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El fiasco de Bruselas y el desafío permanente de Mazón desnudan el liderazgo de Feijóo en el PP

De la cumbre de la OTAN a los valles de la inflación

Ha concluido la Cumbre de la OTAN en Madrid con una doble demostración: 1/ España es un Estado fiable que organiza mejor que cualquiera un acontecimiento global, y 2/ Ha resucitado la OTAN (en “muerte cerebral” en 2019 según Macron), vuelve la guerra fría y Europa sigue aceptando su dependencia de EEUU como si su propia existencia y valores no se sostuvieran sin "el amigo americano”. 

Para entendernos (o al menos intentarlo): 

  • Núñez Feijóo habría dado el Pórtico de la catedral de Santiago por ejercer de anfitrión en esta cumbre, cuyos orígenes, desarrollo y conclusiones coinciden de forma bastante milimétrica con las posiciones y propuestas del PP en los últimos años. 
  • Resulta infantil e irresponsable que el PP se resista a apoyar las conclusiones de esta cumbre o el acuerdo de ampliación de la base de Rota con la excusa de que un socio del Gobierno discrepa. 
  • Abusa constantemente el PP del éxito de la estrategia de proclamar de boquilla su disposición a llegar a acuerdos de Estado para luego utilizar todo tipo de excusas con el objetivo de boicotearlos: lo ha hecho y sigue haciéndolo con los órganos constitucionales (CGPJ o TC), con los fondos europeos, con la política exterior o con la de defensa.
  • Sánchez reconfirma su apuesta por la llamada “geometría variable” a la hora de obtener el respaldo parlamentario a algunas de sus políticas, lo cual puede calificarse de realista o pragmático, pero no precisamente de “electoralista”, como pretenden las derechas. Todos los sondeos indican que el mayor desgaste de la coalición de gobierno tiene que ver con su imagen de división y con la decepción que algunas medidas (o la ausencia de otras) provocan en el electorado de izquierdas.
  • Ha recuperado Sánchez parte del discurso “antisistema” que le llevó al liderazgo del PSOE recordando esta semana la influencia de “poderes económicos y sus terminales mediáticas”, siempre interesadas en el fracaso de cualquier experiencia de gobierno progresista. Lo que apunta Sánchez no es una teoría conspiranoica sino algo perfectamente comprobable: los poderes económico-financieros y sus potentes altavoces mediáticos hacen todo lo posible (y mucho más) para descabalgar a la izquierda del Gobierno. Pero lo que se espera de quien ejerce el poder político no es sólo que denuncie la perversión del sistema, sino que tome medidas eficaces para mejorar su funcionamiento. 
  • Ha comprometido Sánchez un incremento del gasto en defensa hasta el 2% del PIB. Y ha hecho (seguramente sin ganas) lo que habría hecho encantado Feijóo aunque ahora lo critique. Esa falta de lo que ellos mismos llaman “sentido de Estado” no debería ocultar lo evidente: España se ha sumado de forma sumisa al resto de colegas europeos que no han podido, querido o sabido aprovechar la “oportunidad” de la injustificable invasión rusa de Ucrania para reivindicar un concepto autónomo de seguridad europea que huya de la estricta dependencia jerárquica de EEUU. Sólo una pregunta: si la UE gasta en defensa en torno a 200.000 millones de euros y Rusia 63.000, ¿por qué hay que incrementar la contribución a la OTAN antes de plantear una mejor inversión militar europea? Como señalan distintos expertos civiles y militares, el problema de la defensa europea no es tanto cuantitativo como cualitativo (ver aquí, y aquí y aquí)
  • El debate más profundo y trascendente a raíz de la invasión de Ucrania no lo resuelve la exitosa (en términos políticos y propagandísticos) cumbre de la OTAN en Madrid, sino que pasa por convencer a una opinión pública muy castigada, decepcionada o desinformada de que el Gobierno progresista español seguirá colocando como prioridades políticas la lucha contra la desigualdad, la ayuda a los más vulnerables, la redistribución justa de la riqueza y la lucha contra el cambio climático. Hay tarea. ¿De dónde saldrá el incremento de gasto militar hasta el 2% del PIB? La pregunta es legítima y pertinente, la haga el socio minoritario del Gobierno o cualquier sanitario de los que se dejan cada día la piel para atender unas Urgencias adelgazadas o liquidadas en algunas comunidades autónomas (fundamentalmente gobernadas por el PP, que tan dispuesto está a multiplicar el gasto militar al tiempo que desmantela la sanidad pública).
  • Los dos días que Madrid ha acogido a líderes de 32 países del mundo sin duda serán fructíferos en términos de imagen de Estado. Sólo las fotos de los prolegómenos de la cena en el Museo del Prado suponen quizás la mejor inversión turística que se puede imaginar en tiempos tan convulsos. Pero en cuanto se apaguen las luces de la fiesta, el Gobierno está obligado a poner negro sobre blanco las cifras de lo que significan para España los acuerdos firmados, con la OTAN y con los Estados Unidos. Y sería engañoso no situar las cifras comprometidas en el contexto de una realidad dominada por la inflación galopante (10,2% en junio) que castiga los bolsillos de amplias capas de la población española, y muy especialmente de un 'precariado' que empezaba a levantar cabeza tras lo peor de la pandemia, gracias a unas políticas sociales que nada tenían que ver con el 'austericidio' practicado tras la crisis financiera de 2008.

