IU aborda su plan de ajuste económico tras perder más del 40% de ingresos por el 20-D

IU se enfrenta a una reducción de su ya maltrecho presupuesto a causa de los resultados que consiguió en las pasadas elecciones generales. Este jueves, la Presidencia Federal –el órgano intermedio de dirección– se reunirá para discutir un plan de ajuste para las cuentas de una organización que, según la cifra que ofreció el propio coordinador federal, Cayo Lara, el pasado 9 de enero en la reunión del Consejo Político Federal, ha visto reducidos sus ingresos en torno a un 45%.

La mayor parte de los ingresos de IU a nivel federal proceden de las subvenciones públicas: según las cuentas que la propia federación divulga en su página web relativas al año 2014, casi 8,4 de los 12 millones de euros que percibió durante ese ejercicio procedían del Estado. Y es que los partidos políticos con representación parlamentaria tienen derecho, fundamentalmente, a dos tipos de ayudas: las que se reparten para gastos de funcionamiento, que van con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y dependen de los votos y escaños, y las que se otorgan para el desarrollo de la actividad en las Cortes. 

Asimismo, la administración costea parte de los gastos de las formaciones en campaña electoral. Para las últimas elecciones generales se estableció que cada organización recibiría 0,81 euros por voto obtenido y, además, 21.167 euros por cada diputado. Aplicados estos datos a los resultados electorales de IU, la federación tiene derecho a percibir algo más de 790.000 euros: 747.737 por los más de 900.000 sufragios que sumó, y otros 42.334 por sus dos parlamentarios. En cualquier caso, la cifra está muy lejos de los 2,5 millones que IU presupuestó para su campaña.

Fuentes internas explican que IU tendrá que negociar ahora cómo devuelve parte del anticipo que pidió al Ministerio del Interior en la campaña, una posibilidad que contempla la ley electoral, que permite a las formaciones solicitar hasta el 30% de la cantidad que cobraron en los pasados comicios equivalentes –en este caso, las generales de 2011, donde la coalición La Izquierda Plural obtuvo 11 escaños– en concepto de subvención electoral. Estas fuentes cifran la cantidad a devolver en 2,1 millones de euros, y estiman que la cantidad de recursos que perderá IU será de en torno a un 40%.

La negativa de la Mesa del Congreso –con mayoría de PP y Ciudadanos– a facilitar a IU que se integrase en un grupo parlamentario junto a ERC y EH Bildu también ha supuesto un duro mazazo económico para la formación, que no percibirá los alrededor de dos millones de euros que le corresponderían en concepto de subvención por el envío de propaganda electoral, ya que la ayuda sólo pueden ingresarla las fuerzas que se hayan podido constituir como grupo. Además, IU se queda sin los 28.597 euros mensuales que cobran como cuantía fija todos los grupos parlamentarios.

Los trabajadores de IU podrían verse afectados

Esta nueva deuda se suma a la ya complicada situación económica de IU, que según el último informe del Tribunal de Cuentas –relativo al año 2013– mantiene un patrimonio negativo de 11 millones de euros. Y la proyección de cuánto ingresará la federación por la subvención que da el Ministerio del Interior a los partidos para gastos de funcionamiento no es positiva, ya que si la organización ingresó en 2015 un total de 2.413.877 euros, este año esa cantidad se vería reducida a poco más de un millón de euros.

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La difícil situación se abordará el próximo jueves en la Presidencia Federal de IU, y aunque el plan de ajuste que prepara el área de Finanzas de la organización no ha trascendido, Cayo Lara ya ofreció alguna pista el pasado 9 de enero, durante la reunión del máximo órgano entre Asambleas de IU. En la intervención de Lara a puerta cerrada, a la que tuvo acceso infoLibre, el coordinador federal explicaba que IU tiene "un 45% menos de recursos en la organización", lo que da una idea del duro recorte de ingresos que ha sufrido la federación.

"No hace falta que os explique, y no lo he querido poner en el informe, lo que eso significa", señalaba Lara en su discurso, en el que reconocía que lo que está por llegar es "un trago probablemente malo a los dirigentes de la organización". "Y no sé si para los trabajadores se podrá salvar la situación", admitía el líder de IU, que afirmaba que su intención era "apostar por que se resuelva de la mejor manera posible" y señalaba que "se está trabajando en estos momentos para ver hasta donde podemos llegar con los recursos que tenemos".

Lara explicó entonces que serían los órganos de IU los que analizasen la situación económica de la organización "cuando se tengan los encuentros con los trabajadores" y "se haga el plan de ajuste y se vean los recursos" con los que cuenta la federación. Pero, alertaba, "el 31 de enero hay que pagar las nóminas y los ingresos ya no están funcionando al ritmo que funcionaban en el periodo anterior".