El futuro de Cataluña
Rajoy culpa a Puigdemont de la puesta en marcha del 155: "Él y sólo él"
El presidente del Gobierno señaló este viernes al president de la Generalitat, Carles Puigdemont, como el único culpable de que vaya a ponerse en marcha, por primera vez en 40 años de democracia, el artículo 155 de la Constitución Española, el que permite la intervención de la autonomía de una comunidad.
Para Mariano Rajoy "fue Puigdemont el que escogió el 155". escogió el 155"Él y sólo él", incidió. Porque desde que el pasado sábado, cuando el Consejo de Ministros acordó solicitar al Senado la autorización para aplicar el 155, "nada sustancial" ha ocurrido en Cataluña que haya hecho al Ejecutivo replantearse dar marcha atrás. De hecho, subrayó que es imposible glosar lo que sucedió el jueves en la Generalitat "sin caer en la impiedad". Se refería a la jornada en la que pareció que el president convocaba elecciones.
Pero no sólo se remontó a lo inmediato. Como hizo un día antes la vicepresidenta del Gobierno en la Comisión destinada a tramitar este precepto constitucional, el líder de los conservadores recordó cómo en los últimos meses en Cataluña "se ha pretendido ignorar las leyes, desconocerlas, derogarlas e incumplirlas". "Cualquier término vale", dijo.
"¿Eso es democracia?"
Mención especial en el discurso del presidente merecieron los días 6 y 7 de septiembre, cuando el Parlament dio luz verde a las leyes de referéndum y transitoriedad. Se quejó Rajoy de que después se cerró la Cámara regional hurtando a los partidos de la oposición su derecho a ejercer el control al Govern. "¿Qué pensarían ustedes si esto hubiera ocurrido en esta Cámara o en el Congreso?", "Qué derecho tienen a hacer esto?", "¿Eso es democracia?", se preguntó.
También recordó que Puigdemont se ha negado en los últimos meses a acudir al Congreso y al Senado. "Yo hubiera venido aquí a defender mis decisiones aunque estuviera en inmensa minoría", dijo en la que fue una de sus frases más aplaudidas. También subrayó que el único diálogo que se le ha ofrecido desde la Generalitat ha sido para hablar de independencia.
El jefe del Ejecutivo insistió en que toma esta iniciativa porque se ha visto obligado a ello. En este sentido recordó que en los últimos meses se le ha demandado que aplicara ya el artículo. "Pudimos haberlo puesto en marcha esta iniciativa cuando nos lo demandaron muchos, que nos reprocharon que no lo hiciéramos", dijo. Se refería a las presiones de Ciudadanos, pero también a las de sectores de su propio Gobierno y partido.
"Desenmascarar las mentiras"
Arropado por el Gobierno, por la plana mayor del PP e interrumpido frecuentemente por los aplausos, sostuvo que no ve "nada bueno en este proceso". "Si acaso, que ha servido para desenmascarar las mentiras y a quienes las han puesto en circulación". "Los embustes, las falsedades, las medias verdades, pueden hechizar en el corto plazo a la gente de bien, pero la realidad ignorada o manipulada siempre acaba preparando su venganza", alertó.
"Esto afecta ya a la economía para mal, para muy mal", señaló al tiempo que advertía de que una salida de Cataluña de España implicaba una salida inmediata de las instituciones europeas.
Rajoy cerró su intervención pidiendo el apoyo de los grupos para su iniciativa. Una iniciativa que llevó al Consejo de Ministros acordada con PSOE y Ciudadanos. "Confío en que lejos de egoísmos, inclinaciones ideológicas o pequeñas mezquindades, sepamos ofrecer un gesto y dar una respuesta que esté a la altura de lo que esperan de nosotros todos los españoles".
A Rajoy le basta la mayoría absoluta de su grupo en el Senado para que la iniciativa salga adelante. Pero su intención es que estas medidas excepcionales cuenten con, al menos, el respaldo del principal partido de la oposición y con Ciudadanos, la formación con la que mantiene un pacto fruto de los apoyos que recibió para ser investido presidente del Gobierno.
