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Elecciones generales

Podemos ve en el 27-S un rechazo a una “sopa de siglas” para las generales

Lluis Rabell y Pablo Iglesias

El batacazo de Catalunya Sí que es Pot en las elecciones del pasado domingo no hace sino respaldar, de cara a los acuerdos de confluencia para las elecciones generales, el argumento de que los acuerdos entre cúpulas de partidos no funcionan electoralmente. Así lo interpretan varios dirigentes de Podemos, que sostienen no obstante que el principal inconveniente para la candidatura que encabezó Lluís Rabell fue el hecho de querer centrarse en los problemas sociales cuando el foco estaba puesto casi exclusivamente en el apoyo o el rechazo a la independencia.

Podemos se ha mostrado tradicionalmente muy reacio a que la confluencia con otras fuerzas para las próximas elecciones generales se cristalizase en "sopas de siglas", es decir, en coaliciones. Catalunya Sí que es Pot ha seguido un modelo similar que cristalizó en un pacto entre ICV, EUiA, Equo y el propio Podemos, que justificó su inclusión en una fórmula de estas características por las diferencias del "ecosistema" político catalán con el de otras zonas de España. Pero los malos resultados de esta candidatura confirman, a juicio de destacados militantes como Juan Carlos Monedero, que ese modelo no es el adecuado de cara a los próximos comicios.

"Existen dos tipos de confluencia: una ciudadana, muy vinculada a la participación popular y que reclama en todo el proceso la colaboración de la gente, y otra que tiene más que ver con la sopa de siglas, con acuerdos entre partidos, que prescinde más de la participación popular y enamora menos", sostiene Monedero, que se reafirma en el rechazo de Podemos al segundo modelo. Los requisitos del partido para confluir son estrictos: no perder su marca, que los militantes del resto de fuerzas se incluyan en los huecos que Podemos deje en sus listas, y que los pactos se alcancen tan sólo a nivel territorial.

"Yo creo que hemos dicho siempre que nuestra apuesta es por la unidad popular y no por la unidad de la izquierda, y las elecciones catalanas deben servir para aprender de las cosas que se han hecho bien y de las que se han hecho mal", abunda Monedero. Y es que si el pacto en Cataluña se estructuró en torno a una coalición y no a través de una fórmula "más parecida a lo que fue Barcelona en Comú" fue por falta de tiempo, sostiene Albano Dante, ganador de las primarias de Podemos en la comunidad y recién elegido diputado en el Parlamento de Cataluña tras ocupar el quinto puesto de la lista por Barcelona.

"[Catalunya Sí que es Pot] siempre se comparó con Barcelona en Comú, que tuvo un proceso de gestación largo, de no menos de nueve meses", explica el dirigente, que contrapone este plazo a los "tres meses escasos" con los que contó la coalición para estructurarse de cara a las elecciones autonómicas. "Eso, por fuerza, obliga a saltarse trabajo con las bases, deliberaciones...", lamenta Dante, que concluye que "hay que tomar nota de que es necesario incluir a más gente, que la confluencia sea más desde abajo".

La misma postura mantiene Raúl Camargo, diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid y uno de los dirigentes de Anticapitalistas, la corriente crítica del partido. El representante sostiene que "las confluencias bien hechas se realizan sobre la base de procesos participativos por abajo, e incluyen procesos electivos de primarias abiertas y procesos de elaboración del programa, como ya vimos Ahora Madrid o Barcelona en Comú". "El problema es que en Cataluña no ha sido así, sino que ha habido un acuerdo entre direcciones de los partidos, que es legítimo pero no genera a su alrededor un proceso de ilusión y desborde", argumenta Camargo.

"Algo más parecido a Ahora Madrid"

A juicio del diputado madrileño, el anuncio de IU de que participará en las primarias de la plataforma Ahora en Común, con la que posteriormente Podemos podría pactar en algunos territorios –eso sí, manteniendo sus exigencias y sin participar en estas primarias– tampoco marca el camino adecuado para la confluencia. "No creo que sea el proceso adecuado, porque los promotores dicen que en Madrid ha habido un desembarco de diferentes fuerzas políticas que quieren controlar" la plataforma. "Habría que hacer algo más parecido a lo que se hizo con Ahora Madrid", plantea Camargo, en referencia al proceso de deliberación y asambleas que durante varios meses mantuvo el movimiento Ganemos Madrid, que posteriormente pactó con Podemos unas primarias y una elaboración participada del programa.

