De San Vicente de la Barquera a los Picos de Europa: así es un verano en Cantabria a menos de 23 °C

Playa de Langre (Cantabria) en una foto de archivo.

La sección de recomendaciones turísticas al fresco regresa al norte, tras las entregas dedicadas a la sierra de Ordesa y a la Costa del Sol. En esta ocasión viajamos —siempre acompañados de los datos de la Agencia de Meteorología— a Cantabria, un destino por antonomasia de los amantes del verano suave. Allí encontraremos las temperaturas más frescas de toda la serie Apaga el aire, con termómetros a pleno sol por debajo de los 25 °C y noches de chaquetilla. 

En la última década, la temperatura media en San Vicente de la Barquera, uno de los principales destinos de playa de la zona, ha sido de apenas 19,3 °C entre junio y agosto, un verano realmente fresco poco apetecible para ir a la playa, pero que abre un abanico de opciones a quien prefiere el turismo de montaña o cultural. La media de las máximas en estos últimos diez años es de 23,1 °C, por lo que incluso los días más soleados los termómetros se mantienen suaves. Mientras que la media de las mínimas nocturnas es de 15,4 °C.

Santander es uno de los puntos más lluviosos del verano, con una media de 7,5 días al mes de chubascos, prácticamente uno de cada cuatro días

La influencia del Atlántico y el Cantábrico provocan que Santander sea uno de los puntos más lluviosos del verano, con una media de 7,5 días al mes de chubascos, prácticamente uno de cada cuatro días, aunque es una lluvia fina y poco molesta. Otro punto importante en vacaciones es la temperatura del agua, y no es una sorpresa que sea una de las más frías de España. Estos días está a unos 21 °C, casi diez grados menos que en las playas del Mediterráneo.

Luis Martínez Abad, director general de CANTUR, Sociedad Regional Cántabra de Promoción Turística, destaca además la comarca de Liébana, al pie del Parque Nacional de los Picos de Europa, como "una excepción climática, ya que muestra rasgos de tipo mediterráneos". "La Cordillera Cantábrica provoca que el sur de Cantabria también tenga influencia del clima continental de tipo mediterráneo, pero, en invierno, la nieve cubre esta zona que en invierno llega a alcanzar las temperaturas más bajas de toda la península", afirma el portavoz.

Este clima oceánico da grandes posibilidades al turismo rural en Cantabria, cuya principal apuesta son los Picos de Europa, declarado Parque Nacional en 1995 y con varias figuras de protección ambiental, entre ellas Reserva de la Biosfera y la de zona especial de protección de aves (ZEPA). El parque cuenta con decenas de rutas de diferentes distancias que recorren paisajes de bosques, pastizales de montaña y macizos de roca calcárea en los que encontrar más de 1.900 especies de plantas euroatlánticas y mediterráneas. El sello de Reserva de la Biosfera incluye un componente de desarrollo económico para poblaciones asentadas, y es que en los Picos de Europa viven, según el padrón de 2013, 1.157 personas en 20 poblaciones (6 en Asturias, 2 en Cantabria y 12 en León). 

Para quienes busquen enclaves naturales de interior menos conocidos tienen el Parque Natural de los Collados del Asón, el de Saja Besaya o el de las Secuoyas del Monte Cabezón. Mientras que otra apuesta más cómoda para ir en familia sería el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, una antigua zona de minería de hierro reconvertida en un zoológico con animales de cinco continentes en semilibertad. Además de su faceta de recreo, el parque estudia y conserva 54 especies amenazadas, especialmente el oso pardo, del que tienen unos 70 ejemplares.

En todo caso, estamos en verano y no podemos olvidarnos de las playas. En Cantabria hay 68 playas repartidas en 250 kilómetros de costa, de los que 50 kilómetros son de arena. Uno de los principales atractivos de esta región es la gran calidad de sus playas urbanas, que permiten a los visitantes combinar el destino de playa con la cultura y la gastronomía sin apenas moverse del municipio. Entre las playas urbanas más destacadas están las de Laredo, Comillas, Santoña o las de la propia capital (Santander). Fuera de la ciudad también hay playas muy recomendadas como la Liencres (dentro del Parque Natural de las Dunas de Liencres), la de Oyambre o la de El Puntal.

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No podemos hablar de las playas cántabras sin mencionar el surf, un deporte destacado en la región ya desde los años 60. De hecho, en Cantabria hay declarados cuatro municipios como Reserva Natural del Surf: Ribamontán al Mar, Suances, Noja y San Vicente de la Barquera, una figura de protección que acoge tanto al enclave como al propio deporte por sus aportaciones al patrimonio cultural y natural de la zona.

Por último, para recomendar municipios que visitar, recurrimos a la Asociación de los Pueblos más Bonitos de España, que tiene en su lista siete pueblos cántabros: Liérganes, Comillas, Potes, Santillana del Mar, Bárcena Mayor, Carmona, y Mogrovejo. En Comillas se puede visitar, por ejemplo, el palacio modernista de El Capricho, de Antoni Gaudí, o la Universidad Pontificia; mientras que en Santillana del Mar, además de disfrutar de un pueblo con más de diez siglos de historia, se pueden visitar las Cuevas del Altamira, con sus famosas pinturas de 14.000 años de antigüedad. El responsable de Cantur también señala, como apuestas culturales, El Palacio de la Magdalena, en Santander, es un polo de atracción de visitantes muy importante en Cantabria, junto con el Centro Botín.

Martínez Abad también recalca además que el turismo internacional en la región ha crecido en 2023, y son estos visitantes los que tiran de la desestacionalización en los meses de fuera de temporada. "Relevante el papel del aeropuerto Seve Ballesteros-Santander con 14 rutas internacionales que, excepto una, todas operan durante el año completo", añade el experto

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