Tras la aprobación de las medidas por el Pleno de la Cámara alta, el Consejo de Ministros debe reunirse para completar el trámite. Una vez publicado el texto en el Boletín Oficial del Estado, el 155 puede echar a andar. La medida más inmediata sería la destitución del president y del Govern y el nombramiento de una especie de ministro o delegado para Cataluña. Esta figura, que en la Moncloa consideran que debe ser de "perfil técnico" se encargará junto con los ministerios del detalle de las medidas.
Una legislatura que se complica
Cuentan quienes conocen bien al presidente que esta, la de poner los mimbres para la suspensión de autonomía de Cataluña, ha sido la decisión más dura de su carrera política. De hecho, puede ser el llamado "desafío soberanista" de Cataluña el asunto que eche por tierra la XII Legislatura cuando se cumple un año de su investidura como presidente.
Rajoy, que ha sorteado los escándalos de corrupción que afectan a su partido, se ve ahora en la dificultad de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2018 por la negativa del Partido Nacionalista Vasco a sentarse a hablar con la formación que ha escogido la aplicación más dura del artículo 155 de la Constitución.
En los últimos días, Rajoy dio órdenes a los suyos de endurecer su mensaje hacia Cataluña. Si en un momento determinado desde la Moncloa se optó por lanzar a Puigdemont el ultimátum de que podía esquivar el 155 convocando elecciones, esta semana se matizó esta exigencia. No basta con unos comicios, decían. Estos deben celebrarse en el marco de la legalidad constitucional y, además, el president debe dar muestras de compromiso con ese regreso a la legalidad.
Pese al evidente cambio de tono, en el Gobierno lo niegan asegurando que la única que persona que se ha movido "a volantazos" ha sido el president. Otras fuentes conservadoras lo justifican en un contexto electoral y ante el permanente rumor de que Puigdemont iba a convocar comicios.
División en el PP y en el Gobierno
En todo este proceso, sectores del PP y del Gobierno han intentado presionar a Rajoy para que aplicara el 155 cuanto antes. Lo justificaban sosteniendo que el "chantaje" de Puigdemont al Estado de derecho había llegado a su límite y en el hecho de que Ciudadanos, con un mensaje más duro, fuera a capitalizar el descontento en una parte de la población en forma de voto en unas futuras elecciones.
Como ya informó este diario, las fuentes consultadas ubican en estos sectores enfrentados a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de un lado, y a la titular de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, de otro. La número dos de los conservadores habría capitaneado a quienes creen que era necesaria una respuesta inmediata y contundente a Puigdemont.
"Además de partido, somos Gobierno", defienden la estrategia de Rajoy.
Precisamente fue Santamaría quien un día antes defendió la posición del Gobierno en la comisión parlamentaria creada en el Senado para autorizar la aplicación del 155 para Cataluña.
La mano derecha de Rajoy hizo un recorrido de la relación de los últimos años entre el Gobierno central y el de la Generalitat. Y dibujó un panorama según el cual el Ejecutivo siempre ha estado dispuesto a dialogar de todo menos de la independencia y al Govern sólo le ha interesado hablar de la independencia.
En este contexto, la número dos del Gobierno consideró que los independentistas "han echado por tierra la mejor Cataluña de su historia" y que hay que tomar medidas para "rescatar" a esa Cataluña. "Cada uno tiene que asumir responsabilidades de sus decisiones", resumió.
Unas medidas, que como ha asegurado el Ejecutivo en los últimos días, se aplicarán de forma "proporcional" y gradual. Después, el texto de la ponencia se modificaba en ese sentido para dejar por escrito esta demanda del Partido Socialista, pese a que desde el Gobierno ya se había asegurado en la última semana que así iban a hacerlo.
Santamaría lamentó que mientras el Gobierno ha incrementado su presencia en Cataluña en los últimos años la respuesta de la Generalitat haya sido dar la espalda al Congreso y al Senado, negándose a acudir a la Conferencia de Presidentes y a explicar sus intenciones.
"El diálogo se conjuga en gerundio: hablando", dijo.
Intentando desmontar el discurso de los independentistas, Santamaría sostuvo que "en contra de sus promesas no han traído la tierra prometida". Así, subrayó que su mensaje no ha calado en las instituciones europeas y que sólo ha encontrado eco en los "radicales".
También recordó que los independentistas vendieron que no se iban a ir las empresas y los bancos, contrariamente a lo que ha sucedido.