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La “contienda atronadora” es más ruido que parálisis: cinco acuerdos entre PSOE y PP en la España de 2024

Gobierno de coalición

"Debería haber más amor, pero el matrimonio va a durar": la trastienda de la semana más tensa de la coalición

Sánchez, Calvo e Iglesias en sus escaños del Congreso durante la sesión de control al Gobierno.
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Da igual si se trata de integrantes del PSOE o de Unidas Podemos. En estos días en los que los roces entre las formaciones integrantes del Gobierno de coalición han saltado de forma más sonora los muros del Palacio de la Moncloa y pocos ministros se esfuerzan en negar las diferencias, miembros de uno y otro partido recurren a los mismos símiles para definir o interpretar el momento que viven. Hay quienes apuestan por comparar los episodios de los que son testigos con las relaciones de pareja. Estos relatan que se está atravesando un bache, que la relación nunca ha sido apasionada, pero que ese bache pasará, como han pasado otros. Que llegarán nuevos sobresaltos y que también se superarán. Porque la relación no se va a romper. "El matrimonio va a durar. Tendría que haber más amor, seguro. Pero no nos llamemos a engaño. Al propio presidente le quitábamos el sueño", dice con cierta ironía un alto cargo del partido morado. "Necesita nuestros 35 escaños. No hay alternativa".

"No podemos negar que a veces nos cansamos de nuestros vecinos de coalición. Pero el Gobierno no está en riesgo. Y en tan poco riesgo está que un escenario muy posible es que una vez agotada la legislatura, tras unas nuevas elecciones, vuelvan a dar los números y volvamos a pactar", interpretan desde la parte socialista de La Moncloa. "Las diferencias son las que son, nadie las esconde. Pero no vamos a romper", concluyen de forma prácticamente calcada a la que lo hacen los de Pablo Iglesias.

Al símil de las relaciones de pareja hay quienes suman el del funcionamiento de las orquestas. Hay muchos intérpretes, dicen. Pero una sola partitura, que es el programa de Gobierno que queda plasmado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Y eso, la partitura, es lo inalterable y está a prueba de todo tipo de tormentas. 

También hay quienes han decidido poner nota a la gravedad de las diferencias, como si de un termómetro se tratara. "En escala de uno a diez, el nivel de confrontación es un seis. Ni un ocho, ni un diez. Un seis", se atreve a calificar un miembro de UP.

Falta de cultura de coalición

Los socialistas, con años de gobiernos a sus espaldas, también relativizan. Admiten que España está todavía en primer curso de gobiernos de coalición, pero que no hay que perder de vista que si es normal que haya tensiones en ejecutivos de un mismo color, también hay que normalizar que en un Gobierno integrado por dos familias esas tensiones se disparen. En este sentido, recuerdan al PP, tan empeñado estas semanas en que Pedro Sánchez rompa con Pablo Iglesias, que en sus años en el Palacio de la Moncloa eran sonadas las diferencias entre Rodrigo Rato y Ángel Acebes. O, más cerca en el tiempo, entre la vicetodo Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, que fue ministra de Defensa. 

Si bien la conclusión de que la coalición PSOE-Unidas Podemos no se rompe pese a que, por momentos, las costuras de la misma parezcan próximas a estallar es compartida por ambos frentes del Gobierno, sí se discrepa en la letra pequeña del cómo se han llegado a abrir las heridas. En los últimos días, los problemas han venido por iniciativas relacionadas con igualdad y feminismo, vivienda y las reacciones al encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

No obstante, se siguen arrastrando las diferencias por la no subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la derogacion de facto de la reforma laboral, y en Unidas Podemos están muy pendientes de cómo Pedro Sánchez y Pablo Casado (PP) avancen en ese desbloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que los socialistas se atreven a calificar de "inminente".

infoLibre repasa la trastienda de la que, puertas afuera de La Moncloa, sus actores principales han escenificado como la semana más tensa de la coalición. En ambas secciones del Ejecutivo se admite que los mecanismos de coordinación han fallado y que deben ser engrasados.

El origen de los conflictos: el PSOE pide tiempo y Unidas Podemos ve incumplimientos

Uno de los caballos de batalla más recientes de la coalición se libra en el campo del feminismo con dos nombres:  ley trans y la ley de igualdad de trato, más conocida como ley Zerolo

Sobre la primera de las leyes, el Ministerio de Igualdad denuncia continuas zancadillas para que no llegue al Consejo de Ministros el martes 23 de febrero, tal y como, aseguran, estaba previsto. Y en la parte socialista insisten en que una ley de este tipo no está lista para ser aprobada mientras no tenga todas las "garantías jurídicas". Lejos de lo que defienden en Unidas Podemos, en el PSOE subrayan que al texto le queda todavía mucho recorrido para ser definitivo y que debe ser contrastado con los informes que lleguen desde Justicia y Sanidad, precisamente en manos de ministros socialistas. "Nosotros trabajamos de esta manera, con garantías jurídicas. Las prisas no deben guiar el trabajo legislativo", destacan.

