La Costa del Sol, un edén en el más crudo invierno y un inesperado cobijo contra el calor abrasador en verano

Playa de Burriana, en Nerja, en una fotografía de archivo.

Si la primera entrega de este especial de verano sin aire acondicionado fue un valor seguro apostando por los Pirineos, en esta ocasión viajamos al sur, hasta la Costa del Sol. Los altísimos termómetros de Andalucía dan un respiro en las playas de Málaga, arropadas por la cordillera Penibética y los vientos de Levante, que dejan unas temperaturas medias hasta cinco grados por debajo del interior de la provincia. Marbella y sus alrededores es uno de los mejores puntos de la región para pasar el verano entre los más sensibles al calor, con una media de temperaturas máximas por debajo de los 27ºC en pleno verano. Incluso este fin de semana, durante la que se espera que sea la peor ola de calor de la temporada, el termómetro no superará los 30ºC en la Costa del Sol.

Marcelino Núñez, portavoz de la Agencia Española de Meteorología, destaca que este enclave replica temperaturas suaves de latitudes del norte de España, con la ventaja de que en esta zona hay 330 días de sol al año y un tiempo espléndido para bañarse en la playa. "En verano, el viento de Levante es muy fresco y muy húmedo, y mantiene las temperaturas entre los 24ºC y 25ºC", resume el experto. "Además, la presencia de montañas en la sierra Bermeja y los Montes de Málaga, crean un clima muy agradable", añade a infoLibre.

Otra de las ventajas que subraya el físico es que el agua del Atlántico se extiende por todo el sur de la península, por lo que el baño es más fresco que en la costa mediterránea. Fuera de la temporada de verano, la Costa del Sol es también es un lugar idílico, según Núñez: "Es probablemente el mejor invierno peninsular".

En concreto, los datos de la Aemet de la estación de Cabopino (Marbella) de los meses junio, julio y agosto reflejan que la temperatura máxima media de los últimos cinco años es de 26,1ºC, mientras que la media de las mínimas es de 20,7ºC, una horquilla de temperaturas perfectas para el verano muy parecida a las que podrían encontrarse en lugares como Canarias. Las tormentas tampoco arruinarán las vacaciones a nadie porque son prácticamente inexistentes, con 0,1 días al mes de lluvia durante los meses de verano. Sí es posible que un fenómeno fastidie alguna que otra noche a los vecinos y turistas, el llamado terral de Málaga, un vendaval de aire caliente y seco de hasta 40ºC de temperatura que llega desde la sierra y que se produce por la diferencia de presiones a las que se somete el viento al subir y bajar las montañas.

Hoteles casi completos

La Costa del Sol no necesita promoción. El año pasado recibió 14 millones de turistas y, como en el resto de España, los hosteleros buscan ahora atraer a viajeros de más "calidad" que dejen más ingresos en la región para abandonar la estrategia de récord tras récord de visitantes que tanto malestar crea en las zonas de playa. No obstante, este año se espera un nuevo máximo de turistas en la costa malagueña, según el sector.

Antonio Díaz, director general de Turismo Costa del Sol, afirma que la tasa de ocupación hotelera en junio rozó el 90%, y en julio y agosto se estima de alrededor del 86%. Su intención, explica, es que la zona sea un polo turístico durante todo el año, aprovechando esas temperaturas suaves permanentes que describía el portavoz de la Aemet. "Nuestro objetivo es permanecer abiertos 365 días al año y tenemos capacidad suficiente. Fuera de verano el punto fuerte está en el turismo de interior y en el de los campos de golf", señala Díaz.

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Para las visitas de verano, el experto en turismo destaca el amplio abanico que ofrece la zona, con destinos de diferentes presupuestos y gustos. A lo largo de los 161 kilómetros de la Costa del Sol hay 153 playas registradas, pero también es posible hacer senderismo a apenas 20 minutos en coche de la costa. Los amantes de las caminatas tienen el Parque Natural Montes de Málaga, la Sierra de las Nieves o los Reales de Sierra Bermeja, que cuentan con sellos de protección internacional por su alto valor ambiental. Los dos últimos están incluidos en la Reserva de la Biosfera de la UNESCO y en ellos se pueden observar aves rapaces de primera como el águila real y perdicera, el halcón peregrino o el búho real.

No obstante, el principal reclamo de la Costa del Sol son evidentemente las playas, tanto urbanas como vírgenes, con 90 kilómetros de arena. Algunas de las más destacadas son la de Cabopino (Marbella), la de Los Álamos (Torremolinos) o la de El Dedo (Málaga), aunque hay decenas de playas de altísimo nivel. De hecho, esta provincia es una de las que más banderas azules acumula este año, nada menos que 42. "Nuestro mayor potencial turístico está en la costa occidental de Málaga, en Torremolinos, Benalmádena, Mijas, Marbella, Estepona… Donde tenemos una ocupación altísima. Aunque también hay zonas algo menos visitadas muy recomendables, como Torre del Mar o Rincón de la Victoria", comenta Antonio Díaz.

Los pueblos de interior también se han popularizado en los últimos años. El director de Turismo recomienda, por ejemplo, Frigiliana (Axarquía), un pueblo premiado por su arquitectura y conservación característico por sus calles estrechas, sus casas blancas y sus escalinatas, con una mención especial a su museo arqueológico. Otros pequeños municipios de interior conocidos por su belleza son Perauta y Genaguacil, en la parte oriental de la provincia.

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