Hambre, sed, muerte y terremotos
El Ejército israelí está utilizando un tipo de arma que además de bombardear un punto concreto en el territorio produce movimientos de tierra muy violentos. Lo más parecido a un terremoto.
Las bombas terremoto o bombas sísmicas ya se habían utilizado al final de la segunda guerra mundial. Una explosión subterránea hace mucho más daño a los edificios que una explosión de la superficie de la misma capacidad.
Al estallar bajo tierra, produce el equivalente a un terremoto, pudiendo destruir presas, viaductos y por supuesto viviendas.
Una forma más de arrasar la Franja de Gaza.
Lo han hecho todo para acabar con la población gazatí. Los matan de hambre y sed, destruyen sus casas, los hacen vivir en tiendas de campaña con frío y lluvia junto al mar Mediterráneo
¿Qué más piensa hacer Israel en este territorio? ¿Cuándo piensa la Corte Penal Internacional afirmar que estamos ante un genocidio?
Lo han hecho todo para acabar con la población gazatí. Los matan de hambre y sed, destruyen sus casas, los hacen vivir en tiendas de campaña con frío y lluvia junto al mar Mediterráneo.
Y por si eso fuese poco ahora, les producen con sus sofisticadas bombas terremotos nocturnos.
Ya nadie habla de ellos. Primero Líbano, ahora Siria y Gaza queda en la cola.
Ya nadie cree en treguas ni alto al fuego. Han perdido toda esperanza en los seres humanos y mientras Netayahu y sus Ejércitos siguen matando y torturando, los gazatíes mueren en silencio.
Si creen que, con este tipo de actuaciones, Israel será un lugar más seguro, se equivocan. Están convirtiendo Gaza en un lugar de muerte, odio y sueños de venganza.
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Mercè Rivas es periodista.
