Cristina Monge: “La gestión del Gobierno valenciano ha sido una concatenación de fallos e irresponsabilidades”

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La socióloga y politóloga Cristina Monge visita regularmente esta sección. Su visión, apoyada en estudios, lecturas y un profundo análisis proporciona un valioso punto de vista sobre la actualidad. Dos asuntos candentes como la gestión de la terrible dana que ha asolado especialmente Valencia y las elecciones en Estados Unidos le sirven para mirar más allá. Concretamente, al riesgo que corren actualmente las democracias. Monge hace especial hincapié en la lucha contra la desinformación. Asimismo llama al activismo en su contra a todos los y las periodistas y más allá a cualquier demócrata.

Dimensión de la catástrofe de la dana

"Esta dana es una de las mayores catástrofes ambientales que ha sufrido España. Todavía no somos conscientes de la dimensión real de todo, no solamente de las personas que han muerto, sino de todos los daños tanto materiales, anímicos y de salud mental. También ha afectado al estado de ánimo de toda la población, por supuesto, con el epicentro en Valencia, pero también en el conjunto de España. Va a ser necesario que pase un tiempo para ser conscientes de hasta dónde ha llegado la tragedia e intentar hacer nuestro duelo, tanto a nivel personal, cada uno de nosotros y de nosotras, como a nivel colectivo, como sociedad”.

Gestión de la Generalitat valenciana

“La gestión por parte del Gobierno valenciano ha sido una concatenación de errores, fallos e irresponsabilidades. Desde esas 12 horas que se tarda en enviar los avisos a los móviles y que pudieron salvar vidas hasta que una de las primeras decisiones que tomó el gobierno de Mazón cuando llegó a la Generalitat de la mano de Vox fue disolver la Unidad Valenciana de Emergencias, uno de los cuerpos que podrían haber ayudado en esta tragedia. Desde 2013 el cambio climático está incorporado en los informes como un riesgo de seguridad nacional para España. ¿Por qué no están todos los protocolos y todas las medidas al día? Estamos centrados en cómo se gestiona el desastre, pero a no mucho tardar habrá que revisar la cadena de responsabilidades que se incumplieron, algunas de carácter político, otras veremos si judiciales”.

Mejoras a futuro

“Ahora mismo estamos todos empezando el duelo. Hace falta revisar los protocolos y mecanismos a disposición y tener todo engrasado para que cuando llegue una emergencia como esta, funcionen. Hay que adaptar absolutamente todas nuestras infraestructuras y sistemas de emergencia a una realidad que va a ser cada vez más frecuente y virulenta debido a la crisis climática. Algunos llaman chiringuitos a estos organismos. ¿Cuánto nos cuesta no tener esos sistemas de vigilancia y emergencia? Puede que mantener buenos equipos, políticas de adaptación y de mitigación del cambio climático sea caro. ¿Pero cómo de caro es no hacerlo? Ahora lo estamos viendo. Sin contar, por supuesto, lo fundamental que son las vidas humanas”.

La visión del mundo tras la gestión de la Generalitat

“Gobernar es marcar prioridades y la mejor manera de ver cuáles son las prioridades de alguien es analizar su presupuesto. Si un gobierno, al mismo tiempo que disuelve la unidad de emergencias, lo que hace es incrementar el presupuesto para los festejos taurinos, nos está diciendo claramente cuáles son sus preferencias. La población debe tener presente que al votar lo hacemos por un programa político con unas prioridades a la que se van a destinar recursos. Tenemos que ser conscientes de lo que supone priorizar unas cosas y dejar al final de la lista otras. Son 223 muertos hasta la fecha, personas desaparecidas todavía y un enorme daño personal y por supuesto moral. Y por supuestísimo económico”.

La dirección de la respuesta de Carlos Mazón

“¿Por qué no reaccionó antes? ¿Qué conocimiento o desconocimiento tenía? ¿Qué estaba pasando con sus consejeros y consejeras? ¿Hasta dónde eran conscientes de la responsabilidad que tenían en sus manos? En contra de lo que a veces se piensa, hay unos estupendos profesionales y medios de comunicación en este país. Todo se acabará sabiendo y las piezas acabarán encajando. Además de los fallos está toda la confusión comunicativa que se ha generado estos días, con mensajes muy contradictorios acerca de cuando se enteró de lo que estaba pasando, qué hizo y qué no hizo. Los liderazgos siempre son importantes, pero cuando ocurre una tragedia como esta aún más. Y aquí hasta la fecha está contribuyendo más a generar confusión, polémica e indignación que a gestionar una crisis tan compleja”.

