Comercial de profesión, Berné siempre ha sido un apasionado de la escritura, sobre todo de la poesía. Lo que antes era un entretenimiento al que podía dedicar algún rato de su atareada jornada, se convirtió, tras su jubilación, en una parte esencial de su día a día. Al principio, solo para él mismo. Pero, hace ya unos años, se animó a ir un paso más allá, compartiendo sus primeras columnas en la sección Librepensadores de infoLibre. Y, desde entonces, no ha parado. Política, vivienda, trabajo, inmigración... Berné ha recorrido la actualidad nacional en sus artículos.
Lo que no se podía imaginar es que su dedicación a la escritura le llevaría a recoger este jueves 21 en el Ateneo de Madrid el Premio Librepensadores, en la cuarta edición de los Premios infoLibre. Un galardón que reconoce la excepcionalidad de uno de los artículos de opinión de socias y socios. En Pisos caros o salarios de miseria, el texto seleccionado, Berné repasa las claves de la actual crisis de vivienda, trasladando el foco a la verdadera raíz de las condiciones y posibilidades vitales de la clase trabajadora: los salarios.
¿Por qué decidió escribir sobre vivienda y por qué desde el punto de vista de los sueldos en España?
Al hablar de vivienda, se suele poner el foco siempre en el precio de los alquileres y se pasa muchas veces por alto el impacto en el acceso a un hogar digno de otras variables, de las propias condiciones de vida de los trabajadores. Pero yo lo he tenido claro desde el principio. Y muchas veces pienso que interesa que se limite a una cuestión de precios, para no mirar realmente donde duele. Este país, del año 2007 para acá, se ha ido deteriorando desde el punto de vista social. A la gente cada día se le paga peor, los trabajos cada vez son más inestables… Estamos siempre con los pisos caros por aquí, los pisos caros por allá, pero no hace falta salir de España para darte cuenta de que los pisos están más caros fuera. Entonces, ¿cuál es el verdadero problema? Con perdón, pero el problema es que tenemos unos salarios de mierda y unas condiciones laborales cada vez más precarias. Sobre todo la gente joven.
Estamos un 24% por debajo de la media salarial. Así, es casi imposible costearse una vivienda y afrontar el resto de gastos. Si ponemos el foco solamente en que la vivienda es cara, estamos equivocando o por lo menos simplificando la perspectiva. ¿Habría tantas dificultades si la gente cobrara más dinero, si tuviera salarios dignos y suficientes, manteniendo los mismos precios que hay ahora en España? Es un tema complejo, no podemos quedarnos en la superficie.
Entonces, desde su punto de vista, las claves para afrontar la actual crisis de vivienda pasarían por apartarnos un poco del debate sobre los precios y centrarnos en la mejora de las condiciones de vida.
No solo. En el centro del debate habría que situar también al empresariado español. Y lo digo porque lo conozco muy de cerca. Y lo que pasa en este país es que el empresariado quiere ganar siempre más dinero, pero arriesgando e invirtiendo lo menos posible. ¿Queremos mejorar la competitividad? Invirte en I+D, compra más maquinaria, automatiza la que tienes y paga bien a tus trabajadores.
En este país, no hay tanto empresario como especulador. Un dato fundamental: todo el incremento de precios que ha habido en los últimos años en España es consecuencia directa del incremento de los márgenes de los empresarios. No ha venido dado por otros parámetros, como sí ha ocurrido en el resto de nuestro entorno. Y para mí esto es una demostración palpable.
Dejando de lado el tema de la vivienda, ¿cómo ve la situación política actual? Por ejemplo, la reciente gestión de la dana en Valencia.
Creo que uno de los principales problemas que hay en este país desde el punto de vista político es la derecha que tenemos, la oposición. Tenemos una derecha que no es verdaderamente demócrata ni homologable con la de otros países de nuestro entorno. No echan una mano para nada y así es muy difícil gobernar. Lo único que pretenden es estar ellos en el gobierno y todo lo que no sea así lo tachan de ilegal y antidemocrático. Ponen la supuesta bandera, lo que ellos llaman patriotismo, por encima del bienestar. Lo que dijo en su día Montoro: “Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”. Es una herencia que todavía nos queda del franquismo.
Desayunando lo hablaba con mi mujer, mientras escuchaba en la radio lo que está pasando en Europa precisamente con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que está el PP en el Parlamento a ver si se la puede cargar. También en relación a la asunción de responsabilidades. ¿Quién mejor que el Gobierno valenciano para hacerse cargo de una catástrofe que ocurre en su territorio? La cosa es echar balones fuera para desgastar al Gobierno.
¿Qué cree que tendríamos que hacer para tener un debate público más saludable, que ayude a paliar la polarización?