Pero donde los socialistas ven "prisas" y una "batalla en el seno del feminismo", en el partido morado ponen otro nombre a esta disputa: "intromisiones". Se quejan de que aquellos departamentos con ministros socialistas al frente que acaparan más poder, como es el caso de la Vicepresidencia Primera, en manos de Carmen Calvo, maniobran para frenar iniciativas que dependen de ministerios de Unidas Podemos, como Igualdad.

En lo que tiene que ver con la ley trans, los de Pablo Iglesias están convencidos de que van a ganar la "batalla de la transfobia" a Carmen Calvo. Si no se logra por la vía del Consejo de Ministros, lo harán "por la vía de los hechos". Esta "vía" pasa por que el grupo parlamentario acabe registrando la iniciativa de forma independiente y no como proyecto del Ejecutivo. Las fuentes consultadas esperan no tener que llegar a este punto, pero lamentan que con todas las competencias que tienen los socialistas se esté precisamente haciendo batalla de un asunto que corresponde a Irene Montero.

"Realmente nos preocupa la brecha en materia de igualdad y de feminismo. Tenemos una importante diferencia de punto de partida. Y es que el Ministerio de Igualdad no es el dueño de la ley. Hay muy pocas leyes que atañan a un solo ministerio, a un único departamento. Estamos trabajando temas muy importantes y no se resuelve todo en un solo departamento", dicen en la parte opuesta del Gobierno.

Cruce de líneas rojas

Mientras la ley trans no avanza en el seno del Gobierno, la toma en consideración de la ley Zerolo recibió luz verde esta semana en el Congreso. El problema es que no llega como proyecto del Gobierno, sino como iniciativa del Grupo Parlamentario Socialista, lo que llevó al partido morado a abstenerse en señal de protesta.

El partido de Pablo Iglesias cree que el PSOE vuelve a entrometerse en cuestiones que no le corresponden. La sensación que queda en Unidas Podemos es que Sánchez y los suyos han traspasado todas las líneas rojas al presentar y llevar a Pleno una iniciativa que compete a un ministerio de su socio de coalición con el "agravante" de que Igualdad había informado en contra.

Y, como se trata de líneas rojas, los socialistas devuelven la crítica señalando que lo que verdaderamente es una línea roja es que desde el grupo parlamentario que lidera Pablo Echenique se buscaran apoyos en otros grupos parlamentarios para intentar que esta ley de igualdad de trato no saliera adelante, información adelantada por la cadena Ser.

"Dicen los socialistas que estamos ante un salto cualitativo. Nosotros siempre hablamos con todos los grupos cuando hay iniciativas parlamentarias. Eso no es ningún salto cualitativo. El verdadero salto cualitativo es que un partido se lo salte todo cuando hay un ministerio con esas competencias. Todas sabíamos que Carmen Calvo iba a ser un problema en esta materia porque le costó soltar Igualdad. Nos lo tomamos con calma. Pero esto no se puede volver a repetir", comenta una dirigente territorial de Unidas Podemos en conversación telefónica con este diario.

¿El documento programático como base? Sí, pero a dos velocidades

Otro foco de las tensiones lo ubican en Podemos en los incumplimientos. Fuentes de la dirección de Podemos señalan a infoLibre que no plantean batallas de forma caprichosa, sino que se ven en la obligación de recordar que hay cuestiones a las que Sánchez y los suyos se han comprometido por escrito y esos compromisos, de momento, siguen en papel mojado. "Nos estamos refiriendo a cuestiones programáticas", dicen. Entre las principales está el tema de la ley de vivienda. 

En el marco de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, las dos fuerzas integrantes del Gobierno de coalición acordaron llevar un texto conjunto a un Consejo de Ministros antes de que finalice febrero con respuestas en materia de desahucios, control de precios de alquiler y grandes propietarios. El martes que viene es el último Consejo de Ministros de este mes y en Unidas Podemos aseguran que su socio no está cumpliendo "nada" de lo pactado. Apuntan a que el ministro José Luis Ábalos tiene "muy buena voluntad" pero que las presiones de la patronal inmobiliaria son "muy fuertes".

