Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) se mantiene a la espera de poder recuperar su condición de juez tras la resolución de hace casi un año del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Tiene clara su posición: “Sigo a la espera de que el Gobierno cumpla con la resolución”. Recientemente ha publicado su libro Los disfraces del fascismo. En su obra advierte de que “hay toda una internacional fascista que se está construyendo y que va obteniendo cuotas de poder” y cuyo objetivo es “implosionar el propio sistema democrático y destruir la consolidación de los derechos obtenidos después de muchos sacrificios”.
La OTAN
“Los que tenemos cierta edad recordamos bien la posición contraria al ingreso de nuestro país en la Alianza Atlántica. Lo que ocurre ahora es que después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, por orden de Putin, hemos visto que en cualquier momento podemos ser objetivo de una agresión externa. Es un hecho consumado que España está dentro de la OTAN, pero no estoy de acuerdo con el aumento del gasto militar y, en todo caso, se exige una información pormenorizada a la ciudadanía. Creo que este derecho a la información, a conocer, a saber y a la transparencia es más importante que en ningún otro momento”.
Bloqueo en la Justicia
“Es muy grave que en una democracia se esté produciendo con demasiada frecuencia esa utilización malsana de las instituciones en favor de posiciones políticas concretas y de cuotas partidarias y no en favor de los ciudadanos y ciudadanas. Es inaceptable que el Consejo General del Poder Judicial lleve en una prórroga ilegal desde hace casi tres años y que sus propios miembros sigan ahí con su mandato caducado. Al menos el sector progresista ya tendría que haberse marchado. Me refiero a este sector porque parece que el conservador no se va a mover hasta que haya una instrucción por parte del grupo político que está bloqueando la renovación. Quien lo está propiciando es el PP y quien va de la mano con él, en este caso, es Vox. Está haciendo filibusterismo jurídico y utilizando las instituciones de gobierno de los jueces en beneficio propio para establecer un status quo de control de ese Poder Judicial que está destruyendo el prestigio y la credibilidad del propio sistema”.
Feijóo y el bloqueo del PP
“He visto cambios en el lenguaje y en las formas, que son más pausadas. Aparentemente, los modos, que también tienen su importancia en el sistema democrático, son más tranquilos. Pero, en el fondo, que es lo importante, seguimos en la misma situación y no ha habido ningún cambio porque dicen que con esta reforma de la ley se rompían unas negociaciones que no existían. Lo que tiene que haber es transparencia y democracia. ¿Quién es el responsable de esta situación? El PP es el que está jugando con unas cartas muy marcadas y bien haría en llegar a ese acuerdo ya para desbloquear de una vez el CGPJ. De esa manera, Feijóo ganaría la credibilidad que, por momentos, está perdiendo. Al fin y al cabo, al menos en esta parcela, está actuando igual que antes".
El Tribunal Supremo en EEUU
“Cuando se habla de derechos humanos y de consolidación de derechos no solo se hace a nivel nacional, sino que siempre hay un foco en Occidente, que es Estados Unidos y es la afirmación de que es el país más democrático del mundo y donde más se protegen los derechos individuales. No nos olvidemos de que el sistema de elección en el Tribunal Supremo en EEUU hace que sus miembros lo sean a título vitalicio, durante toda la vida del individuo y más allá de su edad de jubilación, que es el sistema que rige en España. El poder que acumulan es tremendo, hasta el punto de que ya se empieza a discutir sobre la limitación de los tiempos de mandato de estos jueces, algunos de ellos promovidos en la época de Donald Trump. Si en el Tribunal Supremo español ocurriera lo mismo, habría que reducir drásticamente el número de sus componentes. En todo caso, el tiempo de permanencia en el cargo debería ser temporal".
Poderes ocultos en los medios
“Hay que decir algo más cuando se habla del poder y de la influencia que tienen las corporaciones económicas y los potentes medios de comunicación en la política. Quizás el presidente del Gobierno no tenga que decir sus nombres, pero lo que dice es una obviedad. Que un medio de comunicación trate de influir políticamente en una sociedad democrática no es ni bueno ni malo. Cuando se utilizan como ariete por corporaciones y como un elemento más de acoso y de derribo político es muy peligroso porque se convierten en actores políticos. El papel de los medios, como decía Pulitzer, es estar siempre en línea con la defensa de los más vulnerables y consolidar los valores democráticos y no lo contrario. Ese es el sentido de lo que creo que Pedro Sánchez ha querido decir. Pero hay que dar esta explicación y hay que tener cautela, porque podemos pensar que es una imputación general y eso nos llevaría a ser injustos”.
