Caso Nevenka
El PSOE dice que Rubalcaba no conocía el pacto que su partido selló con un acosador sexual hace 11 días
La moción de censura en Ponferrada (León) acabó enredando como nunca a los socialistas. Lo que por la mañana se jaleaba como una decisión acertada –nada más y nada menos que el pacto con un condenado por acoso sexual para arrebatar la alcaldía al PP– por la noche acabó con un intento de marcha atrás ordenado por Alfredo Pérez Rubalcaba y con unas palabras del número tres del partido en las que trasladaba que Ferraz no sabía nada del acuerdo con un acosador y que todo el embrollo se debió a un "error personal" suyo.
La indignación chorreaba dentro y fuera del PSOE en los últimos días. Concretamente, desde el 25 de febrero, cuando los socialistas de la localidad leonesa, encabezados por Samuel Folgueral, anunciaron una alianza con Ismael Álvarez, líder de Independientes Agrupados de Ponferrada (IAP), para tumbar al alcalde, Carlos López Riesco, del PP. La polémica no podía ser gratuita, ya que Álvarez fue condenado por acoso sexual en 2002 por el caso Nevenka cuando era regidor de la ciudad.
La entente provocó un profundo resquemor interno. Pero Ferraz, la dirección federal del partido comandada por Rubalcaba, no intentó romperla, ni paralizar la moción de censura. Es más, este viernes, 8 de marzo, Día de la Mujer –fecha simbólica donde las haya–, y una vez consumada la caída de López Riesco, el número tres celebró la noticia. "Hoy hay un acosador menos en política", dijo Óscar López. La secretaria federal de Igualdad, Purificación Causapié, se agarraba mientras a que el PP había estado gobernando siete años con el aval de Álvarez y que en todo caso su formación había puesto por delante su dimisión. La única pega que veía era que habría sido "preferible" haber forzado la salida del acosador antes de la votación en el pleno municipal. En suma, la dirección federal mostraba a las claras que ofrecía todo cobijo a la maniobra de los suyos en la ciudad berciana.
Pero cuando López habló ya sabía de la marejada interior en el PSOE. Ya sabía que militantes de León habían firmado un manifiesto para protestar contra la moción. Además, públicamente había expresado su disconformidad en Twitter la exministra Carme Chacón. Por si fuera poco, Amparo Rubiales, presidenta de la poderosa federación andaluza, y Susana Díaz, consejera de Presidencia de la Junta y mano derecha de José Antonio Griñán, subrayaron su mayúsculo enfado en la misma red social. Por su parte, el vicesecretario general del PSOE andaluz El vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez, incidía en que el Gobierno de Ponferrada "no va a merecer la pena" por estar "manchado" por la sombra del acoso sexual.
A las 19.50 horas, seis horas y media después del derrocamiento de López Riesco y del ascenso de Folgueral, el PSOE emitía un escueto comunicado con el que pretendía frenar la controversia. El secretario general, decía la nota, "ha ordenado rectificar la decisión de la moción de censura de Ponferrada". Y añadía: "El secretario general no comparte cómo se han hecho las cosas y ha ordenado que el alcalde elegido hoy renuncie para que sólo una vez que Ismael Álvarez haya presentado su dimisión y haya abandonado la política se pueda volver a retomar la elección de alcalde".
El PP denuncia "falta de autoridad" de Rubalcaba
El problema es que Álvarez era líder de IAP y concejal cuando los socialistas ponferradinos pactaron derrocar a López Riesco y cuando se consumó su destronamiento. Y Ferraz no detuvo el movimiento. El exregidor condenado por el caso Nevenka prometió dejar su acta de edil una vez Folgueral ganase la alcaldía. Este viernes precisó que lo haría mañana mismo.
La exigencia de Rubalcaba no es tal, sin embargo, ya que como líder del PSOE no tiene potestad para obligar a un cargo público del partido a presentar su renuncia. Poco tiempo después, se comprobó: la federación leonesa emitió un comunicado en el que no pronunció la palabra "renuncia" ni "dimisión" de Folgueral, informa EP. Simplemente aseguró que el partido gobernará de aquí al final de legislatura con el voto del nuevo concejal sustituto de Álvarez –el exatleta Sergio Gallardo–, dado que este presentará su baja mañana en el Ayuntamiento berciano. Así, será este nuevo edil y los cuatro de IAP los que se sumarán a los ocho del PSOE. Una decisión, remachaba la nocha, que cumple con las directrices de Ferraz.
El rizo se rizó aún más a última hora de la noche de este viernes. En una entrevista en la cadena Ser, López afirmó que "sólo lo conocía" él dentro de la dirección del partido cómo iba a desarrollarse la moción, en calidad de secretario de Organización, y asumió como "muy mala decisión" y un "error personal" suyo no haber exigido la renuncia de Álvarez a su acta de concejal antes del pleno. Según relató, la agrupación local se puso en contacto con él para informarle de la situación y que entonces indicó, como única condición, que el exregidor dimitiera. No dijo cuándo. "El orden de los factores sí que importa", admitió. Cuando creció la polémica, Rubalcaba le llamó para trasladarle que era "un grave error que había que resolver". "Pido disculpas a quien se haya sentido ofendido", acabó, para finalmente comprometerse a buscar "una solución" a partir de este sábado.
El PP condenó enseguida la marcha atrás de los socialistas. El secretario general de los conservadores castellanoleoneses, Alfonso Fernández Mañueco, achacó el anuncio a una "falta de autoridad clamorosa" de Rubalcaba e incluso la "falta de sensibilidad" del partido al proceder al destronamiento de López Riesco el Día de la Mujer, informa Europa Press.