Gestión del Gobierno central

“La primera intervención del Gobierno de España llega cuando la Agencia Española de Meteorología, órgano que depende del Ministerio de Transición Ecológica, empieza a dar alertas cinco días antes y van subiendo de intensidad. Mientras el gobierno de la Comunidad Valenciana no hace nada, otras entidades, como la Universidad de Valencia, decide suspender todas las actividades académicas. Se ha polemizado mucho acerca de si el Gobierno de España, en concreto Pedro Sánchez, tenía que haberse puesto en primera fila. Eso hubiera generado un debate de carácter no solamente político, sino también jurídico, lo que no se puede permitir en situaciones de emergencia como esta. Habrá que generar dinámicas de cogobernanza más engrasadas, pero antes de hacerlo no se puede dejar atrás al Gobierno autonómico”.

Pedro Sánchez en esta crisis

“A partir de la dana, lo que hace es ponerse a disposición del Gobierno de la Comunidad Valenciana diciendo no tienen que priorizar, porque van a poner todos los medios que hagan falta. Ha habido mucha desinformación, pero lo que el Estado ha hecho ha sido poner a disposición de la Comunidad Valenciana los medios que hicieran falta. Incluso aceptó la propuesta de Mazón de poner a los ministerios bajo el mando de una comunidad autónoma, algo peculiar. Yo creo que el Gobierno de España lo hizo bien, lejos de entrar en polémicas acerca de si debo tener el mando yo o tú, se pone a disposición del territorio que es quien mejor conoce la realidad. La decisión menos mala, porque en esa esas ocasiones tampoco hay decisiones que sean acertadas”.

Ola de solidaridad

“No solo el pueblo salva al pueblo, no. Ese es un eslogan muy peligroso. El pueblo necesita servicios de emergencia, sanitarios, bomberos, infraestructuras e instituciones que nos hemos dado para el día a día y para situaciones de emergencia. El pueblo salva al pueblo pagando impuestos y confiando en unas instituciones que pueden hacer frente a esto. Dicho lo cual, es fundamental la ola de solidaridad ciudadana que se ha estado dando y es de estas cosas que te reconfortan en la vida. Está siendo espectacular la movilización, con un protagonismo muy importante de los jóvenes. Tenemos que resaltarlo porque a esta generación se le ha dicho que es de cristal, una generación poco comprometida, extremadamente individualista. Han sido los primeros que han recorrido kilómetros a pie con una escoba para ayudar”.

Los medios de comunicación ante la tragedia

“Creo que a no mucho tardar se harán tesis doctorales sobre el papel de los medios en esta crisis. Pocas veces como esta se está viendo de forma tan clara la diferencia que hay entre la información y la desinformación, entre los bulos que corren por las redes sociales y los bulos que a veces saltan a los medios de comunicación. La profesionalidad de unos periodistas y la intencionalidad política o la manipulación de otros. Tenemos ya testimonios de gente que dice que la inundación fue horrible, pero los bulos que corrieron después fueron peor. Hay algo fundamental para luchar contra la desinformación, que es recuperar la confianza en las instituciones. El compromiso de los periodistas y medios con la verdad, y no solamente eso, sino desmontando los bulos, mentiras y la desinformación que corre es esencial”.

Inundación de bulos

“Hay un espacio especialmente vulnerable a la desinformación y a los bulos: son las redes de mensajería instantánea que nos llegan a través de los teléfonos móviles y están fuera del escrutinio público. Si un medio público dice un bulo, cualquiera podrá rebatirlo. Si te llega por teléfono, por cualquiera de las redes de mensajería instantánea, lo vas a ver tú y muy pocas veces lo vas a socializar. Se va a mover entre un grupo de gente a priori dispuesta a creerlo. La crítica a los expertos de la ciencia ahora mismo es un elemento central de esos bulos. Además, el o la remitente forma parte de tu ámbito de relaciones; un familiar, un amigo, una compañera. Vas a tender a creerle. Hay un auténtico hervidero de bulos”.

Discurso prosistema

“No me preocupa tanto que haya discursos que cuestionen la necesidad de pagar impuestos. Lo que me preocupa es que no seamos capaces, quienes creemos en la democracia y el Estado del bienestar, de hacer entender que cada vez que acudimos a pagar nuestros impuestos financiamos a bomberos, Protección Civil, servicios de emergencias, sanitarios o sistema educativo. Hay que enfrentar ese discurso irresponsable que cuestiona la necesidad de los servicios públicos del Estado y, por supuesto, de pagar los impuestos correspondientes, poniendo en valor lo que supone un Estado con servicios públicos, una sociedad que no deja a nadie atrás. Luego podemos entrar en el debate de si esa administración puede ser más eficiente o mejor gestionada. Sin duda. Entremos en ese debate, que buena falta hace”.

Efectos de una sociedad crispada

“Una sociedad crispada tiene muchos problemas para hacer frente a los desafíos del día a día y más si esos desafíos se multiplican. Vivimos en un momento con enormes desafíos nuevos. La revolución digital supone retos tremendos para todas las sociedades. El cambio climático amenaza a nuestra forma de convivencia y a nuestro día a día en todos los aspectos. Los movimientos de personas que se están produciendo en el mundo suponen también desafíos que necesitamos abordar desde valores democráticos. Una sociedad crispada probablemente caerá en dinámicas que van a tender a hacer más graves todavía los problemas y los desafíos que presentan todos estos temas. Cualquiera, en su vida, para tomar las decisiones que le correspondan, necesita tener buena información. A nivel social pasa lo mismo”.

