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Una redistribución “democrática” del tiempo, la proclama de Toni Morillas para garantizar el descanso

La concejal de Con Málaga en el Ayuntamiento de la capital, Toni Morillas.

Hay muchos destinos posibles para descansar en vacaciones: playa, montaña, descubrir nuevas ciudades u otras culturas son algunas de las opciones más populares, aunque en el mapa de las preferencias de cada uno siempre hay algún sitio más especial que los demás. En el caso de Toni Morillas González, portavoz del grupo municipal Málaga Con Todas y ex directora del Instituto de las Mujeres, su lugar idílico es el pueblo jienense de Torredonjimeno. Allí, en casa de sus padres, Morillas aprovecha para descansar y disfrutar de “entornos naturales y rurales”.

Morillas viaja a este pueblo de Jaén con su hijo de cuatro años, con su pareja y con el resto de su familia y amigas. La política disfruta de sus vacaciones rodeada de sus seres queridos y compartiendo con ellos sus momentos de tranquilidad. “Dedicarme tiempo con ellos también es desconectar”, explica.

La cultura juega un papel destacado en sus vacaciones. Morillas cuenta a infoLibre que aprovecha los momentos de tranquilidad para “leer y ver series o películas pendientes”, o al menos, eso intenta. La política admite que intenta organizarse con su familia y amigos para tener más momentos de paz, ya que “desconectar cuando se está criando adquiere formas y conjugaciones diferentes”.

Morillas está leyendo actualmente Todo va a mejorar, la última novela de Almudena Grandes y El malestar de las ciudades, de Jorge Dioni López. Al mismo tiempo está viendo Madres trabajadoras, una serie de comedia dramática. Otras grandes series que recomienda la política son Years and Years y Black Mirror, una de las joyas de la corona de Netflix.

Mucha gente intenta reducir el uso del teléfono móvil, y de las tecnologías en general, durante sus vacaciones, aunque sean una gran fuente de información y de entretenimiento. Morillas, al contrario, confiesa que no deja el móvil de lado en sus días de descanso. “Accedo a diario al correo, redes y prensa”, explica. En su espacio personal en redes sociales, la política aprovecha para compartir algunos de los “momentos más especiales”. No obstante, intenta dejar el teléfono en casa cuando va a hacer “actividades concretas como ir a la playa” y no usarlo cuando está con su hijo.

El estar conectada continuamente a Internet no es el único factor que dificulta a Morillas hacer un apagón mental pleno. Su actividad política, la crianza y los cuidados que requiere también “limitan los tiempos y espacios de descanso”, explica. Además, en su caso personal, el inicio del mandato municipal en el Ayuntamiento de Málaga también “ha dificultado” sus “posibilidades de desconexión”.

Estas dificultades también vienen dadas por agentes externos. “La actividad política, como la laboral, está pensada desde un profundo patriarcalismo, como si los trabajos de cuidados y de autocuidado no fueran imprescindibles para vivir”, denuncia Morilla. Uno de los factores más valorados en el mundo laboral, y en la actividad política, es “la disponibilidad plena, como si no fuésemos seres vulnerables, como si no necesitáramos descansar, desconectar y cuidarnos”, critica la política.

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Además, las tecnologías, de acuerdo con Morillas, han ampliado la posibilidad de “conexión y disponibilidad permanente”, desdibujando los espacios y tiempos de trabajo. “Esto es un problema profundo desde un enfoque feminista y también de derechos laborales”, subraya.

Vivir sin tener momentos para resetear y apagarse mentalmente es algo realmente complicado que tendría grandes efectos en la salud física y mental de las personas. “El derecho a desconectar forma parte de esa disputa por el derecho al tiempo, por democratizar los usos del tiempo”, sostiene Morilla. Para garantizar el "derecho a la salud de todas y todos”, la política aboga por una redistribución y reorganización “democrática” de los tiempos de trabajo, de cuidados, de participación política y tiempo libre.

“Cuanta más precariedad tiene una familia, más obstáculos tiene para disponer de tiempo libre”, asevera Morilla. Este, en su opinión, es un debate “de derechos y de salud”. Y es que, para tener "vidas libres, felices y saludables", es “fundamental tener todos los derechos garantizados”, concluye.

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