Ni un titular de medios de derechas sin tuit: las fuentes de Miguel Tellado para agitar en redes sociales

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Cuando Alberto Núñez Feijóo confeccionó las candidaturas del Partido Popular para las elecciones generales, situó en puestos de salida a su núcleo duro de confianza. Un grupo de políticos de absoluta confianza con los que llevaba años trabajando en Galicia. Entre ellos estaba Pedro Puy, el que hasta ese momento había sido el portavoz de su grupo en el Parlamento de Galicia. Un hombre apreciado en su partido y fuera de él, en las formaciones de la oposición, al que supuestamente Feijóo planeaba situar al mando del PP en el Congreso para el caso de llegar a la Moncloa. Él era la cara amable.

No se estrenó. El líder conservador se quedó corto en las urnas y vio cómo Pedro Sánchez reunía una nueva mayoría para ser investido presidente. Así que hubo cambio de planes: adiós al tono conciliador; bienvenida la crispación. La nueva estrategia requería un especialista en la bronca permanente, y ahí Miguel Tellado tiene pocos rivales.

El portavoz del PP en el Congreso ha demostrado desde entonces sus cualidades. Es uno de los más duros en la sesión de control de los miércoles. Se extiende en descalificaciones en las ruedas de prensa que convoca los martes. Somete a la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, a un cuestionamiento permanente en todas las sesiones a puerta cerrada que celebran semanalmente la mesa y la junta de portavoces. Y exprime sin pudor su fundamentalismo ideológico a través de redes sociales, sobre todo en X en la que hace gala de su preferencia por los medios de la extrema derecha.

Un vistazo a su historial confirma su debilidad por El Debate, el periódico digital que dirige Bieito Rubido, exdirector de Abc y de La Voz de Galicia, históricamente dos grandes aliados mediáticos del PP. El Debate, financiado por la conservadora y religiosa Asociación Católica de Propagandistas, recuperó esta cabecera en octubre de 2021.

Este mismo jueves, tuiteaba una pieza de este periódico como fuente de autoridad para relacionar, sin ninguna prueba, el incidente de la vicepresidenta venezolana en Barajas, que la justicia española ya investigó y archivó después de constatar que no conllevó delito ni irregularidad alguna, con un hermano del presidente Pedro Sánchez. 

La estructura del tuit es muy ilustrativa porque sigue la pauta que el PP utiliza cada vez que trata de implicar al PSOE y al Gobierno con casos de corrupción: sacar conclusiones a partir de las insinuaciones de determinados medios y plantear preguntas que en sí mismas constituyen una acusación para la que la única prueba que tienen, dicen cuando se les pregunta, es que los han publicado los medios.

El Debate es, con diferencia, la cabecera preferida de Tellado. En las últimas semanas, ha recurrido a sus publicaciones para denunciar el supuesto acoso del presidente del gobierno a la prensa libre y un presunto bloqueo de la tramitación de ley en el Congreso. 

También para afirmar, de nuevo sin ninguna prueba, con el único soporte de una captura de El Debate y otra del diario Vozpópuli, que “Sánchez adjudicó dinero público para ‘los proyectos’ de su mujer” y que el hermano del presidente “tiene un inexplicable patrimonio de más de 2 millones de euros”.

El Debate es el favorito, pero no es el único. El segundo medio del que más echa mano el portavoz del PP para agitar a sus seguidores en redes sociales es The Objective, uno de los digitales preferidos por la extrema derecha. En los últimos meses, lo ha citado varias veces. Para arremeter contra Armengol, que ni siquiera está citada a declarar, y mucho menos imputada, en ningún procedimiento, diciendo que “adquirió material innecesario y pagó de más por transportarlo”.

No faltan tampoco las citas a OkDiario, el medio que dirige Eduardo Inda, al que citó para pedir la dimisión de Armengol basándose en una publicación en torno a la imputación de un ex alto cargo de Puertos de Balears por un caso que, en realidad, estalló hace cuatro años.

En sus redes sociales, Tellado da muestras de su talante conciliador. Apoyándose en otro titular, esta vez del diario El Mundo, llamó “plañideras” a los manifestantes a favor de Sánchez frente a la sede de Ferraz, se refirió al presidente como “ ll Divo” y calificó al ministro de Transportes, Óscar Puente, de “hooligan número uno del Gobierno, pandillero, macarra y pelota”.

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El portavoz del PP habla también de “repugnancia” y de “náuseas” cuando se refiere al Gobierno. Llama a Sánchez “bolivariano” y tacha a Armengol de “cínica” y “victimista”. Hace pocos días, en un acto público, se refirió al presidente y a su mujer como “los Kirchner de España”. Habló de un “Gobierno salvaje” y “sectario” en cuyos planes, sugirió en otro tuit, está “liberar a los presos de ETA”. 

El post en el que acusó solemnemente al Gobierno de adjudicar dinero a una empresa de la que supuestamente era accionista la esposa del presidente (el medio que lo publicó confundió la identidad de Begoña Gómez con otra persona que se llamaba igual) sigue formando parte de su historial en X:

Los ejemplos se suceden en sus publicaciones de redes sociales a partir de noticias difundidas también por medios como Abc, la cadena COPE, propiedad de los obispos católicos españoles, o El Español, que dirige Pedro J. Ramírez. Y todo esto en apenas dos meses de anotaciones.

Cuando Alberto Núñez Feijóo confeccionó las candidaturas del Partido Popular para las elecciones generales, situó en puestos de salida a su núcleo duro de confianza. Un grupo de políticos de absoluta confianza con los que llevaba años trabajando en Galicia. Entre ellos estaba Pedro Puy, el que hasta ese momento había sido el portavoz de su grupo en el Parlamento de Galicia. Un hombre apreciado en su partido y fuera de él, en las formaciones de la oposición, al que supuestamente Feijóo planeaba situar al mando del PP en el Congreso para el caso de llegar a la Moncloa. Él era la cara amable.

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