Inversión extranjera
China rastrea gangas en España... y las encuentra
Alguien tenía que ser. Entre los 1.357 millones de chinos, hay uno que tiene más dinero que el resto. Se llama Wang Jianlin (Sichuan, 1954) y dirige un imperio de 166 centros comerciales, 55 hoteles de cinco estrellas, 84 karaokes y más de 4.000 salas de cine tras la compra de la cadena estadounidense AMC. En España, Wang Jianlin (Grupo Wanda) peina un país arrasado por la crisis que ofrece buenas oportunidades para invertir en gangas. Jianlin ha encontrado al menos tres. Pagó 265 millones de euros al Banco Santander por el Edificio España, en la plaza madrileña del mismo nombre; ha comprado el 20% del club Athlético de Madrid y ha anunciado la voluntad de invertir 3.000 millones de euros en un gran complejo de ocio y viviendas en la zona de Campamento, al suroeste de la capital, en terrenos que pertenecen al Ministerio de Defensa.
Los anuncios del hombre más rico de China, que maneja un emporio con medio millones de empleados en todo el mundo -lo que viene a ser cinco veces Inditex, la empresa española de más éxito internacional- son sólo la espuma de la actividad de China en España, que se ha disparado desde el año 2010 al calor -o al frío- de la crisis.
Lejos de las imágenes de bazares y tiendas de alimentación de generosos horarios, la inversión china, especialmente en los tres últimos años, ha despegado de forma importante. En España operan alrededor de 60 empresas de capital chino, la mayoría en sectores de elevado componente tecnológico. Hasta ocho empresas operan en el sector de las renovables en España, entre ellas Sinovel Wind, Sunford Light, Yingli Greeen Energy y Jinko Solar.
Un mar de ladrillo
El Gobierno, agobiado por un mar de ladrillo sin vender, ha visto en China la gran oportunidad de suavizar los efectos del estallido de la burbuja inmobiliaria. En 2013 ofreció el permiso de residencia automática a ciudadanos no comunitarios que invirtieran 500.000 euros en propiedades inmobiliarias. Eso sí, sin necesidad de financiar la operación.
Con el derrumbe de los precios de la vivienda (40%), la inversión china en inmuebles en España se duplicó en 2014 respecto al año anterior. La previsión es que hasta un 6,5% del total de viviendas vendidas se hayan adquirido por inversores chinos.
Pero las cifras hay que ponarlas en contexto. Pese a las últimas operaciones, España todavía es un rincón en el plano de los intereses chinos. Hasta 2010, las inversiones directas de aquel país en España apenas superaban los cinco millones anuales. A partir de 2010 se produjo el despegue. Las inversiones directas han ido en aumento. En 2012, la inversión se situó en 409 millones. Hasta junio de 2013 (datos oficiales del registro de Inversiones) China había invertido 518 millones en España.
En esas cifras no se tienen en cuenta las compras de participaciones de empresas españolas en el exterior (especialmente América Latina), caso de Sinopec (compra del 40% de Repsol Brasil); la compra de líneas eléctricas a ACS en Brasil por State Grid Corporation of China o la compra del 10% de Heathrow Airport Holdings a Ferrovial. Sumadas estas operaciones, las inversiones chinas relacionadas con España y sus empresas desde que comenzó la crisis rondarían los 10.000 millones de euros.
Inversión directa
En lo que se refiere a inversión directa en España, se ha triplicado del 2010 al 2013, según la estimación oficial que hacen DataInvex y el Ministerio de Comercio de la República Popular China (MOFCOM). Pero precisar hasta el céntimo es difícil. El Gobierno chino no ofrece el dato exacto y, además, la mayoría de las inversiones se canalizan a través de países puente como Luxemburgo o Hong Kong.
Esas cifras, modestas, sitúan a China en la posición 37 de los inversores en España, con una mínima parte de la inversión que el gigante asiático dedica a la Unión Europea: 26.000 millones de euros.
Pero el interés crece y se refleja en la inmigración. En España viven 185.250 chinos, tres veces más que en 2004 y con una media de edad de 29,8 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El colectivo chino afiliado a la Seguridad Social se ha convertido en el tercero por número, sólo por detrás del marroquí y del rumano.
Como sostiene el consultor Felipe Santiago, las grandes operaciones de la inversión china en España se han limitado por ahora a la entrada en Campofrío que ha pasado a estar participada por el grupo Shuaghui; a la hotelera NH Hoteles que dio entrada en su capital al grupo HNA y la venta del Edificio España en Madrid .
