El PP quiere recuperar el plan de Rajoy que incentiva la agricultura junto al Mar Menor pese a su impacto
Tras el proyecto de ley andaluz que abre la puerta a la ampliación de los cultivos de regadío junto a Doñana, el Partido Popular quiere ahora garantizar el futuro de la agricultura alrededor del Mar Menor, otro ecosistema único en España que ha colapsado por el impacto del sector agrícola. El partido liderado por Alberto Núñez Feijóo presentó este martes su programa electoral para la próxima legislatura y en él recuperan el conocido como Plan Vertido Cero del Mar Menor, un documento elaborado por el Gobierno de Mariano Rajoy que no llegó a ver la luz porque el Ejecutivo de Pedro Sánchez lo sustituyó por un proyecto basado en la renaturalización de la zona. A esto se suma que el PP negocia estos días con Vox para conformar Gobierno en la Región y el partido ultra ya ha reiterado que su intención de derogar la ley autonómica de protección del Mar Menor.
El Plan Vertido Cero proponía recoger las aguas infestadas de nitratos que genera la agricultura y la ganadería antes de que alcancen la laguna, para tratarlas y verterlas al Mediterráneo, un proceso que ecologistas y científicos rechazaron en su día porque trasladaba el problema del Mar Menor a mar abierto. Además de poner en peligro la costa, este programa garantizaba a las explotaciones intensivas de la zona que podrían seguir trabajando sin problema porque el agua, una vez filtrada, volvía a las explotaciones.
"El plan que promovió Rajoy y el Gobierno regional de Murcia se basaba en medidas pensadas para salvar la papeleta al sector agrícola. Buscaba acabar con las consecuencias del abuso de nitratos en el campo, pero no soluciona el problema en el origen, que es el exceso parcelas de cultivo y el uso exagerado de abono", opina Pedro Luengo, coordinador de Ecologistas en Acción de la Región de Murcia. "Es un error porque si realmente se quiere compatibilizar la agricultura con la reducción de nutrientes en el Mar Menor hay que reducir la agricultura y el abono en los alrededores", añade el biólogo.
El problema de los nutrientes en el Mar Menor se ha agudizado en la última década. Consiste en que los abonos nitrogenados que se emplean en los cultivos que rodean esta albufera terminan en la laguna de manera superficial (a través de canalizaciones o de la escorrentía de la lluvia) y subterránea (se filtran a los acuíferos y desembocan en la laguna). Cuando estos nitratos y fosfatos llegan al mar producen el crecimiento masivo de algas y fitoplancton, y la abundancia de seres vivos provoca que el nivel de oxígeno en el agua caiga en picado, provocando la muerte masiva de los peces, plantas y moluscos, como ocurrió en 2016, 2019 y 2021.
Para solucionar el problema, el Gobierno de Rajoy preparó el Plan Vertido Cero del Mar Menor en junio de 2018 con un coste de unos 620 millones de euros, de los que alrededor de 300 millones iban destinados a construir infraestructuras para limpiar el agua y canalizar las sales y nitratos sobrantes hasta el Mediterráneo. Estas obras hidráulicas incluían la construcción de dos desaladoras y dos desnitrificadoras.
Tanto ecologistas como científicos critican que ese plan da un peso excesivo a las llamadas soluciones grises —tuberías y maquinaria— en lugar de apostar por las alternativas que ofrece la naturaleza. Francisco Robledano, profesor de Ecología en la Universidad de Murcia, explica que la mejor forma de reducir el exceso de nutrientes en la cuenca es creando barreras verdes con humedales y setos alrededor del Mar Menor. Estas plantas absorben los nitratos del agua antes de que lleguen a la laguna y al mismo tiempo aumentan la biodiversidad en la zona.
Otro de los problemas que tenía el Plan Vertidos Cero, que ahora quiere recuperar el PP, es que la maquinaria que retira los nutrientes del agua, las desnitrificadoras, tampoco son 100% efectivas, según los expertos. "La eficacia del filtrado no es total. Además, muchas de las aguas con nutrientes no pueden ser recogidas para llevar a la planta centralizada, como la que llega con las avenidas. La única forma de limpiarla es mediante filtros verdes", opina el biólogo Paco Robledano. Los ecologistas calcularon en 2019 que el sistema de tuberías vertería cada año 2.125 toneladas de nitratos a mar Mediterráneo.
