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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Una tregua para Rubalcaba

En un partido tan propenso a la ciclotimia como el PSOE, encaja en la partitura que se transite desde la ansiedad a la contenida calma en apenas pocos días. La pauta se ha vuelto a cumplir en los últimos días. El nerviosismo y la preocupación que siguieron al fiasco de Ponferrada han sido removidos por la expectación y hasta una cierta tranquilidad. Y esa es la pulsión que predomina en las alturas del PSOE en las horas previas a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, que se cita este jueves a las 16.30. La metamorfosis tiene varios porqués: la esperada reestructuración interna, la resolución de la crisis gallega, el freno impuesto por la federación andaluza y, al cabo, el convencimiento de que no conviene por ahora forzar los tiempos.

Alfredo Pérez Rubalcaba ya adelantó el lunes en Zaragoza una de las claves de la ejecutiva de hoy. Procedería, dijo, a "reforzar todas las estructuras de igualdad" del partido para prevenir por todos los medios un Ponferrada II. Pero oficializará asimismo lo que ya se venía rumiando desde una semana atrás, una transferencia de poder del número tres, Óscar López, a la número dos, Elena Valenciano. La vicesecretaria general se situará así en primera línea, asumirá las labores de coordinación y supervisión, conducirá las riendas del aparato por encima de la Secretaría de Organización, y encima servirá de puente con el grupo parlamentario. Ese refuerzo de Valenciano es, además, lo que pidió el PSOE andaluz tras la tormentosa gestión de la moción de censura en la ciudad leonesa, que López cargó en exclusiva sobre su espalda. De hecho, él mismo reconoció que siguió adelante con el plan para tumbar al alcalde del PP con los votos del acosador sexual Ismael Álvarez pese al rechazo de Valenciano y de otras dos mujeres claves en la cúpula: Purificación Causapié, secretaria de Igualdad, y Soraya Rodríguez, portavoz parlamentaria. 

Más allá del encumbramiento de Valenciano y el recorte, por la vía de los hechos, de las competencias de López, no se prevén más cambios en la dirección federal. De hecho, no es tan sencillo corregir la cúpula, ya que esta es elegida por el máximo órgano, el congreso federal. Sin embargo, sí se esperan algunas modificaciones en el grupo parlamentario, cuyo fortalecimiento reclamaban asimismo Andalucía y otros dirigentes. Es más, ahora el equipo que pilota a los socialistas en el Congreso está bajo mínimos, ya que el secretario general, Eduardo Madina, está convaleciente y el puesto del PSC, tras la dimisión de José Zaragoza, sigue vacante.

Salvo sorpresa, Rodríguez seguirá en su puesto como portavoz. Igual que Mamen Sánchez, diputada por Cádiz, y María Luisa Carcedo, parlamentaria por Asturias. Anoche, la opción que se creía más firme era que se "incorporasen una o dos personas" a la dirección del grupo. Entre ellas, se apostaba a que ingresara la valenciana Carmen Montón, portavoz de Igualdad en la Cámara baja, dato que daban ayer por bastante seguro en su federación y en su círculo más próximo. Montón está alineada con el secretario general valenciano, Ximo Puig. En algunas quinielas corría anoche el nombre de Miguel Ángel Heredia, secretario general del PSOE malagueño. Vacante seguiría quedando la plaza del PSC hasta que se resuelva el conflicto político, si bien los catalanes anhelan la vuelta de uno de los suyos, incluso de Zaragoza.

Nada estaba del todo confirmado, y varios miembros del equipo de Rubalcaba admitían "no saber nada" porque todo se estaba cocinando desde muy arriba. La incorporación de hombres y mujeres del entorno de Carme Chacón estaba descartada, incidían varias fuentes.