Banca y telecos
Respecto a la implantación de empresas chinas en España, además del banco ICBC, destaca la empresa de telecomunicaciones Huawei, que mantiene un acuerdo global con el grupo Telefónica, la de la química China National Bluestar a través de su negocio de siliconas en España o la de la naviera China Shipping como consecuencia del tráfico de contenedores, en especial en el puerto de Barcelona.
Como refleja un estudio realizado por la escuela de negocios Esade, España, "pese a no ser el primer país receptor de grandes empresas chinas, si que podemos decir que al menos están parte de las más potentes", como son el banco chino Industrial Construction Bank of China (ICBC), el gigante tecnológico HUAWEI, la naviera COSCO, la compañía aérea Air China, o la teleco China Mobile (a través de la compra de acciones de Telefónica) entre otras.
China busca oportunidades y toma posiciones. Es el país del mundo con mayores reservas de divisas. Los datos del Banco Mundial estimaban en 2013 el total de reservas de divisas de China en 3,8 billones de dólares. Ahora superan los cuatro billones. Y los mueven bien. El Gobierno español llegó a admitir en 2014 que China había comprado hasta el 20% de la deuda española, que ronda el billón de euros.
Los números de Margallo
No son cifras fáciles de comprobar, pero los expertos del Real Instituto Elcano creen que la deuda pública española que está en manos chinas, aún siendo importante, no llega al 20%. Ese fue el porcentaje que manejó en 2014 el ministro de Exteriores José Manuel García Margallo: " China tiene el 20% de la deuda pública española" aseguró el ministro en un programa de debate en televisión "y bastaría un clic en un ratón en un ordenador chino para que este país se encontrara una prima de riesgo como la que teníamos hace años y por tanto más colas en los servicios de empleo".
Sin embargo, los analistas de Elcano creen que el Gobierno (Margallo) equivocó los porcentajes. Lo explican así: "Los últimos datos de octubre de 2014 indican que la deuda del Estado español anotada llega a los 716.000 millones de euros (sin contar la deuda de las comunidades autónomas). De esa cantidad, 343.000 millones están en manos de no residentes, o, lo que es lo mismo, un 48%. Si China tuviese un 20% del total de la deuda española, esto significaría que tendría casi la mitad de la deuda en manos extranjeras, lo que parece inverosímil".
Entonces, ¿cuánto debe España a China? La cifra más probable, sostienen los expertos, es 41.000 millones en deuda soberana -en torno al 4% del producto interior bruto-. Una cifra importante pero que sólo representa menos del 1% del total de las reservas del gigante de Asia. Sólo Francia estaría por delante de China como tenedor de deuda española.
Todo en venta
Pero en un país en el que todo está en venta, desde pisos municipales a estadios de fútbol (o al menos su nombre), China aún tiene mucho campo por delante para invertir. De momento, estos son sus poderes por sectores.
El el sector bancario, uno de los cuatro grandes bancos propiedad del Estado, el Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) tiene oficinas abiertas en Madrid y en Barcelona; además, el Bank of China, el mayor banco chino por préstamos a particulares, dispone de ficha bancaria para operar en España desde 2012. ICB ha concedido préstamos al gestor de infraestructuiras ferroviarias (ADIF) para el AVE.
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En el sector de la energía, China cuenta en España con ocho empresas que operan en el subsector de energías renovables. Hay que añadir su peso en el sector eléctrico tras la compra por la compañia Three Georges de EDP de Portugal, propietaria a su vez de la antigua HC española.
Tambien tiene una presencia notable en telecomunicaciones. Operan en el país Huawei, ZTE, Lenovo y China Unicom. Ésta tiene participaciones cruzadas con Telefónica con la vista puesta en el mercado de América latina. También el fondo inversor China Investment Corporation (CIC) vio su oportunidad en 2012 al adquirir a Abertis un porcentaje (7%) de Eutelsat.
Otro sector que atre inversiones de China es el del transporte. Es una apuesta para controlar rutas comerciales hacia Europa. Según el informe de Esade, COSCO, una de las mayores navieras del mundo, cuenta con una sede central en el puerto de Barcelona y oficinas en Valencia, Cádiz, Algeciras y Madrid. Hutchinson Port Holdings (grupo Hutchinson Whampoa), por su parte, se comprometió a invertir en la mayor terminal de contenedores del Puerto de Barcelona. China Shipping y Kerry Logistics también cuentan con una importante actividad inversora en España.