Jesús Cintora: “La gente está aguantando carros y carretas”
El popular periodista Jesús Cintora (Ágreda, 1977) acaba de publicar nuevo libro, No quieren que lo sepas. Tras el cierre el pasado año de su programa de televisión Las cosas claras, decidió tomarse un año fuera de la atención mediática para concentrarse en la escritura del ensayo que ahora ve la luz. De cara al futuro, anuncia su deseo de recuperar su presencia pública y de reactivar su trabajo como profesional del periodismo.
Tiempos de acuerdos
“Llevamos unos cuantos años de demasiado postureo, de teatralización de la política y en los que se demandan actuaciones eficaces. Hay que pasar de las palabras a los hechos en muchas materias. Creo que la gente demanda pactos y tendrá que haberlos no solo a nivel de partidos nacionales. Probablemente la gente está demandando que haya acuerdos a nivel nacional, a nivel autonómico, a nivel, incluso, de administraciones locales, en Europa... Es decir, la gestión debiera estar por encima de la teatralización de la política o del tacticismo, o de, como digo, del circo o del ruido. Creo que es lo que la gente demanda porque hay mucha que está harta, que está cabreada y que necesita medidas, no mensajes”.
El PP de Feijóo
“Hay mucha gente que piensa que es mejor —para bien y para mal— tener a un Feijóo con experiencia de gobierno que a un lanzador de aceitunas moviendo los hilos en el Partido Popular. Y hay quien echa la vista atrás y también piensa en qué medida Feijóo podrá encauzar la necesidad que está teniendo el PP de pactar con Vox y la que puede llegar a tener... porque en Galicia no ha tenido que llegar a acuerdos con el partido de Abascal. De la misma forma, el Partido Popular no es solo Feijóo, ahora mismo. Es también Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez, es también lo que queda de la gente partidaria de Aznar... que sigue estando ahí. Como se ha demostrado varias veces, no se ha ido. Están, también, los más cercanos, que todavía permanecen algunos de Casado... Es decir, encauzar todo eso probablemente no va a ser fácil”.
La figura de Díaz Ayuso
“Se pone mucho el foco en Díaz Ayuso, pero para entender su figura es fundamental entender el papel de Miguel Ángel Rodríguez. Le conocí en Las mañanas de Cuatro porque venía de colaborador a alguno de los programas. Me parece un tío listo que, para bien o para mal, tiene una experiencia en la política, en estar entre bambalinas, y es una mano que mece la cuna. De Madrid también creo que estamos, ahora mismo, asistiendo a un momento lamentable con lo que se está conociendo de las comisiones de la pandemia. Hay comisionistas que, según están contando y ha señalado Anticorrupción, sin dar un palo al agua, se llevaron comisiones de más del 400% en un tiempo en el cual había ancianos que estaban muriendo sin asistencia médica en residencias. Se estaban lucrando para luego, encima, gastárselo en yates, en ferraris, lamborghinis, en noches de hotel de miles de euros... Es una cultura del pelotazo, de parásitos. La justicia tiene que ser contundente”.
El discurso frente a Vox
“Respecto a Vox, una de las claves es que en este país ha costado mucho tiempo lograr conquistas sociales que llevan mucho trabajo y mucho esfuerzo y que luego se ponen en cuestión o se pueden perder en poco tiempo. Estamos hablando de derechos del colectivo LGTBI, de la ley de violencia de género, que protegen a las mujeres, de la ley del aborto... Estamos hablando de un país decente y esto no debería estar sometido a debate. Se debería condenar de forma tajante el golpe militar del 36 y la dictadura franquista posterior, sin ningún tipo de medias tintas, porque es de lo más oscuro de la historia de España. Esto no puede ponerse en duda y cualquiera que se precie de ser de centro o moderado lo sabe perfectamente. No tiene un pase permitir ese tipo de discursos. En eso hay que ser contundente si se es demócrata”.
La gestión y el ruido
“Estamos en un tiempo en el que se necesita más gestión y menos ruido. Gestionar más, pasar de las palabras a los hechos y ofrecer menos teatro o menos circo... Esto que se ha venido a llamar "la política del relato" debe ser la política de los hechos. Hay quien dedica más tiempo a intentar captar la atención de los medios de comunicación, de que les saquen un rato en las televisiones diciendo una patochada, que en, realmente, gestionar o hacer propuestas de gestión. Esto, para una sociedad y para un país, es demoledor, es un lastre, es colesterol... El votante, el ciudadano, tiene que valorar lo que cada partido y cada político realmente haga. Cada vez hay mayor desconexión con el circo que se plantea a veces en la política”.
El espacio de Vox
“Por una parte, Vox se vio aupado por un desgaste en el Partido Popular muy relacionado con los casos de corrupción o con la gestión en tiempos de Rajoy. Si hablamos de políticas como los impuestos, de la que ahora tanto se está hablando, no olvidemos que llegaron y subieron, prácticamente, todos los impuestos. Creo que también le benefició —y le está beneficiando— el malestar que hay en una parte de la sociedad por la situación económica que tenemos, por ejemplo, y ahí sí que pienso que los partidos de la izquierda tienen que estar atentos e intentar estar con la gente que lo está pasando mal e intentar arreglar sus problemas. Quien tiene la posibilidad de legislar, y estoy hablando de gobiernos centrales, autonómicos y hasta locales, tiene que intentar resolver los problemas de la ciudadanía, intentar estar cerca de ese ciudadano porque, si no, sí que hay más oportunidades de que otros, que intentan aprovechar el río revuelto, le saquen más partido a ese malestar”.
