Haciendo la historia
Una de espías en la Guerra Fría
Basada en hechos reales y sobre espías de verdad. Lejos del suntuoso mundo donde James Bond se codea entre la jet set, u otras películas de espías modernos con equipos de última generación, El puente de los espías nos transporta a Berlín Oriental a comienzos de los sesenta. La última película de Steven Spielberg cuenta la historia de James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn que se ve inmerso en las entrañas de la Guerra Fría al tener que negociar la liberación de un piloto de un avión U-2 estadounidense capturado por los soviéticos. La película está basada en el libro de las memorias del abogado donde cuenta cómo se desarrollaron y cómo participó en una de las operaciones más temerarias de la CIA.
Dirigida por el autor de La lista de Schindler y El color púrpura, y con guion de los hermanos Coen y Matt Charman, la película ofrece una nueva visión del conflicto que marcó al mundo desde 1947 hasta finales del siglo XX, y que no se presta a encumbrar a los americanos y demonizar a los soviéticos, como la industria del cine nos tiene acostumbrados.
Además de Hanks, El puente de los espías cuenta con un amplio elenco encabezado por el espía de la KGB Rudolf Abel, encarnado por Mark Rylance –ganador de un Oscar y un Bafta por este trabajo–, a quien defiende Donovan; el agente Hoffman de la CIA interpretado por Scott Shepherd (Efectos secundarios, 2013) y Mary, la esposa de James, interpretada por Amy Ryan –nominada a mejor actriz por Birdman (2014). Además, Sebastian Koch encarna al abogado de la Alemania Oriental, Vogel; y Alan Alda (El aviador, 2004) es el socio del bufete de abogados de Donovan, el joven Thomas Watters.
El soviético inalterable
"¿Usted nunca se altera?", le pregunta Donovan al espía soviético Rudolf Abel varias veces a lo largo de la proyección, a lo que el coronel de la KGB contestaba:"¿Acaso serviría para algo?". Abel no era una persona cualquiera alojada en un hotel de Manhattan. Sin saberlo, la 839 del Hotel Latham escondía a un espía soviético perseguido por el FBI, que finalmente sería descubierto y arrestado por éste, y donde se encontraron todo tipo de artilugios que lo relacionaban directamente con el espionaje. Desde microfilms, hasta mapas de áreas de defensa de Estados Unidos, pasando por mensajes cifrados entre otros muchos objetos.
En un intento desesperado por sonsacar toda la información posible sobre la URSS, el FBI intentó persuadir al espía ruso para convertirlo en un doble agente y así obtener información. Pero ante la resistencia de Abeñ, que en todo momento antepuso su lealtad a la URSS, fue entregado a los tribunales. A pesar de no ser plato de buen gusto para los americanos, alguien tenía que defender la causa del soviético, y de cara a la galería tenían que parecer íntegros y en disposición de darle al espía la misma defensa que a un ciudadano americano, aunque el caso ya estuviese sentenciado antes de valorarse.
Y es aquí donde las vidas del soviético y el americano se cruzan. James Donovan era un famoso abogado de 41 años –aunque Hanks protagonizó el papel con 59– conocido por su importante aportación en los juicios de Nuremberg pero que en ese momento no era más que un abogado de seguros, al que se le encargó la “deshonrosa” tarea de defender a Abel –deshonrosa porque la defensa de un espía soviético en ese contexto era considerada una traición a su país– En la película, su mujer le advierte de lo que se les avecina en el supuesto de que aceptara el caso –en la vida real, la familia recibió insultos y llamadas amenazantes– , a lo que el abogado responde: "Todo el mundo merece una defensa. Cada persona importa.
Una de las escenas de la defensa de Donovan en la película
Donovan era consciente de que aceptar el caso implicaba exponerse a la crítica y al repudio popular, al ser considerado cómplice del comunismo en uno de los picos de más tensión de la época, cuando la guerra se librabaen el sector de la inteligencia, que como apunta la película "no requiere soldados, requiere información". El abogado aceptó el caso con la intención de ganarlo, y consiguió además de evitar la pena de muerte y esquivar la cadena perpetua consiguiéndole a su cliente una pena de 30 años de prisión.
De piloto a agente de la CIA
Un grupo de muchachos uniformados juegan una timba en una de las escenas, tras haberse sometido a unas pruebas cerebrales cuyo motivo u objetivo desconocen. Más tarde, la partida se ve interrumpida por una noticia que cambiaría sus vidas: pasarían de ser pilotos a agentes de la CIA.
Los pilotos son infromados de que son agentes de la CIA
Aunque en la película no se advierte la distancia en el tiempo, un año antes de que el FBI detuviese a Abel el capitán Francis Gary Powers, un expiloto del Ejército del Aire estadounidense, fue reclutado para el programa secreto U-2 –nombre que adquirió por el modelo de avión desde el que se realizaban los trabajos–. La operación radicaba en tomar fotografías aéreas de la URSS. El 1 de mayo de 1960, durante una de las misiones, el avión fue derribado por los soviéticos, que calificaron el acto como bélico, y Powers fue secuestrado y condenado a diez años de prisión.
El intercambio de espías
Uno de los argumentos de Donovan para conseguir mantener a su cliente con vida era que podía servir como moneda de cambio en algún intercambio de esos espías estadounidenses que continuamente partín a la URSS. Y así fue como dos años más tarde, la CIA le encargó otro trabajo: mediar en el intercambio de Abel por Powers. Pero el aviador no era el único preso estadounidense. Paralelamente, el estudiante de economía Frederic Pryor también se encontraba cumpliendo pena en una prisión soviética. Aunque a los americanos no les corría prisa este sujeto y exigían solo la liberación Powers, Donovan fue a por todas con el objetivo de liberar a ambos.
Coincidiendo con la construcción del muro de Berlín, agentes de la CIA acompañaron al abogado en el viaje, pero una vez en terreno éste debería trabajar por su cuenta para guardar las espaldas al gobierno de Estados Unidos en el caso de ser descubierto.
Así, el 10 de febrero de 1962, se encontraron en el puente Glienicke, que une Berlín y Postdam, Donovan, Abel y un compañero de Powers que tenía identificar a su amigo. El problema en este punto estaba en que el estudiante sería entregado en otro punto, en el famoso paso fronterizo Checkpoint Charlie, algo que al abogado no le suscitaba demasiada confianza pues no quería llevar a cabo la entrega de Abel hasta estar seguro de que el estudiante había sido liberado según lo pactado. No obstante, Pryor fue liberado y el intercambio de espías se produjo sin altercados.
El intercambio de espías en uno de los puentes de la película
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De Berlín a La Habana
En sus memorias el abogado no solo hace alusión a la misión en Berlín. A su vuelta de Europa, Donovan recibió la medalla de la inteligencia de la CIA, como precedente a la misión que más tarde se le ecomendaría. El entonces Fiscal General Robert Kennedy reclutó al abogado para llevar a cabo la negociación con Fidel Castro para la liberación de más de 1000 prisioneros tras el fracaso de la invasión de la Bahía de Cochinos, auspiciada por la CIA, a cambio de 52 millones de dólares en comida y medicinas.
Durante sus gestiones, fuentes diplomáticas cubanas mencionan en algunos documentos la dificultad de ese utópico acercamiento entre el abanderado país comunista y EE UU. Subrayando la inocencia de Donovan –que según los escritos lo hizo "sin saberlo"–, Cuba sostuvo que en enero de 1963, el abogado le entregó un traje de buzo como obsequio a Fidel, que estaba contaminado y preparado para que el equipo de preparación le causase una enfermedad crónica en la piel y tuberculosis.