El escritor mallorquín Llorenç Villalonga publica la novela Bearn o la sala de las muñecas a mediados de siglo XX, convirtiéndose en una de las obras cumbre de la literatura catalana. Años después, Jaime Chávarri dirige la adaptación cinematográfica, protagonizada por Fernando Ray, Amparo Soler, y unos jovencísimos Imanol Arias y Ángela Molina.
Bearn es el retrato de las pasiones, frustraciones, dramas y anhelos que se concentran en el seno de una familia de la alta aristocracia a finales del siglo XIX. Pero también es la recreación de una Mallorca no masificada, que resplandece en el filme a través de su inconmensurable belleza. “Me encanta la imagen de Mallorca cuando todavía era un paraíso virgen”, relata la actriz Llum Barrera. “Bearn es una historia oscura, llena de dramas familiares”, explica, “pero el lugar en el que se desarrolla era idílico”.
Bearn o la sala de las muñecas reproduce el descenso de la aristocracia para dejar paso a la aplastante nueva burguesía. Llorenç Vilallonga describe el declive de una clase social a través de la familia de BearnBearn, cuyo lema, presente a lo largo de toda la trama e imprescindible para su desarrollo, es “antes morir que mezclar mi sangre”. Tras la muerte de los señores de Bearn, un joven capellán de la casa que desconoce su ascendencia decide reconstruir la historia de esta familia, plagada de hipocresía, vicios y conductas moralmente cuestionables. Frente a la decadente historia familiar como representación de la aristocracia de la época, se encuentra Mallorca, el único elemento puro e incorruptible. Igual que ocurría con la Sicilia de El Gatopardo, Mallorca representa el paraíso dentro de un mundo decrépito.
A los pies de la Serra de Tramuntana se encuentra Raixa, el decorado natural de la película. Sus espectaculares jardines, las terrazas, los soportales de inspiración medieval, la monumental escalinata y el inmenso estanque, transportan al espectador a un oasis atrapado en el tiempo. Para la mallorquina Llum Barrera no cabe la menor duda de cuál debe ser el lugar señalado en el mapa para su escapada imaginaria: “Abogo por mi tierra, siempre”. Una tierra que aún conserva parte de la pureza descrita por Villalonga y reproducida fielmente por Chávarri, y que custodia bajo sus raíces las historias mejor guardadas de una época ya extinta.
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Y en la vida real…
La actriz Llum Barrera se encuentra inmersa en la serie Seis hermanas, emitida cada tarde por TVE. En septiembre reiniciará la gira de Tamaño familiar, obra teatral dirigida por Quino Falero y protagonizada por Alfonso Lara, Camila Viyuela y Pepe Lorente. Durante el mismo mes la actriz también volverá a incorporarse a los programas de la SER La Ventana –donde colabora cada lunes en Todo por la radio– y A vivir que son dos días, donde los sábados participa junto a cómicos como Ana Morgade o Quique Peinado.
Aunque Llum Barrera se licenció en Ciencias de la información, enseguida empieza a trabajar como actriz y humorista. Participa en diversas obras de Tricicle y Els Comediants, hasta que paralelamente salta al mundo de la televisión de la mano de series como Hospital Central o Aquí no hay quien viva. Asimismo, ha colaborado en programas como Planeta Finito, Me resbala o Tu cara me suena. Llum Barrera también ha dado el salto a la gran pantalla y al mundo de la literatura. Ha participado en dos películas, Princesas y Diario de una ninfómana, y en el año 2003 publicó su libro Chica busca chico: Manual de ligue para una mujer desesperada.
El escritor mallorquín Llorenç Villalonga publica la novela Bearn o la sala de las muñecas a mediados de siglo XX, convirtiéndose en una de las obras cumbre de la literatura catalana. Años después, Jaime Chávarri dirige la adaptación cinematográfica, protagonizada por Fernando Ray, Amparo Soler, y unos jovencísimos Imanol Arias y Ángela Molina.