Joaquín Machado, un hermano Luis García Montero
Quién pide perdón por Aznar
En España y Europa inquieta que la derecha ocupe posiciones ultras. Lo que preocupa a las democracias occidentales tiene su resistencia en el sustrato ideológico de la Fundación FAES. Desde ahí, su presidente, José María Aznar, transita espacios incluso peores que Vox. La ligereza con la que pronuncia “30.000 muertos si aceptamos los números de Hamás” solo tiene a la extrema derecha israelí de su lado. Su posición en la defensa de la guerra de Israel contra Palestina es la de Benjamín Netanyahu. Un presidente israelí cada vez más solo, con la comunidad internacional en contra, unida por primera vez en la petición de una desescalada en la matanza de palestinos. “Imagínense que Israel no termina”, dice Aznar. Al otro lado, la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, habla directamente de “gran error” con posibles “consecuencias” si la operación israelí continúa y avanza hacia Rafah, a 30 kilómetros de Gaza.
Estados Unidos ha lanzado un aviso —la abstención sobre el alto al fuego solo puede leerse así—. Y mientras Aznar invoca una supuesta defensa de occidente, son los gobiernos occidentales junto a la administración de Joe Biden quienes se apartan de la línea dura. Democracia o exterminio. Hay que elegir. Y Aznar elige lo segundo cuando dice “Hay que terminar la operación”. Está tan solo en su defensa sin ambages del gobierno israelí que, a diferencia de la guerra de Irak, es el único descolgado de Naciones Unidas. La última resolución del Consejo de Seguridad “exigiendo” el alto el fuego inmediato, adoptado por 14 miembros y la abstención norteamericana, constata —como señala el diario Haaretz— el tránsito de “una guerra justa y una represalia imperativa (contra Hamás), en una condena mundial”.
Hay muchas posibilidades de que la masacre israelí de civiles palestinos termine con la salida de Netanyahu. Y que Aznar se quede solo con su “Hay que terminar la operación”. Hasta entonces, ¿respalda o rechaza Feijóo la postura del expresidente popular?
También The Economist, con un elocuente Israel alone (Israel solo) en su última portada, analiza cómo después de semanas en las que Israel ignorara la petición de Estados Unidos para permitir mayores provisiones de ayuda humanitaria en Gaza, "el 14 de marzo algo se rompió". Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado y uno de los más firmes defensores de Israel en el Partido Demócrata, acusó a Netanyahu de haber “perdido el rumbo” y de estar “demasiado dispuesto a tolerar el número de víctimas civiles en Gaza”. El apoyo a Israel se está hundiendo en todo el mundo a “mínimos históricos”, apuntó el senador. Después, Biden lo respaldó por su “buen discurso”. Concluye The Economist: “Es difícil pensar en un momento en el que el ocupante de la Oficina Oval haya estado tan cerca de respaldar públicamente la destitución del líder electo de Israel”.
Aznar fue un mal presidente. Porque dejó una corrupción soterrada en forma de caja B que le explotó a Mariano Rajoy y porque metió a España en una guerra ilegal al margen de las resoluciones de Naciones Unidas. Y ha derivado en un mal estadista. El expresidente que plantó los pies en el rancho de George Bush nunca fue un visionario y está fuera hasta del tablero neocon. Sin peso en los centros de referencia anglosajones —Harvard, Yale o Princeton, por citar algunos ejemplos—, o los think tanks de política de defensa norteamericana. Los españoles con más relevancia son Javier Solana —en el top por su etapa al frente de la OTAN— y Josep Borrell. Aznar no es un referente. Representa a una extrema derecha sin finezza geopolítica —con perdón del eufemismo—, atrapado en la lógica belicista del 11-S ya superada incluso en Estados Unidos.
Hay muchas posibilidades de que la masacre israelí de civiles palestinos termine con la salida de Netanyahu. Y que Aznar se quede solo con un puñado de ultras y su “Hay que terminar la operación”. Hasta entonces, ¿respalda o rechaza Feijóo la postura del expresidente popular? ¿Cuál es la posición oficial del PP con Israel ahora que Biden avala un alto el fuego? ¿Quién pide perdón por Aznar?
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