IGUALDAD

La renuncia de Lastra por su embarazo: ¿un mal ejemplo para las mujeres o una decisión feminista?

La ex vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra.

Adriana Lastra dimite como número dos del PSOE. El titular ha abierto telediarios y ha copado todas las portadas este lunes. El motivo que ha esgrimido en su comunicado apunta a la necesidad de autocuidado y reposo debido a su embarazo de riesgo. Una decisión personal, absolutamente respetable, claman algunas voces. Una renuncia, replican otras. El debate, una vez más con la maternidad en el centro, está servido.

Políticamente, las reacciones no se han hecho esperar. La secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, recalcó el mismo lunes que "el camino de la igualdad" no pasa por la dimisión, sino por "la baja con reincorporación en sus funciones". Del lado de la extrema derecha, Macarena Olona criticó que la "única salida" que le ha ofrecido el partido es "tener que dimitir para poder conciliar". La portavoz adjunta de Unidas Podemos en el Congreso, Sofía Castañón, ha lamentado la decisión: "Que los cargos de responsabilidad sean incompatibles con la vida debería hacernos reflexionar". La exsecretaria de Estado de Igualdad Soledad Murillo calificó de "muy respetable" la elección de "anteponer su salud a compromisos laborales o políticos", según ha informado Europa Press. Murillo considera que "la política no tiene nada que ver con una relación laboral al uso", ya que exige una implicación completa las veinticuatro horas del día. Algo, cuanto menos, poco recomendable para un embarazo de riesgo.

Beatriz Gimeno, diputada de Podemos en la Asamblea de Madrid, lamenta que las mujeres tengan que "pagar más" por el hecho de ser mujeres: "Un embarazo de riesgo debe suponer que te vas a tu casa a pensar solo en tu salud física y emocional y que después del parto y la baja maternal regresas al lugar que tenías antes, si es lo que quieres", observa. Tania Sánchez, diputada por Más Madrid, recordó en redes sociales que "hace menos de un año, un desconocido Juan Lobato se presentaba a la secretaría general" de los socialistas madrileños "a punto de que naciera su tercer hijo". Entonces, el partido lo sustituyó durante el tiempo del permiso paternal, para después devolverle sus responsabilidades. "¿Por qué se puede suplir a un padre y se dimite a una madre?".

Renuncia o elección

Adriana Lastra no es la única que elige apartarse para poder cuidar. Seis de cada diez mujeres se despiden de su carrera profesional al ser madres, según los estudios que maneja la asociación Yo no renuncio. Laura Baena, su presidenta y fundadora del Club de Malasmadres, ha perdido la cuenta de los mensajes que recibió este lunes. Muchas compañeras de la organización expresaban su decepción: "Si ella no puede ser ejemplo de conciliación, qué nos queda a las demás", se preguntaban. "Nos entristece y nos desmoraliza ver que esto sigue pasando", asiente Baena. La decisión, entiende, es el "reflejo de una realidad social" que viven "todas las mujeres cuando llega la maternidad. La maternidad castiga a las mujeres, las penaliza, las empobrece y las empuja a renunciar por falta de apoyo de un sistema que da la espalda a los cuidados". 

Baena no habla solamente de renuncias en el sentido estricto de la palabra, sino también de las muchas formas que adoptan, desde las excedencias hasta las reducciones de jornada. "Cuántas mujeres tienen turnos partidos, compatibilizan su embarazo con el cuidado de mayores o no llegan a final de mes", asumiendo una situación de "inestabilidad laboral y ausencia de conciliación" que hace de la renuncia la única opción. Todo ello, asiente, "está muy lejos del autocuidado y la salud: nos tiene que preocupar mucho el modelo productivo que deja los cuidados a un lado". 

Diana Oliver, periodista y autora del libro Maternidades precarias (Arpa, 2022), coincide en que el mercado de trabajo, pensado desde la lógica actual, es incompatible con la vida y los cuidados. Pero es precisamente por eso que comprende la elección de la socialista: "No encuentro que ella manifieste que está renunciando, quiero entender que esto es lo que necesita en este momento", señala en conversación con infoLibre. Oliver defiende a ultranza la posibilidad de cerrar la puerta de lo laboral, siempre que las condiciones materiales y circunstancias vitales de cada cual lo permitan, para abrir la del cuidado. Y no como un imperativo retrógrado, sino como una decisión consciente y genuinamente feminista. Se pregunta por qué se aplaude a las mujeres que se entregan a sus carreras profesionales, a veces a costa de su propia salud y vida personal, mientras se abuchea a las que deciden dedicarse en exclusiva a la crianza. "¿No es un hijo suficiente motivo para dejar a un lado el trabajo? ¿Es más válida una decisión profesional que una que tenga que ver con el cuidado?", lanza. 

Lastra dimite como vicesecretaria general del PSOE

La autora no quiere pasar por alto, además, el juicio permanente a las mujeres: "No sé si se está respetando su decisión. ¿Qué pasa si ella necesita o quiere dejarlo?", observa y critica esa dinámica de "juzgar siempre las decisiones de las mujeres, como si no pudiéramos tomarlas nunca de forma libre y como si hubiese decisiones que no pudieran ser propias". Oliver recuerda, además, que su escaño como diputada permanece intacto, por lo que no se trata ni siquiera de una renuncia absoluta a su carrera.

En este mismo detalle repara la organización PETRA Maternidades Feministas, a preguntas de este diario. "La decisión siempre debe ser personal y sin juicios", introducen las activistas. Pero el hecho de que provenga de una persona de renombre y con un impacto público significativo, debe ser tenido en cuenta. "Como personalidad pública, lo que debería hacer es denunciar la falta de medidas para maternar dignamente". Es ahí precisamente donde la asociación detecta el problema. "No existen herramientas que protejan a las madres, en sus embarazos, partos y lactancias, por eso muchas acaban abandonando su empleo", sostiene la plataforma, que demanda un permiso preparto y otro puerperal. PETRA recuerda que en muchos casos "los requisitos que exigen las mutuas para acceder a una baja laboral por riesgo son muy complicados". En todo caso, enfatiza, si una mujer "necesita autocuidado, no tiene que dar más explicaciones incluso aunque existieran alternativas". 

Baena comparte el respeto a la decisión de la exdirigente socialista –"Lo que siento respecto a este caso es empatía, pero también rabia porque la renuncia sea la única solución posible"–, pero advierte de las consecuencias de difundir un mensaje que dé por buena la trampa de la libre elección. "Las mujeres no estamos eligiendo, se vende así el hecho de haber frenado nuestra trayectoria profesional para poder cuidar, por las exigencias del cuidado y del reposo que no son compatibles con un puesto de responsabilidad". Sí coinciden todas las voces consultadas en algo: el fallo está en lo estructural. Solo con medidas de conciliación que pongan la vida y los cuidados en el centro, las mujeres dejarán de tener que pagar los muchos peajes a la maternidad.

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