Lo más difícil será lograr que esas medidas se perciban lo antes posible en los bolsillos de una ciudadanía sometida al bombardeo psicopolítico que vaticina una nueva recesión

En estos tiempos gaseosos y acelerados, la cumbre de la OTAN ya fagocitó en términos de comunicación política las medidas aprobadas en consejo de ministros extraordinario el pasado sábado 25 de junio. Unas medidas que suman ya 15.000 millones de euros en ayudas públicas a los sectores más vulnerables y a las empresas más necesitadas. Todo indica, en España y en el resto de occidente, que serán necesarias aún más decisiones en esa misma línea, que faciliten la capacidad de las clases medias para soportar esta nueva crisis. Lo más difícil será lograr que esas medidas se perciban lo antes posible en los bolsillos de una ciudadanía sometida al bombardeo psicopolítico que vaticina una nueva recesión (con la inestimable ayuda de esos "poderes económicos y terminales mediáticas" cuya existencia niegan los mismos que la aprovechan en beneficio propio).

P.D. Que el Concepto Estratégico firmado en Madrid signifique que la OTAN se compromete a defender Ceuta y Melilla ante un posible ataque de... Marruecos (no le demos vueltas) dependerá de la interpretación que haga la Alianza del artículo 5 de su Tratado (ver aquí) si algún día se produce el caso (ningún dios lo quiera). Lástima que todo lo referido a la dificilísima relación con Marruecos haya quedado contaminado por una acción desproporcionada y criminal de las fuerzas de seguridad marroquíes en la valla de Melilla y por la desinformada y nada empática reacción de Sánchez a la noticia de esas muertes. Con o sin imágenes de las mismas, lo apropiado es exigir una investigación a fondo y solidarizarse con las víctimas y sus familias. Cuesta entender que la atrocidad ocurrida no sirva precisamente para reclamar a la UE (y a la OTAN sobre su denominado "flanco sur") una implicación mucho mayor en la actuación en origen para evitar matanzas como esta. Culpar a "las mafias" es cómodo (por cierto, ¿cuándo veremos una operación anti-mafias con detenciones y pruebas sólidas, nombres y apellidos?), pero es obvio que las migraciones desde África no se solucionan con más militares, vallas o tanques, sino con ayudas al desarrollo y la cooperación, de modo que millones de africanos no se vean obligados a huir de guerras o hambrunas, por los conflictos en Europa o por el cambio climático (ver aquí).

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