La "baza" de Andalucía

¿Y Rosa Aguilar? El nombre de la exalcaldesa de Córdoba (por IU) y última ministra de Medio Ambiente de José Luis Rodríguez Zapatero circuló en los últimos días como una de las candidatas a engrosar la cúpula socialista en el Congreso. Hipótesis que, según confirmaron a infoLibre varios dirigentes en Ferraz y en el entorno más íntimo de la diputada, "nunca" estuvo seriamente en pie. Una importante responsable del PSOE andaluz, no obstante, cita el nombre de Aguilar como una de las personas a las que Rubalcaba y Rodríguez deberían dar "proyección" en el Parlamento, "como lo debería tener Ramón Jáuregui". Y esa mayor "proyección", subrayaba esta fuente cercana a José Antonio Griñán, no tiene por qué traducirse en un puesto en la dirección del grupo. Es más, si Aguilar tuviera silla en la primerísima línea, debería caer Mamen Sánchez, una mujer más cercana a Manuel Chaves, hoy en las antípodas de Griñán. "Quitar a Mamen sería dar una lectura que no queremos dar para nada", explicaban en el aparato del primer territorio del PSOE. Heredia, aun siendo griñanista, goza de menos perfil público que la exalcaldesa de IU. 

Esta última reflexión engarza con el mensaje que machaconamente ha repetido el PSOE andaluz en varios foros, habida cuenta de que muchos cuadros escrutaban cualquier gesto de Griñán, también presidente federal del partido. Se resume fácilmente: Andalucía no está para líos, para guerras internas. No está, en definitiva, para desestabilizar a Rubalcaba. "Pacificar, pacificar, pacificar", glosaban en el equipo del jefe de la Junta. Los máximos responsables de la federación han trasladado con firmeza que toca apoyar al secretario general por el momento, que no hay que consumir ahora mismo "balas" como las primarias, que deberán llegar a su tiempo, para después de la Conferencia Política, programada en octubre.

Eso sí, Andalucía también ha dejado igualmente claro que no renuncia en ningún caso a "jugar su baza" cuando llegue ese momento. "No estamos en la guerra de nombres. Pero ello no quiere decir que no tengamos criterio y cuando se acerquen las primarias, lo expresaremos. Apoyaremos a quien creamos que debamos apoyar", interpretaba un alto cargo del PSOE-A. "Jugar la baza" no significa "tanto" que la federación piense en un posible aspirante que puje por el liderazgo de la lista socialista a las próximas generales. Andalucía hizo valer igualmente su peso en la tarde crítica del 8 de marzo, cuando se consumó la moción de censura en Ponferrada: entonces, varios pronunciamientos públicos de dirigentes de la máxima confianza de Griñán y una llamada de este a Rubalcaba fueron claves para forzar la rectificación, como ya relató este diario. 

Al mensaje de cerrar filas remó asimismo ayer, en una entrevista en la Ser, Zapatero. El expresidente subrayó "lo difícil" que es conducir el PSOE "en las circunstancias que tiene el país por la grave crisis". Razones por las que pidió para el partido y singularmente para su líder "el máximo respaldo"

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El pacto lacrado el martes entre Rubalcaba y el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, asfaltó también el camino tranquilo hacia la ejecutiva de hoy. Al final, tal y como adelantó infoLibre el sábado, Ferraz acepta las primarias para elegir líder, aunque con ciertas restricciones, como que en la lista que encabece cada candidato en cada agrupación aparecerá el grupo de delegados que lo apoya. Una fórmula mixta, un "experimento novedoso", como lo llamó el aparato federal, que sin embargo no ha convencido a todo el mundo en el PSdeG. 

El melón abierto con el PSC continúa abierto. Y trecho queda. Oficialmente, siguen las conversaciones, pero la negociación se enmarca dentro de la discusión del modelo territorial que habrá de culminar en Santillana II, el Consejo Territorial convocado para el verano. 

La ejecutiva de este jueves está llamada a actuar, pues, como una catarsis colectiva. Como un nuevo acto de reafirmación de Rubalcaba tras la tempestad. Como la escenificación de una nueva tregua interna en el ya accidentado liderazgo del secretario general. 

En un partido tan propenso a la ciclotimia como el PSOE, encaja en la partitura que se transite desde la ansiedad a la contenida calma en apenas pocos días. La pauta se ha vuelto a cumplir en los últimos días. El nerviosismo y la preocupación que siguieron al fiasco de Ponferrada han sido removidos por la expectación y hasta una cierta tranquilidad. Y esa es la pulsión que predomina en las alturas del PSOE en las horas previas a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, que se cita este jueves a las 16.30. La metamorfosis tiene varios porqués: la esperada reestructuración interna, la resolución de la crisis gallega, el freno impuesto por la federación andaluza y, al cabo, el convencimiento de que no conviene por ahora forzar los tiempos.

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