Con esta reflexión se muestra de acuerdo Monedero, que sostiene que las elecciones catalanas deben ser "el laboratorio ideal" para que Podemos saque "conclusiones". "Yo he dicho varias veces que las listas de Podemos no están completas, les falta gente representativa de la sociedad civil, y tienen que movilizar a la ciudadanía", sostiene el ex número tres del partido, que afirma que "eso implica hacer unas primarias que emocionen, porque si no, no cumplen su función". La participación en las primarias de Podemos, muy polémicas por su sistema de elección, tan sólo fue de en torno al 15% del censo, y la lista de Pablo Iglesias monopolizó los 64 primeros puestos de la lista final.

No obstante, Monedero también rechaza que el modelo adecuado sea pactar en algunos territorios con una plataforma como Ahora en Común si está controlada por IU. "Si hay algo que dejan claro estas elecciones es que no funciona ningún acuerdo que no tenga que ver con la capacidad de movilización ciudadana, y quien piense en esos términos sale derrotado", asevera el exdirigente, que plantea que "el desembarco del PCE y IU en Ahora en Común en Madrid es el símbolo de que hay gente que no entiende ciertas cosas".

Llamazares cree que Podemos "hegemonizó" el pacto

Todos los dirigentes de Podemos, no obstante, señalan que el principal problema con el que se topó Catalunya Sí que es Pot, más allá de que el modelo de confluencia no fuera el más adecuado, fue que su discurso no encajaba en "el marco en el que se plantearon las elecciones", polarizadas entre el sí o el no a la independencia, en palabras de Albano Dante. Con ellos coinciden dos miembros de la ejecutiva de IU: el líder de Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares, y la coordinadora de Esquerda Unida en Galicia, Yolanda Díaz, que pese a que consideran necesaria la confluencia para las generales tienen visiones contrapuestas sobre el modelo a seguir.

"Nosotros solos no íbamos a sacar 13 diputados, porque la situación era complejísma, estaba muy polarizada, y nuestro discurso era harto complejo", sostiene Díaz, mientras que Llamazares lamenta que "en campaña el eje social ha quedado en un segundísimo plano". No obstante, la dirigente gallega apoya la decisión del candidato a la Presidencia del Gobierno de IU, Alberto Garzón, de presentarse a las primarias de Ahora en Común para posteriormente pactar con Podemos aún sin mantener las siglas de IU, al contrario que el líder de Izquierda Abierta, que plantea que el error en el modelo de confluencia de Catalunya Sí que es Pot no fue establecer una coalición de partidos, sino que Podemos "hegemonizó" esta unión.

"Creo que la verdadera limitación fue preparar una campaña de carácter estatal", sostiene en este sentido Llamazares, que afirma que el partido de Pablo Iglesias "diseñó una campaña pensada como antesala de las generales, y esa campaña en clave española, lejos de fortalecernos, nos debilitó". A juicio del líder de Izquierda Abierta, además, el resto de partidos que componía la coalición –ICV, EUiA y Equo– quedó "en un segundísimo" plano en la campaña. "Ha primado la hegemonía a la pluralidad", resume.

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Por otra parte, Llamazares argumenta que otro "elemento de debilidad" ha sido la poca relevancia mediática de los candidatos de Catalunya Sí que es Pot, algo en lo que coincide Albano Dante, que señala que "Lluís Rabell no es Ada Colau en lo que respecta a visibilidad, y eso era un reto que desde el minuto uno teníamos claro que era un problema". No obstante, para Dante este elemento justifica que Pablo Iglesias haya tenido una fuerte presencia en la campaña, un extremo que no comparte Llamazares, que pide que para las generales no se "dejen de lado las principales referencias electorales".

De cara a las generales, sostiene el dirigente de IU, "hay que reforzar el carácter equilibrado y plural de la convergencia", y además "no desaprovechar" la relevancia de los nombres conocidos por la opinión pública. "Si [el economista] Juan Torres, [el exdefensor del pueblo andaluz] José Chamizo o [el exjuez] Baltasar Garzón no están en las listas de la izquierda sería para darnos de palos", sostiene gráficamente Llamazares, que plantea asimismo la necesidad de que los militantes de IU no se conformen con ocupar los puestos que deje Podemos en sus listas.

Pero, a su juicio, la situación tiene pocas posibilidades de cambiar a tan sólo tres meses de las elecciones generales. "IU tiene una posición de subordinación que no quiere modificar, y Podemos una posición hegemonista", critica Llamazares, que sostiene que "si el resultado de las catalanas no modifica las posiciones", es "pesimista".

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