Los tres elementos principales de tensión están radicados en los desahucios, la consideración de gran tenedor y el control de los precios, admiten en Vivienda. El ministerio de José Luis Ábalos se opone a que pueda ser considerado como gran propietario a la persona que sea dueña de cinco inmuebles, como pretende el partido de Iglesias, y está negociando con los grandes fondos la cesión de un 30% de su cartera de pisos para el alquiler social a precios por debajo del índice de referencia. 

El PSOE "cumple"

Como en el caso de las leyes feministas e igualdad, en la parte socialista insisten en que hay que "legislar con las máximas garantías" y niegan que vayan a faltar a su palabra. Dicen que el PSOE, cuando firma un acuerdo, lo cumple "hasta la última letra". "Siempre cumplimos. Nos avalan muchos años. El Gobierno está cumpliendo. El programa de coalición va a seguir adelante. Estamos volcados en salir de la crisis del covid-19, en la recuperación económica y en que nadie se quede atrás, igual que los miembros del Gobierno de Unidas Podemos", resume un destacado dirigente.

En los asientos socialistas del Consejo de Ministros cunde la sensación de que sus socios tienen "prisa" olvidando, a veces, que les queda mucha legislatura para ir desplegando el programa. A algunos miembros del Gobierno esto les preocupa mucho más que las diferencias sobre iniciativas concretas. "Yo veo más problemas en el método, en la estrategia de airear las dificultades, que en lo que luego son las diferencias sobre los temas concretos", señala a infoLibre un ministro socialista. La respuesta a esta crítica desde Unidas Podemos es siempre la misma: ellos no son desleales. Pero sostienen que la experiencia del tiempo que llevan en el Gobierno de coalición les ha permitido comprobar que, en ocasiones, consiguen que las cosas se muevan sacando a la luz pública que determinadas materias sobre las que debería haber avances están estancadas.

Hasél, los disturbios... y las condenas

"En una democracia plena como es España, la violencia es inadmisible". Pedro Sánchez se pronunciaba así desde Mérida este viernes rechazando la violencia en las manifestaciones de los últimos días como reacción al encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, mientras la derecha criticaba el "silencio" de los de Pablo Iglesias. Otros ministros socialistas del Gobierno han precedido estos días a Sánchez en su condena.

Los morados insisten en su "rechazo radical a los violentos", pero puntualizan que no están dispuestos a que el tema de discusión, el foco, se ponga en los contenedores incendiados, opacando, como a su juicio pretenden las derechas, debates de fondo como el de la libertad de expresión o la violencia de las actuaciones policiales.

Este debate se superpone a otro que colea de la campaña electoral de las elecciones catalanas, cuando Iglesias en una entrevista denunció que en España no hay plena normalidad democrática. Recuerdan en Unidas Podemos que, por aquellos días, algunos "poderes" mediáticos y políticos intentaron crear el relato de que estas declaraciones iban a suponer el "hundimiento" de los comunes de Jéssica Albiach. "Los poderes generan esos marcos, pero se cumple, o no se cumple", resumen. Y, en el caso del 14F, En Comú Podem, acabó manteniendo sus ocho escaños.

Sin negar la "buena campaña" de la candidata, en Unidas Podemos están convencidos de que Iglesias "sumó" y no ha habido ese batacazo que algunos pronosticaban. "No salimos más débiles. Ni tras los Presupuestos se ha roto la coalición, ni el 14F Iglesias ha sido castigado".

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La batalla que está por llegar: el CGPJ

La "inminencia", según La Moncloa, del acuerdo con el PP para desbloquear la renovación del CGPJ, ha puesto en alerta a sectores de Unidas Podemos. Porque no es ningún secreto que el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, no deja de repetir que sólo habrá pacto si Sánchez cumple con una serie de condiciones entre las que está orillar al partido morado del proceso, mantenerlo al margen.

Las fuentes de la dirección de Podemos consultadas por infoLibre aseguran que tras el anuncio de ese acuerdo inminente, sus socios de coalición les han "garantizado" que "no habrá cesión en ese punto". Y desde el PSOE confirman que no se les pasa por la cabeza que UP quede al margen de una renovación que es fruto de una nueva composición del Congreso de los Diputados y en la que el Partido Popular no es mayoritario. En Unidas Podemos creen que el PP juega a esto porque le convendrá para justificar un acuerdo con Sánchez ante su electorado o para esquivar las presiones de la extrema derecha de Vox. Pero se dicen convencidos de que el líder del principal partido de la oposición sabe que el panorama es el que es y que el presidente del Gobierno no va a ceder a sus presiones. Resultaría curioso, como poco, mantienen, que un partido tan salpicado por la corrupción como el de Pablo Casado tuviese facultad para vetar un partido de Gobierno.

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