Frente a las críticas, el PP de Murcia responde que ese documento contaba con el consenso de políticos, científicos y sociedad civil. Antonio Luengo, hasta hace dos meses consejero de Agua y Agricultura en la Región, explica que es una "magnífica noticia" que su partido recupere el Plan Vertidos Cero si llega al Gobierno central y asegura que "no se trata de desviar el problema del Mar Menor al Mediterráneo, sino de resolverlo". También recuerda que el Ministerio de Transición Ecológica, en septiembre de 2019, ya con el PSOE y Podemos en el Gobierno, emitió una declaración ambiental positiva para ese proyecto, aunque luego lo enterró y dos años después presentó un programa alternativo.
Por otra parte, Luengo defiende que la agricultura y la ganadería permanezcan a largo plazo junto al Mar Menor. "Se ha demonizado de forma injusta al sector primario. Han hecho un esfuerzo en la cuenca de Cartagena y han invertido en sus fincas para minimizar el impacto en el Mar Menor", afirma. Por ejemplo, afirma, han tenido que construir barreras vegetales en las parcelas para evitar la escorrentía, han reducido el agua de riego y han impermeabilizado las balsas de purines de las ganaderías para que no haya filtraciones.
El ministerio dirigido por Teresa Ribera entendió, sin embargo, que el sector primario estaba sobredimensionado en ese territorio, por lo que enterró el Plan Vertidos Cero y lo sustituyó en noviembre de 2021 por el Marco de Actuaciones Prioritarias para Recuperar el Mar Menor (MAPMM), con un presupuesto de 484 millones. El nuevo proyecto toma buena parte de las propuestas del plan del PP, como la restauración de las cuencas mineras de Cartagena, las ayudas a agricultores para que cambien sus cultivos por unos más sostenibles o la limpieza del Mar Menor. Pero sustituye la construcción de ese sistema de filtración y trasporte de deshechos al Mediterráneo por uno basado en la limpieza natural de las aguas agrícolas.
"En realidad no son dos programas contradictorios, la diferencia está en el enfoque", opina Francisca Baraza, coordinadora del MAPMM. "Cogimos muchas de las propuestas del Plan Vertidos Cero, pero nos centramos en atajar los problemas que originaban la contaminación de la laguna, en lugar de apostar por soluciones de tubería", añade.
Una "marea" desborda Murcia para elevar el "grito" de los peces muertos en el Mar Menor
Ver más
Para ello han proyectado la creación de humedades seminaturales, filtros verdes y áreas renaturalizadas a lo largo de todo el litoral para que funcionen de barrera contra el agua contaminada. Las actuaciones están todavía en proceso de estudio, pero empezarán a hacerse las primeras obras después del verano, según afirma Baraza.
El MAPMM que está en vigor en este momento también ha apostado fuerte para acabar de una vez con el regadío ilegal en los alrededores del Mar Menor, una situación similar a la que ocurre en el Parque Nacional de Doñana. Desde que el plan entró en vigor en febrero de 2022, ya se ha identificado y cortado el agua a 8.800 hectáreas de cultivos que regaban sin licencia, según Baraza. "No queremos eliminar la agricultura, sino que tenga una dimensión adecuada y sea acorde a los valores ambientales de la laguna", explica la coordinadora del plan.
En todo caso, Baraza señala que para lograr una protección real de la laguna necesitan que el Gobierno de Murcia haga la reordenación de los terrenos a la que se comprometió en la Ley de Protección de Doñana, la que ahora quiere derogar Vox. En esa norma, elaborada por el propio PP, se daba tres años para aprobar un Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente del Mar Menor, donde se aclararía que zonas son agrícolas y cuáles no, una oportunidad para reducir el impacto del sector primario. El plazo termina el próximo 1 de agosto y no hay rastro de ese plan.