577 elecciones en Francia: el sistema de voto complica aún más el pronóstico del resultado de este domingo
El sistema electoral francés hace muy difícil que los sondeos puedan predecir un resultado en unas elecciones legislativas. Estos comicios, que este domingo celebran su primera vuelta, no son una elección nacional, sino 577 elecciones, tantas como escaños tiene la Asamblea Nacional y como circunscripciones tiene el país. Si un candidato en una circunscripción alcanza en la primera vuelta el 50% del voto (que corresponda al menos al 25% del censo, por lo que la participación es importante), es elegido diputado. Si ninguno llega a ese porcentaje (lo más común) se celebra el domingo siguiente una segunda vuelta entre todos los que obtuvieron al menos un 12,5%.
Los sondeos que se van conociendo ahora no tienen en cuenta esas características. Por eso se da un posible resultado como si fuera una sola elección y no 577. De creer el consenso de los sondeos de los últimos días, el RN de Marine Le Pen obtendría el 33% de los votos, el Nuevo Frente Popular de izquierdas el 27%, los macronistas el 20%, la derecha tradicional el 7% y la ultraderecha de Eric Zemmour el 3%. Un sondeo así en España, Italia o Alemania también daría una horquilla de diputados bastante cerrada, pero los sondeos franceses, con porcentajes así, dan a los lepenistas desde menos de 200 escaños hasta casi 250 escaños, a la izquierda entre 180 y 210 escaños, a los macronistas entre 80 y 120 escaños
Si se tienen en cuenta esos porcentajes de voto y el margen de error que dan las encuestas, habría dos grandes grupos, el de los lepenistas y el de la unión de las izquierdas. En medio, un grupo macronista de la mitad de tamaño que los dos primeros, que podría sumar mayoría absoluta aliándose tanto con la izquierda como con la extrema derecha. Además de un pequeño grupo de la derecha tradicional y grupúsculos de socialistas que no se unieron al Nuevo Frente Popular y un puñado de candidatos del ultra Eric Zemmour. Pero todos esos juegos de números son irreales porque además los sondeos se hacen sobre la primera vuelta.
La clave está en la segunda vuelta, en las transferencias de voto y, sobre todo, en la retirada de candidatos tras la primera vuelta. Los ecologistas, que van en la coalición de izquierdas, dijeron este lunes que retirarán a todos sus candidatos que pasen a segunda vuelta en tercer lugar o peor si en primer o segundo lugar pasó un lepenista. Se trata de concentrar el voto en la opción democrática, se de derechas o de izquierdas, porque creen que la prioridad es impedir la llegada al poder de la extrema derecha.
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El jefe del Estado francés, el presidente de la República, tiene amplios poderes. Tras las elecciones y la toma de posesión de los nuevos diputados, debe proponer a la Asamblea Nacional un nombre para primer ministro. Podría ser un diputado, pero también alguien que no fuera elegido en las últimas elecciones. El Gobierno que ese primer ministro forme deberá recibir la confianza de la mayoría absoluta de la Cámara, por lo que no tiene que salir obligatoriamente del primer grupo político, salvo que este tenga mayoría absoluta.
Los sondeos explican por ahora poca cosa, pero sí sirven para ver que se abren unos pocos escenarios. Si el RN de Marine Le Pen consigue la mayoría absoluta (o suficientes apoyos entre los conservadores tradicionales) para imponer un primer ministro ultra, el presidente Macron tendrá que “cohabitar”. En la jerga política francesa se entiende por cohabitación cuando el presidente de la República y el primer ministro no son del mismo partido y en el pasado dio pie a gobiernos débiles.
Otro escenario sería el de un bloqueo institucional si las fuerzas políticas son incapaces de pactar, lo que llevaría a nuevas elecciones, probablemente en otoño. El tercero sería que Macron nombrara un gobierno tecnócrata para gestionar los asuntos corrientes a la espera de volver a las urnas. Todo puede pasar, desde que arrollen los lepenistas y Macron se vea con un Bardella de primer ministro hasta que la izquierda sume los suficientes escaños para imponer a su candidato, que está por decidir. Pero esa es otra historia.