Siempre ha sido un cantautor rebelde, una “palomita suelta”. Cuando era muy joven, escuchaba a la vez a Nirvana y a Silvio Rodríguez y metía versos de Pedro Guerra en las letras de su banda de hardcore KTF —siglas de Ke te follen— sin que sus colegas del grupo se enteraran. Hoy Diego Cantero (Molina de Segura, 1982) sigue siendo un insurrecto. Al menos en lo que a las etiquetas musicales se refiere. Por eso, aunque escribe baladas como nadie, acaba de publicar un canto a la vida pospandemia, con ritmos latinos y salseros, sin prejuicio estilístico alguno.
El líder de Funambulista lleva dos décadas cantando al amor y al desamor y componiendo para otros artistas como Raphael y Malú, pero nada en su vida llegó de golpe. Antes, tuvo que esforzarse, repartir muchas pizzas y montar demasiados escenarios de la Orquesta Casablanca: monta, dale a la máquina de humo, espera a la actuación, desmonta, mete todo en el camión, viaja a otra ciudad y vuelta a empezar. Algo parecido pasó con Ya verás. Como su carrera, fue creciendo “a fuego lento” hasta convertirse en uno de sus temas más icónicos: “Es la que más hondo ha calado en la gente. Se hizo grande tocándola con Andrés Suárez en el Café Libertad 8. Éramos sesenta personas en aquella sala, pero hoy han visto ese vídeo casi doce millones de personas”.
Diego Cantero la compuso en los años 2000, cuando era un veinteañero que ganaba concursos musicales en su pueblo: “Se la escribí a una chica después de dejarlo. Lo pasé jodido y cuando empezaba a superarlo, un día, llama al timbre y me dice: ‘Oye, mira, ¿y si volvemos a empezar?’”. Justo esa es la pregunta que introduce el estribillo de la canción. “Se la canté, pero no sirvió de nada. Siempre pasa. Se lo preguntes al músico que se lo preguntes, te dirá lo mismo. Cuando haces una canción destinada a alguien en concreto suele ocurrir que a ese alguien se la sopla completamente, jamás te hacen el más mínimo puto caso y luego el resto del mundo te dice: ‘Ojalá me hubiesen escrito a mí una canción así’. Ese es nuestro destino como músicos”, confiesa resignado con tono jocoso.
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La tercera parte de ‘Ya verás’La tercera parte de ‘Ya verás
Empezó a tocarla en bares de Murcia y entre copas se dio cuenta de que “los versos que escribes en tu casa, se empiezan a convertir en frases que muchos tararean y que se van llenando de sus historias”. Este tema estuvo mucho tiempo en el cajón hasta que la publicó en 2010 y la tocó con Andrés Suárez en 2013. Fue entonces cuando llegó el éxito y la gente la empezó a hacer realmente suya: “Pero jamás sonó en los medios de comunicación porque como la tenía editada anteriormente y no la volví a grabar, no la presentamos tampoco en la radio para que sonara. Creció sola y me alegro de que fuera así”.
Muchas personas no saben que la canción original no tenía una tercera parte que Diego compuso catorce años después: “Tato Latorre me dijo que le faltaba esa parte y, aunque me sorprendió, le hice caso. Me senté y me salió supernatural, fue algo milagroso. La letra hilvanó perfectamente por eso hay gente no se da ni cuenta… Si la toco en directo, la cantan. Si no, no la echan de menos. Terminé el puzzle y salió bien”.
Siempre ha sido un cantautor rebelde, una “palomita suelta”. Cuando era muy joven, escuchaba a la vez a Nirvana y a Silvio Rodríguez y metía versos de Pedro Guerra en las letras de su banda de hardcore KTF —siglas de Ke te follen— sin que sus colegas del grupo se enteraran. Hoy Diego Cantero (Molina de Segura, 1982) sigue siendo un insurrecto. Al menos en lo que a las etiquetas musicales se refiere. Por eso, aunque escribe baladas como nadie, acaba de publicar un canto a la vida pospandemia, con ritmos latinos y salseros, sin prejuicio estilístico alguno.