Jordan Bardella, la última trampa del clan Le Pen para que la extrema derecha de siempre no produzca miedo

El líder de Rassemblement National, Jordan Bardella, durante su discurso de victoria tras las elecciones europeas del 9J.

“Con él veo la vida de color de rosa. Si me preguntas, es el mejor”. No es una balada de amor ni tampoco los primeros versos de un poema de alguien perdidamente enamorado. Estas dos estrofas pertenecen a una canción dedicada a Jordan Bardella, el gran icono pop de la extrema derecha francesa, y que ha colonizado el TikTok de los jóvenes franceses en los últimos días de la campaña a las elecciones europeas. El tema, compartido masivamente por sus seguidores, incluye referencias a la política francesa: “Mírame a los ojos y no te olvides, Macron en 2022 fue patético”; al propio Bardella: “El único al que debes votar, 2024 es su año”; y un estribillo pegadizo que repite machaconamente: “Yo voy a votar por ti” acompañado de una música pegadiza y de un ritmo que se adapta perfectamente a lo que triunfa en la red social más usada entre los jóvenes.

Bardella no es un político de extrema derecha más. Su aspecto joven, talante tranquilo y estilo desenfadado no casan bien con lo que todos tenemos en la cabeza cuando pensamos en un político ultra. No es un Santiago Abascal, un Javier Milei y, ni mucho menos, un Donald Trump, sino todo lo contrario. Bardella no levanta la voz, no insulta, matiza cada una de las frases que dice, no pronuncia palabras gruesas y, sobre todo, pase lo que pase, nunca pierde la compostura. Para los medios franceses es “el yerno perfecto”, para Rassemblement national (RN), el partido de Marine Le Pen, un gran activo electoral y su gran esperanza de futuro.

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Le prochain rendez-vous ce sera dans les urnes dimanche ! 🙏🏻

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Pero además de eso, Bardella representa el final de un camino que Le Pen comenzó en 2011, cuando se hizo con las riendas del partido, y que trataba de convertir al odiado, temido y repudiado Frente Nacional en un partido al que los franceses percibieran como normal. Una estrategia con un nombre clarificador: "desdiabolización", es decir, transformar al demonio de la política francesa en un partido más. “Cuando ella entra en la dirección, su idea es que los franceses comparten más de lo que parece las ideas del Frente Nacional, pero que no les votan por culpa de la diabolización llevada a cabo por los medios de comunicación y por los fallos que ha tenido el partido a lo largo de los años”, describe Guillermo Fernández Vázquez, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III y autor del libro Qué hacer con la extrema derecha en Europa: el caso del Frente Nacional.

Para cambiar esto, Marine Le Pen empezó a romper todos los lazos que le ataban con su padre, el fundador del partido Jean Marie Le Pen, cuyos exabruptos y comentarios abiertamente racistas y antisemitas habían lastrado enormemente las expectativas electorales de la formación. A la vez que cambiaba el tono, también se distanciaba del comprometedor pasado colaboracionista del partido y de algunos de sus primeros dirigentes, los cuales habían pertenecido a organizaciones pronazis y fascistas. Para ello, Marine Le Pen condenó fuertemente el Holocausto (su padre ha sido condenado varias veces por negar el genocidio), viajó a Israel e incluso comenzó a autodenominarse como “verdadera feminista”. En 2018 también cambió el nombre del partido de Frente Nacional a Rassemblement national (Agrupación Nacional) para culminar esa ruptura radical con el pasado.

La estrategia parece haberle funcionado. Desde que ella es presidenta, RN ha pasado a la la segunda vuelta de las presidenciales en dos de las 3 elecciones a las que se ha presentado (su padre tan solo se clasificó una vez), y si bien ha perdido siempre por un amplio margen, ha mejorado los resultados de su padre, que logró clasificarse una vez, consiguiendo solo un 17% de los votos ante Chirac. Además, RN ha ganado dos elecciones europeas y ha aumentado su representación en la Asamblea Nacional cada vez que Francia ha ido a las urnas.

De hecho, Bardella puede conseguir el próximo 7 de julio algo que hasta hace poco parecía imposible en la política francesa: que RN gane unas elecciones legislativas por primera vez en la historia. El joven ya fue el cabeza de lista del partido para las europeas del pasado 9 de junio, las cuales ganó doblando al partido del presidente, Emmanuel Macron, y ahora se postula para primer ministro en unas legislativas en las que las encuestas dan a RN como la formación más votada. 

