,9% de 391).

Los porqués los explican ellos mismos. Una encuesta publicada por la Organización Médica Colegial en 2019 revelaba que un 36,6% de los médicos de primaria estaba "insatisfecho" con su trabajo. Otro 9,2% iba un poco más allá y decía estar "muy insatisfecho". Otra realizada por el Colegio de Médicos de Madrid cifró en hasta un 92% el porcentaje de facultativos que declaró haber sentido agotamiento emocional en su trabajo, el 86% despersonalización y el 73% una baja realización personal. Un informe llevado a cabo en 54 centros de salud de Navarra señaló que un 40% de ellos tenía el síndrome de burnout, o trabajador quemado. Y la lista podría continuar.

La organización denuncia en esta línea que no hay ni "estabilidad" ni "buenas condiciones laborales y retributivas". Y que sin eso, da igual que las pazas MIR, como ocurre en el caso de Medicina Familiar y Comunitaria, batan récord tras récord. También porque, lamenta el sindicato, hay un "creciente número de especialistas españoles que están saliendo de nuestras fronteras, buscando un puesto de trabajo digno que no encuentran hasta ahora en España". Concretamente, la Organización Médica Colegial ha expedido 4.614 certificados de idoneidad a 2.769 médicos para salir de España en 2022, 10,5% más que un año antes.

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En este sentido, el Ministerio de Sanidad acordó la semana pasada en un pleno monográfico del Consejo Interterritorial de Salud revisar los criterios de acreditación de las plazas de Formación Sanitaria Especializada, lo que podría aumentar el número de plazas MIR que se convocan cada año. Aun así, el Sindicato Médico de Granada es claro: no sirve de nada formar cada vez más médicos si no se garantizan, después, condiciones laborales que consigan retenerlos en los puestos. Por eso también el Gobierno pactó, en el mismo encuentro, avanzar en, por ejemplo, garantizar contratos fijos, limitar las agendas o, también, desburocratizar su "día a día". Según un documento de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), hasta un 30% del tiempo en consulta de los médicos de familia se destina a rellenar documentos o realizar tareas de papeleo.

Según el informe El ecosistema de la atención primaria. Una propuesta de reflexión y orientación para su actualización, publicado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), para que la atención primaria funcionase de manera correcta harían falta 5.000 médicos y 15.000 enfermeros más. El Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035 del Ministerio de Sanidad también apunta en la misma dirección. Y es claro: "Medicina Familiar y Comunitaria es la especialidad con peores pronósticos de déficit". Ahora la convocatoria de plazas anticipa que eso cambie, pero es necesario que todas se cubran y que, además, el porcentaje de abandono descienda.

No hay datos que desglosen estas últimas cifras por comunidades, pero un informe publicado hace unos días por la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) denunció que ninguna destina a atención primaria lo que debería. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que debe ser un 25% del presupuesto sanitario total, pero la que mayor cifra invierte es Andalucía, y se queda en un 18,45%.

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