Todo debería partir del sistema educativo. Y es una de las cosas que creo que en España no está bien enfocada: la educación. ¿Qué ha pasado con la idea de eliminar la asignatura de religión y sustituirla por otra que enseñe a la gente a ser más razonable, más comprensiva, a desarrollar conciencia crítica? Si la gente está bien educada, en el amplio sentido de la palabra, probablemente, cuando se siente a debatir algo, intentará argumentar en lugar de tirar la piedra al otro, de chillar y de insultar.
¿Cómo ve el periodismo o el panorama mediático general en España, ahora que se habla tanto de desinformación y bulos?
Es una de las cosas por las que uno se enamora de un medio como infoLibre. Así de claro. Que también eres consciente de la capacidad de penetración que tiene. A veces me digo a mí mismo: “Te estás equivocando, deberías consumir de todo, tener una perspectiva más amplia”. Porque claro, no se me ocurre encender la radio y poner ciertas emisoras o paso de largo ciertos canales cuando estoy haciendo zapping en la televisión. Y por supuesto no leo nunca determinados periódicos. Pero es que hay algunos medios que solamente el hecho de pensar que a lo mejor mirándolos les puedo dar algún duro, ya me molesto. Porque son verdaderos terroristas de la información. Lo que les gusta es meter miedo a la gente, tenerla acojonada, para que voten a los “buenos”, que se dicen a sí mismos.
¿Cómo conoció y empezó a leer infoLibre?
Siempre me han gustado las tertulias políticas. En alguna de ellas, en varias ocasiones, escuché a Jesús Maraña. Y este hombre, desde el punto de vista profesional, del periodismo, me enamoró. Es un hombre moderado, que tiene las ideas muy claras, que las defiende perfectamente, que no eleva nunca el tono de voz, que no entra en el gallinero que suelen ser estas cosas… Me pareció un hombre muy consecuente. Entonces decidí averiguar un poco más de él y fue cuando descubrí infoLibre. Esto sería hace unos cinco años. Empecé a leer el periódico habitualmente y, al poco, decidí suscribirme.
Diría que es probablemente el medio más libre que hay en este país. Al fin y al cabo depende fundamentalmente de sus suscriptores, de los socios. Por eso, entiendo que no tiene deudas en el sentido ideológico con nadie. Y cuando me enteré de que había la posibilidad de dar tu opinión, mandando tus propios artículos a la sección de Librepensadores, empecé a escribir y mandar mis textos. Y aquí sigo.
¿Cómo fue la llamada con nuestro director editorial, Jesús Maraña, en la que le comunicó que le habíamos concedido el premio?
Fue una verdadera sorpresa. Estaba comiendo y de repente me llaman por teléfono. Lo cojo: “Oye, soy Jesús Maraña, ¿puedo hablar contigo?” Te llama una persona como él, a la que admiras, y te quedas un poco estupefacto. No sabes muy bien cómo reaccionar. ¿Quieres creer que colgamos y ni siquiera le había dado las gracias? Por eso siempre he preferido escribir. Te da la posibilidad de releer, repasar y añadir cosas que se te habían olvidado. Lo hago todos los días.
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¿Suele leer habitualmente la sección de Librepensadores del periódico? ¿Qué le diría a otros suscriptores para que se animen a escribir?
Es una de las secciones que leo todos los días, incluso suelo poner algún comentario, sin entrar demasiado en debates. Y también se la suelo recomendar a mis amigos, a mi entorno cercano. Al menos a los que son de mi tendencia política. Luego tengo amigos que son buena gente, pero tienen ideas muy diferentes a las mías. Y a esos ni siquiera les he dicho que estoy suscrito, que escribo aquí ni que me han concedido este premio. Con ellos, he tomado la decisión de no hablar más de política. Siempre termina en discusión. Pero lo que decía, a la gente que conozco que comparte mis ideas políticas, siempre les paso mis artículos, les animo a escribir… Tengo un par de amigos que incluso son socios.
A los socios que puedan leerme, les recordaría una cosa. A todos nos gusta demasiado hablar, pero poco participar. Y creo que sería más constructivo si todos dejáramos de criticar tanto lo que hacen los demás e intentáramos ver qué podemos aportar cada uno. Que se animen a compartir lo que piensan.
Comercial de profesión, Berné siempre ha sido un apasionado de la escritura, sobre todo de la poesía. Lo que antes era un entretenimiento al que podía dedicar algún rato de su atareada jornada, se convirtió, tras su jubilación, en una parte esencial de su día a día. Al principio, solo para él mismo. Pero, hace ya unos años, se animó a ir un paso más allá, compartiendo sus primeras columnas en la sección Librepensadores de infoLibre. Y, desde entonces, no ha parado. Política, vivienda, trabajo, inmigración... Berné ha recorrido la actualidad nacional en sus artículos.