El retroceso del revólver contra el feminismo Cristina Monge
A tu abuela le van a diagnosticar cáncer y no tendrá oncólogo
Así rezan los carteles que colman las redes sociales de la plataforma social Oncobierzo, un movimiento comarcal que, como su nombre indica, lucha por tener servicio oncológico en el Bierzo (León). Puede parecer una hipérbole extravagante, pero es estrictamente cierto: el Hospital del Bierzo, que atiende en su área de salud más de 120.000 cartillas, no tiene oncólogos. Este centro cuenta con cuatro escasísimas plazas de oncología, dos ocupadas por especialistas actualmente de baja y dos desiertas desde hace meses.
Explicado esto, les invito a que imaginen que su madre o padre enferma de algún cáncer y, lejos de recibir la mejor atención, se encuentra en un hospital donde es atendido por internistas que hacen todo lo que pueden, pero sin oncólogos. El tiempo pasa y lo sumo que llega es la visita de especialistas que cambian cada vez, cuyos viajes para llegar a su puesto de trabajo son de un tiempo superior a dos horas y media. Pese a tener el mejor ánimo y profesionalidad, su labor es absolutamente insuficiente en un contexto sanitario de saturación. Pues bien, este es el infierno que, paradójicamente, se vive en un paraíso natural donde el derecho a la sanidad pública, de facto, no existe. De hecho, el problema alcanza tal gravedad que el Defensor del Paciente ha instado la actuación urgente de la fiscalía en el asunto.
Podría pensarse que se trata de hechos sobrevenidos, pero no es cierto. La situación actual responde a la enorme negligencia continuada que representan las políticas sanitarias en Castilla y León, es más, profesionales tan relevantes como el presidente de la organización colegial de médicos de Castilla y León, José Luis Díaz Villarig, han avisado reiteradamente sobre el abismo al que lleva tiempo asomándose la sanidad berciana. Salarios bajos, falta de incentivos, la imposibilidad de desarrollo profesional y la expulsión sistemática del talento ha ido dejando al hospital ponferradino sin especialistas.
La situación actual responde a la enorme negligencia continuada que representan las políticas sanitarias en Castilla y León
Aunque la colección de errores que han terminado de estallar en las últimas semanas ha supuesto la dimisión de Pilar Fernández, gerente de asistencia sanitaria del Bierzo, lo cierto es que, como indicaba, esta dejadez contumaz no le era ajena a la Junta de Castilla y León. Lo han evidenciado sus políticas de parches que en ningún caso han hecho un abordaje de fondo del problema y, lo que es aún más grave, lo dejan claro las reiteradas llamadas de atención de la oposición a lo largo de todos estos años. Sin ir más lejos, el PSOE de Castilla y León propuso hace ya más de tres años un sistema de incentivos que permitiera ocupar con garantías las plazas de difícil cobertura; del mismo modo, los socialistas han peleado duro por la puesta en marcha de la facultad de Medicina en la provincia de León, a la que ahora se ha sumado de forma oportunista y sin compromisos concretos el PP.
Quizá haya quien considere que este asunto no alcanza más allá del ámbito regional; sin embargo, da muchas pistas sobre el modelo de país al que podemos aspirar. Garantizar un acceso equitativo a servicios como la sanidad pública es un reto en zonas rurales y/o asediadas por la despoblación, pero cada vez que un solo ciudadano o ciudadana se ve abandonado, el Estado está fallando de la peor forma posible. Es radicalmente incompatible con el Estado social, democrático y de derecho que haya personas sin atención oncológica en España, porque representa una ruptura total de la solidaridad, del principio de igualdad y de la cohesión social y territorial. En relación con esto, considero legítimo sostener apasionados debates sobre el modelo de financiación, pero, mientras el presidente de Castilla y León agita el peral de la polémica financiera, sus socios de Vox le acorralan con la ley de concordia o Cataluña sigue usándose como espantajo, las soluciones siguen sin llegar al Bierzo. Entre tanto, en el pleno de las Cortes de Castilla y León de esta semana, solo un portavoz pregunta por la sanidad berciana: Luis Tudanca, líder de los socialistas castellanos y leoneses.
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Andrea Fernández es diputada del PSOE por León.
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