Poderes ocultos en la Justicia
“Afirmar que existen poderes ocultos que tratan de incidir o influir en el ámbito del Poder Judicial es quedarse corto en el sentido de que no son tan ocultos. Para mí, es evidente que la derecha y la extrema derecha quieren utilizar el sistema judicial para fines propios, espurios a la propia defensa del Estado de derecho. Si a esto le añades la composición del Poder Judicial en determinados países, y España es un ejemplo de formación conservadora y ultraconservadora, se juntan dos elementos que hacen bastante daño al ejercicio de la función judicial. No se pueden utilizar las instituciones, y desde luego no las judiciales, en beneficio del uso del poder y producir resultados que evidentemente exceden de la propia administración de Justicia”.
Julian Assange
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“En el caso Assange, se le aplica la ley de espionaje a un ciudadano, periodista y editor de una plataforma de noticias como es Wikileaks por haber publicado de forma masiva gravísimos hechos que afectan a los derechos humanos y que descubrieron procesos de corrupción y crímenes de guerra en Irak y en Afganistán. Hicieron lo que tienen que hacer los periodistas cuando desarrollan su labor profesional. Es por esto por lo que se produce su extradición. La situación ahora no es la más idónea para una persona que está privada de libertad desde el 19 de junio de 2012. El silencio es lo que más puede condenar a Assange y cuando se abrió el proceso judicial en EEUU los grandes medios callaron. Ahora, apenas se está produciendo una mínima reacción, pero durante mucho tiempo se ha cuestionado la figura de Assange. Guste o no el personaje, si la condena se produce, habrá sido la gran derrota de la libertad de expresión en el mundo y de la libertad de acceso a la información”.
El caso Garzón
“El 25 de agosto de 2021 se hizo pública la resolución del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. En ella, por unanimidad, ante la demanda que yo mismo planteé contra el Estado español, se establece que en febrero de 2012 se dictó por el Tribunal Supremo contra mí una sentencia arbitraria, en la que me impusieron 11 años de inhabilitación. Se declaró que fue una sentencia parcial, en la que no se cumplió el principio de previsibilidad penal y que no se respetó el principio de doble instancia. Es decir, que mi sentencia se pudiera recurrir ante un tribunal en apelación y significa que tengo derecho a recuperar mi posición como juez. Cuando se notificó esta resolución se establecieron seis meses para que el Estado cumpliera con ella. Estamos en julio de 2022 y el mes que viene se cumplirá un año de esa resolución. Me he dirigido al Ministerio de Justicia y no se me ha contestado. No es cuestión de modificar la sentencia del Supremo. Ahora bien, ha sido declarada arbitraria y parcial y tiene que corregirse en sus efectos a través del cumplimiento de esa resolución del Comité de Derechos Humanos”.
Los disfraces del fascismo
“En mi último libro lo que pretendo hacer es analizar, partiendo de ejemplos y de hechos concretos que afectan a distintos ámbitos, cómo el Poder Judicial, el terrorismo, el crimen organizado, la corrupción, el mundo de la política o el mediático de las redes, son aprovechados por grupos de extrema derecha populistas que están en la línea divisoria del fascismo. Cito ejemplos concretos a nivel internacional y nacional, como es el caso de Vox. Y también es una apelación al progresismo, en la misma línea que en mi libro anterior La Encrucijada, para que se deje de confrontaciones internas y se ponga de acuerdo. Vamos a sumar, porque si no lo hacemos así, nos vamos a ver envueltos nuevamente en una especie de bucle muy peligroso y del que no vamos a salir en mucho tiempo”.
Baltasar Garzón (Torres, Jaén, 1955) se mantiene a la espera de poder recuperar su condición de juez tras la resolución de hace casi un año del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Tiene clara su posición: “Sigo a la espera de que el Gobierno cumpla con la resolución”. Recientemente ha publicado su libro Los disfraces del fascismo. En su obra advierte de que “hay toda una internacional fascista que se está construyendo y que va obteniendo cuotas de poder” y cuyo objetivo es “implosionar el propio sistema democrático y destruir la consolidación de los derechos obtenidos después de muchos sacrificios”.