Y todo ello sin histrionismos y llamando la atención lo justo. Y es que Bardella parece realmente un candidato creado por inteligencia artificial: formal, no comete fallos y con una apariencia cercana. “RN quiere dar una imagen de posibilidad de gobernar. Con Le Pen más o menos lo consiguen, pero con Bardella quieren llegar a otro tipo de público, uno más joven que puede identificarse y empatizar bien con su imagen de persona también joven, enérgica, ilusionante e incluso con un punto chulesco”, señala Aner Ansorena, consultor de comunicación política y CEO de Hauda Comunicación.

Incluso en sus orígenes familiares Bardella parece hecho a medida para la nueva era del RN: no tiene el apellido Le Pen, procede de un suburbio pobre y conflictivo de París y es hijo de inmigrantes italianos. “Él dice representar a una Francia integradora compuesta por hijos de muchas nacionalidades, blancos casi siempre, que, según él sí se asimilaron en su momento a la cultura francesa. Bardella dice su caso es el ejemplo de que el modelo de inmigración de RN es el correcto y a aquellos migrantes que no se asimilan se les debe perseguir", explica Fernández Vázquez.

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Muy relacionado con esto, Ansorena destaca que Bardella reúne muchas características que no esperaríamos ver en un líder de extrema derecha tanto a nivel de formas como de orígenes, un perfil muy buscado actualmente por las formaciones de ultraderecha. “Por ejemplo, en un debate te esperas a un candidato de la extrema derecha que te la vaya a liar y con Bardella te encuentras con alguien que propone, que tiene un estilo pausado, contundente pero sin tener que gritar, es un perfil amable pero también solvente, que se prepara los temas y que cae bien, algo fundamental para ser votable”, explica Ansorena. Además, según el consultor, sus orígenes extranjeros le proporcionan un perfil diferente al votante tradicional del partido y con el que pueden empatizar personas fuera de sus caladeros habituales de voto, ensanchando así su base electoral.

Este perfil de candidato amable, natural y joven parece estar sustituyendo en muchas partes de Europa al tradicional perfil de la extrema derecha, cercano al trumpismo más irreverente. Ansorena cree que la explicación está en la evolución natural de la comunicación de la extrema derecha: “El impacto que tiene un candidato y su partido con un estilo trumpista es muy grande porque entra inmediatamente en la agenda mediática. Una vez ya ya tienen esa presencia en los medios y en la política y son conocidos, comienzan a cambiar de estilo, muchas veces para reactivar a sus votantes. Pero esta variación en el tono no quiere decir que sean menos radicales, sino que han cambiado su forma de comunicar”, zanja el consultor político. 

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Parte de este viraje en el discurso hay que buscarlo en redes sociales, donde Bardella es un auténtico fenómeno de masas. Su perfil de TikTok es una auténtica mina de contenido, allí comparte desde memes y parodias de sus rivales hasta momentos con simpatizantes donde se le ve natural, cercano y afable. Bardella cuenta con más de un millón y medio de seguidores, siendo uno de los políticos de Europa con mayor repercusión en una red social que se caracteriza principalmente por la viralidad, por lo fácil que es llegar a personas que no te conocen y por una dinámica donde se premia los contenidos simples, rápidos y que captan rápidamente la atención o, en otras palabras, los contenidos populistas como los de Bardella. “Él es nativo digital, ha crecido con las redes sociales y tanto él como su equipo entienden muy bien los formatos para que sus ideas se viralicen de manera rápida”, comenta Ansorena.

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Merci aux Varois pour leur accueil 🙏🏻

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Con esa repercusión y su perfil amable, la pregunta es evidente: ¿Podría Bardella sustituir a Le Pen en como candidato en unas elecciones presidenciales? El joven político ya es el presidente del partido, puesto que dejó Le Pen en 2021 como parte de su estrategia de normalización, pero aún está en un segundo plano con respecto a su antecesora en el cargo. “A corto plazo no veo a Bardella siendo candidato a la presidencia, RN, pese a todo, sigue siendo un partido muy ligado a la familia Le Pen, prácticamente es un clan familiar. En 10 años, veremos, pero aunque ahora Bardella puede ciertamente tener más posibilidades de ganar, su candidatura no va a suceder”, explica Fernández Vázquez. 

Además, y pese a todas las características que tiene Bardella, el politólogo explica que Le Pen es muy popular en dos cohortes de población fundamentales para RN: las clases bajas y las mujeres, algo que el joven no ha logrado todavía. De hecho, una de las características especiales de la formación es que, a diferencia de otros partidos de extrema derecha de Europa, su electorado no está tan masculinizado, ya que las mujeres conectan bien con el perfil de Le Pen. Además, también se ha creado una imagen de persona próxima a la calle y al francés “de a pie”, algo que contrasta con Macron, siempre percibido por muchos votantes como el representante de las élites urbanas parisinas. 

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