El PP esconde sus planes sobre la 'ley trans' enterrando su posición en una comisión de estudio
Cuando no sepas qué hacer con algo, crea una comisión. El PP acaba de aplicarse el dicho y en vez de hacer públicos sus planes en relación con la recién aprobada ley trans ha decidido enterrar su punto de vista en una comisión de estudio a la que convocará, dice, a todas las partes implicadas.
Sabemos que los conservadores están en contra de las medidas puestas en marcha por la nueva ley porque votaron en contra de ella, pero para saber qué quieren cambiar, qué no y cómo piensan hacerlo habrá que esperar a que la citada comisión termine sus deliberaciones. No tiene fecha, así que no se sabe si conoceremos una propuesta antes de las elecciones. Lo que sí sabemos es que el PP cree que reformar la nueva norma es urgente porque se ha comprometido públicamente a hacerlo en los cien primeros días de mandato si su candidato, Alberto Núñez Feijóo, consigue llegar a la Moncloa.
El portavoz electoral del PP, Borja Sémper, explicó el lunes que en esa comisión el PP quiere incluir a “científicos, médicos, psiquiatras y colectivos feministas y trans”. Y que tendrán asiento en ella representantes de las comunidades autónomas, añadió después. “Porque la legislación es variada en España y convendría que la legislación en todo el país fuera homogénea”. A partir de lo que ellos les digan, los de Feijóo prometen presentar “una propuesta negro sobre blanco, un proyecto de ley que será remitido por el Gobierno de Feijóo cuando ganemos las elecciones”, prometió.
Ambigüedad
La ambigüedad en torno a lo que el PP quiere hacer en diferentes áreas, desde la ley reguladora de la eutanasia hasta las pensiones, se ha apoderado tambien de la ley trans. Durante su comparecencia Sémper no explicó qué quiere cambiar el PP, pero sí dio algunas pistas. Porque aunque “hay una realidad social a la que los poderes públicos deben de dar respuesta”, en concreto que “hay personas con disforia de género, personas trans que merecen todo nuestro respaldo y todo nuestro acompañamiento”, los conservadores quieren que médicos, psiquiatras y juristas vuelvan a ser, como ocurría hasta ahora, quienes decidan sobre la identidad sexual de las personas transgénero.
“Haremos una nueva ley para cumplir con estos objetivos de respeto y respaldo a las personas con disforia de género y personas trans, pero una ley sin disparates”, repitió hasta en dos ocasiones sin precisar más. Las “personas con disforia de género, las personas transexuales, merecen tener los mismos derechos que cualquier otro ciudadano porque de lo que se trata es de legislar para personas superando las llamadas políticas de identidad”.
Y ahí está la clave: el PP ve en la ley “un trasfondo ideológico” y quiere“dar esa batalla” convencido de que como partido representa a la mayoría. De ahí que, aunque nada se sabe sobre qué van a cambiar y qué no, todos en Génova se han lanzado a criticar y hasta a ridiculizar la nueva ley difundiendo incluso bulos sobre su contenido.
Argumentario
Porque en la calle Génova están convencidos de que las consecuencias indeseadas de la ley del sólo sí es sí han abierto una vía de agua en el voto socialista. Y creen que la recién aprobada ley trans, muy contestada por una parte del feminismo, puede tener el mismo efecto. De ahí que esta norma, aprobada definitivamente por el Congreso la semana pasada, lleve toda la semana encabezando el argumentario de los dirigentes conservadores, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza.
El martes fue el asunto sobre el que Feijóo se quiso centrar durante su cara a cara con Pedro Sánchez en el Senado. Allí no dudó en apuntarse a las tesis de la derecha más conservadora que pronostica cambios aleatorios de sexo en el registro civil, el fin de las políticas de paridad, la cancelación de la reserva de plazas para mujeres, disputas en el deporte femenino o incluso controversias en torno a la violencia machista o lo que llamó “los espacios de intimidad”.
“Pregúntese, señoría, si este error es incluso peor que el de la ley del solo sí es sí, porque aquí no solamente afecta a mujeres, afecta a adolescentes, afecta a menores”. Y remató con una frase dirigida a Sánchez que desde entonces se ha vuelto contra él y su desprecio a la ley trans: “Deje ya de molestar a la gente de bien, deje ya de meterse en las vidas de los demás”.
El tropezón, sin embargo, no ha sido suficiente para hacerle cambiar de opinión. El jueves, en un mitin en Ciudad Real, volvió sobre este asunto con idéntica virulencia. Y aunque se mostró “de acuerdo con legislar a favor del colectivo trans”, enseguida se burló de la nueva ley. “Ya veréis cómo vamos a acabar. Resulta que cualquiera de los que nos sentamos aquí, al día siguiente de publicarse la ley, podremos ir al registro, las chicas declararse chicos y los chicos chicas, y se acabó. Elegimos nombres y salimos con un DNI nuevo, sin más”, afirmó banalizando la decisión de las personas transgénero.
Una “broma”
A pesar de las numerosas audiencias públicas y el largo debate que ha acompañado a la ley, Feijóo acusó al Gobierno de haberla aprobado de manera frívola, tomándose todo “a broma”, sin escuchar “a expertos, a médicos, a psicólogos, juristas y a profesores”. Hay jóvenes que están “formando su personalidad” y tienen “dudas a veces”, aseguró restando importancia a la identidad sdexual de los menores.
Según el líder del PP, las nueva ley “desprotege los derechos de los menores y frivoliza con el sexo biológico” porque permite a los menores hormonarse uy ser operados sin permiso de los padres. Se toma a broma, dijo, “la opinión unilateral de un menor que pide ser hormonado u operado con una operación definitiva y que posteriormente llegue a la conclusión de que se equivocó cuando ya no hay remedio”.
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En realidad la ley no dice nada de eso. De hecho lo evita, porque elimina el requisito de dos años de hormonación y la necesidad de contar con un aval médico para poder cambiar administrativamente sexo y nombre en el DNI. A partir de ahora, los menores a partir de 14 años, asistidos por sus presentantes legales hasta los 16 años, podrán solicitar la modificación acorde con su identidad de género en el Registro Civil sin necesidad de haberse hormonado previamente, lo que les puede permitir explorar cómo se sienten con el nuevo nombre y el reconocimiento antes de someterse o concluir ningún tratamiento.
En línea con los bulos que circulan por las redes sociales, Feijóo arremetió contra la nueva ley calificándola de “artefacto de propaganda” y prometió redactar una nueva una vez que la comisión del PP formada por “expertos, feministas, médicos, juristas y profesores” le hagan una propuesta. Esta vez, el líder del PP no incluyó a los colectivos trans entre los convocados por su partido para formar parte de la comisión.
Lo que no hará, al menos de momento, según fuentes del PP, es recurrir la ley al Constitucional. Lo que significa que, como mínimo, no la consideran contraria a la Carta Magna.