El impacto de la guerra en Ucrania
“En el libro que acabo de publicar ya hablamos de que empresas importantes, estratégicas, algunas de ellas privatizadas, donde incluso después acaban trabajando políticos que estuvieron en esos procesos de privatización, están obteniendo beneficios récord al mismo tiempo que hay ciudadanos que estamos pagando máximos en recibos como los de la luz. Hay que equilibrar empresas que obtienen grandísimos beneficios y que son estratégicas con lo que está pagando el ciudadano, que es cada vez más. Todo se ha agravado o se ha complicado con la invasión de Ucrania. La guerra, ahora mismo, es una absoluta incertidumbre porque no sabemos cuándo puede terminar. Es una buena oportunidad para que los políticos se hagan valer e intenten, aunque sea muy complicado, llevar a cabo políticas públicas que intenten equilibrar la balanza de cara a la ciudadanía”.
La bajada de impuestos del PP
“El debate de la política de impuestos en un país como España está en el reparto de la tarta. Al final, hay grandísimas fortunas que se benefician del sistema fiscal, que, incluso, tienen dinero fuera de España, como hemos visto, y, al mismo tiempo, el ciudadano medio tiene una carga impositiva que es muy importante. El Partido Popular —conviene no olvidarlo— ya hizo, en otro tiempo, promesas de bajar impuestos y luego llegó al poder y los subió prácticamente todos. Si miramos la hemeroteca, llegaron a hablar de una subida de impuestos como un recargo solidario. Lo llamaron "complemento solidario y temporal". A la hora de hablar de impuestos conviene, también, decir todo esto: No proteger a los más poderosos, no hacer amnistías fiscales o, también, no prometer bajadas de impuestos y, después, estar ahí gobernando y hacer lo contrario y subirlos todos”.
Proteger el Estado del bienestar
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“Yo soy un firme defensor de la política de hechos. Los discursos están muy bien, hay que hacerlos, hay una ideología, pero, al final, estamos en tiempos en los que se necesita gestión. Es más, hay asuntos relacionados con el sistema del bienestar que yo creo que harían necesario que hubiera un acuerdo para que hubiera materias intocables, como la sanidad pública. Hay gente que está llamando y le están dando cita para semanas y luego saben que va a tardar otras semanas más para que les vea un especialista. ¿Quién se está beneficiando de eso? Ahí hay gente que está parasitando eso y hay que ponerle coto. Ahora mismo, sin duda, la invasión de Ucrania es un asunto gravísimo, pero hay otros asuntos que estaban ahí, que no se han resuelto, y que parece que se han olvidado. La sanidad pública es algo troncal para un país y lo que está ocurriendo es un deterioro en el que al mismo tiempo que se está despidiendo a profesionales de la sanidad estamos viendo cómo auténticos buitres de la pandemia se han lucrado con comisiones millonarias”.
El reto del Gobierno
“Tenemos una situación que, en cierta forma, es endiablada. Venimos de una pandemia; luego, una invasión en Ucrania... Yo creo que el momento requiere políticas efectivas, pasar de políticas del relato a la gestión. Creo, además, que es un buen momento para que haya acuerdos de cuantos más partidos mejor para afrontar la situación de lo que está ocurriendo con el coste de la vida, con las energías, con los alimentos. Estamos en un país en el cual se dijo que se pasaba página de la precariedad, pero hay muchos ciudadanos que saben lo que es vivir con mil y pico euros en una ciudad donde alquilar una vivienda cuesta prácticamente lo mismo. La gente está aguantando carros y carretas. Lo saben perfectamente porque lo están sufriendo. Hay que mirar mucho más a esa gente porque, por desgracia, la situación, ahora mismo, es endiablada y no puede ser que haya beneficios récord en empresas como las eléctricas y recibos máximos para los ciudadanos y, al mismo tiempo, se diga que no se puede hacer más. Hay que hacerlo y hay que controlar. Tendrá que haber un equilibrio entre esas empresas que hacen puertas giratorias y el ciudadano que va asfixiado para llegar a fin de mes”.
El debate político actual
“A veces, se están viendo debates absolutamente fuera de lugar, cuando lo que se demanda es estar a la altura de las circunstancias. Yo creo que se demanda que hubiera acuerdos, se demandan políticas de gestión, no de ruido. Así lo veo yo. Sobre todo, dada la coyuntura internacional, con el tema de Ucrania, dado que venimos de una pandemia, dado que hay subida de los costes de la vida y especulación y especuladores desde hace ya unos cuantos meses. Esto se puede afrontar desde un capitalismo salvaje o se puede afrontar de manera que los poderes públicos intenten hacer un equilibrio entre el interés general y aquellos que intentan aprovecharse y especular con la situación, pero no hay que perder de vista que la política está para gestionar las necesidades del ciudadano, para establecer equilibrios, para intentar arreglar los problemas. No para lanzar declaraciones grandilocuentes que tienen su momento en Twitter o tienen su momento en un programa de televisión, pero realmente no resuelven problemas. Hay que ir a la gestión más que al ruido”.