Victoria de Trump

“Todo apunta a que más que una victoria de Trump hemos visto una derrota de Harris. Creo que estamos viendo la enorme capacidad de los populismos, de los ultras, en este caso encabezados por Trump, de capitalizar un descontento que tiene muchas cabezas y la incapacidad de los demócratas para plantear una propuesta de futuro que ilusione lo suficiente. Yo diría que todo esto parte del 2008 y de cómo se gestiona esa crisis en un proceso de globalización y revolución digital. Una crisis que agravó las desigualdades de forma muy importante. A partir de ahí se empieza a generar una serie de rupturas en la sociedad. Los populismos de ultraderecha suelen ser muy hábiles a la hora de diagnosticar dónde están los malestares y los problemas reales de la sociedad y entran en ellos metiendo el dedo en el ojo”.

Lo rural contra lo urbano

“Hay una diferencia clara entre las ciudades frente a los Estados Unidos más rurales o de municipios pequeños. Uno de los autores de Cómo mueren las democracias, Ziblatt, dice que más que por el eje izquierda derecha estamos motivados por el que opone cosmopolitismo de sociedades abiertas contra lo identitario de las sociedades cerradas. Se podría matizar, pero con la excepción de Madrid, opciones progresistas están gobernando en la práctica totalidad de ciudades grandes en Europa y Estados Unidos mientras que fuerzas conservadoras tienen más éxito en ámbitos rurales o en ciudades más pequeñas, en entornos con más dificultades para prosperar. Respuestas que implican una vuelta a un pasado que nunca existió ofrecen cobijo a personas desorientadas, con miedo al futuro. Aunque no solucionarán la desigualdad”.

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“Es una mujer negra y probablemente parte de la población aún no la admite por ello como presidenta de Gobierno. No tuvo tiempo de hacer campaña, pero creo que sobre todo le ha faltado una propuesta de futuro con medidas que den respuesta a los retos de la sociedad. Sabemos que hay un malestar difuso bajo el que está la desigualdad, el miedo al futuro, a sentirse abandonado. Hay que reconstruir la noción de futuro. Desde 2008 en Occidente ha desaparecido la idea. Ahora, el futuro es un sitio apocalíptico al que nadie quiere ir. Treinta años atrás era prometedor, lleno de color. Mientras no consigamos darle la vuelta y recuperar una idea de futuro que ilusione a la sociedad, estaremos allanando el camino para que los populismos o personajes como Trump puedan capitalizar el descontento y el malestar”.

La desinformación como estrategia de la extrema derecha

“Cuando Steve Bannon llega a Europa procedente del equipo de Trump y empieza a articular redes de partidos de ultraderecha, algunos de ellos con una importante representación política, aplica un manual de comunicación y un manual estratégico. Uno de los elementos clave es la desinformación. A veces directamente se miente y otras, no menos peligrosas, se crean dudas de forma suficientemente contundente como para generar procesos de desconfianza. Una desconfianza institucional sobre la política, los medios de comunicación, en definitiva, sobre el sistema. Las democracias se basan en la confianza. Si se destruye, el sistema democrático está herido y empezamos a tener algunas de esas heridas. La única solución es volver a recuperar esa confianza perdida. Y ese es un reto para cualquier demócrata”.

El futuro de Occidente

“Es poco realista pensar que somos la primera generación que se enfrenta a desafíos de carácter existencial. Los diagnósticos del malestar democrático creo que los entendemos bien. Nos queda medio camino y es dar con el antídoto. Tiene que pasar por recuperar la confianza en unas instituciones que también necesitan repensarse. No van a ser las instituciones de antes las que den respuesta a los retos de ahora. Hay que encontrar el antídoto a la desinformación, de esa situación tan interesadamente cargada de crispación social. Todos los retos de futuro tienen una enorme capacidad disruptiva y además operan al mismo tiempo. Coinciden la revolución digital y la crisis climática. Necesitamos democracias robustas. De la crisis de la democracia solo se sale con más democracia. Nunca con menos democracia”.

La socióloga y politóloga Cristina Monge visita regularmente esta sección. Su visión, apoyada en estudios, lecturas y un profundo análisis proporciona un valioso punto de vista sobre la actualidad. Dos asuntos candentes como la gestión de la terrible dana que ha asolado especialmente Valencia y las elecciones en Estados Unidos le sirven para mirar más allá. Concretamente, al riesgo que corren actualmente las democracias. Monge hace especial hincapié en la lucha contra la desinformación. Asimismo llama al activismo en su contra a todos los y las periodistas y más allá a cualquier demócrata.

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