EL FUTURO DE CATALUÑA

Seis años del 1-O, del desgarro total en Cataluña a la paz social y el diálogo

Manifestantes se reúnen bajo una estelada gigante durante una protesta independentista en Barcelona.

Seis años del 1-O. Fue uno de los días más desgarradores de la democracia española. Un referéndum ilegal, el mundo entero pendiente de Cataluña, cargas policiales, urnas desplegadas por toda la comunidad frente al estupor del Gobierno de Mariano Rajoy, un choque sin precedentes, el fracaso del diálogo y de la política... Después vendrían el discurso del rey y la posterior Declaración Unilateral de Independencia (DIU). Un octubre grabado en la mente de muchos ciudadanos. Un país marcado por el 155, la cárcel y la fuga.

Este domingo se cumple el sexto aniversario de aquella fecha ya simbólica para el independentismo, pero la situación dista mucho de aquel momento, desarrollándose esta efeméride en mitad de las negociaciones para intentar formar Gobierno en Madrid con el PSOE buscando un pacto con Esquerra Republicana y Junts.

¿Pero en qué ha cambiado Cataluña en estos seis años? ¿Por qué está hoy más calmada la situación? Uno de los datos que más llama la atención es la diferencia entre partidarios de la independencia y unionistas. En la encuesta del CEO de la Generalitat de Catalunya en octubre de 2017, los favorables a la secesión eran mayoritarios, con un 48,7%, una de las cifras más altas registradas y con un crecimiento espectacular de siete puntos en un año. En cambio, apostaban por quedarse en España un 43,6%, a la vez que un 6,5% estaba indeciso y un 1,3% no contestaba.

Ahora, en cambio, el apoyo a la independencia está en mínimos históricos de la década. La última encuesta del CEO del pasado mes de julio refleja que un 52% de los catalanes votaría no en un hipotético referéndum frente a un 42% que introduciría la papeleta del . La tendencia hacia arriba está en el lado de los partidarios de seguir en España. Sólo uno de cada diez catalanes está a favor de la unilateralidad, la vía que fue utilizada para declarar la DUI en octubre de 2017.

Estas posiciones se han visto reflejadas en las últimas elecciones generales del 23 de julio, donde el PSC logró imponerse con 19 diputados (con 1,21 millones de papeletas). Sumar quedó en segunda posición, con 493.548 votos. En cambio, el independentismo bajó: ERC y Junts sumaron 14 escaños entre los dos (cinco por debajo de los socialistas). La CUP ni siquiera pudo revalidar sus dos escaños en la Carrera de San Jerónimo.

Diada a la baja y menor conflictividad entre administraciones

El bajón del independentismo tiene su reflejo seis años después en la manifestación de la Diada del 11 de septiembre. La última congregó a 115.000 personas, según los datos de la Guardia Urbana de Barcelona. Esto supone una tendencia decreciente, ya que el año anterior se reunieron 150.000. Además, estas cifras están lejísimos de las multitudinarias manifestaciones de antaño: en 2017 hubo un millón de personas, según la Guardia Urbana, aunque la Delegación del Gobierno lo rebajó a 350.000. El récord la tiene la de 2014, con 1,8 millones de personas, seguida de las de 2013, con 1,6 millones, y de 2012, con 1,5 millones.

El intento de entendimiento entre el Gobierno y la Generalitat en los últimos años ha dado también su resultado: el descenso de la conflictividad entre administraciones. Según datos gubernamentales, desde 1979 se han interpuesto 104 recursos de inconstitucionalidad por los presidentes del Gobierno contra el Ejecutivo catalán, pero sólo seis (el 5,8%) corresponden a la última legislatura de Pedro Sánchez. El ahora Gobierno en funciones ha explorado todas las vías posibles en comisiones bilaterales para llegar a acuerdos y evitar acabar en el Alto Tribunal.

Cataluña ha publicado durante la anterior legislatura 146 normas con rango de ley. Moncloa solo ha impugnado seis de ellas, el 4,11% del total. En contraste, por ejemplo, el Gobierno de Mariano Rajoy en la X legislatura interpuso recurso contra 19 de las 89 normas emitidas por la Generalitat (un 21,34%).

En la Comisión Bilateral habilitada para resolver controversias competenciales, de acuerdo con el artículo 33.2 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, se iniciaron durante la pasada legislatura 23 procedimientos, con acuerdo total en más de la mitad, 13, y acuerdo parcial en cuatro. Por lo tanto, se llegó a un pacto en el 74% de los asuntos. Ahora mismo sólo hay un caso pendiente relativo a medidas para afrontar la sequía.

La ruptura de la unidad soberanista

La foto de ese 1-O también deja diferencias respecto a sus protagonistas. Respecto al entonces Gobierno central, Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal están fuera ya de la política. En cambio, Carles Puigdemont sigue en Bruselas, fugado de la Justicia española y con acta de eurodiputado. Oriol Junqueras, de ERC, fue indultado por el Ejecutivo de coalición y marca los pasos de su partido, con su delfín, Pere Aragonès, como presidente de la Generalitat.

Otro de los grandes cambios en estos seis años ha sido la ruptura de la unidad del independentismo, con Junts fuera del Govern. Hay una competencia interna entre el soberanismo por ser la fuerza hegemónica. Esquerra apostó por una vía pragmática con acuerdos como la Mesa de Diálogo pactada por el PSOE. En cambio, el partido de Puigdemont siguió defendiendo la unilateralidad. Pero en el último mes se ha producido un giro copernicano con el sendero iniciado por el espacio posconvergente de negociar con Sánchez, dando ya sus frutos con el acuerdo para la mayoría en la Mesa del Congreso y la reforma del reglamento para que se puedan utilizar las lenguas cooficiales.

Pero esa vía de diálogo llega ahora a su momento más complejo: un acuerdo o no para la investidura de Pedro Sánchez. La condición de la amnistía para los procesados por el 1-O se abre paso estas semanas, sin confirmarlo Ferraz, pero con la defensa cerrada de Sumar de esa posible ley. Los socialistas quieren un compromiso por parte del soberanismo sobre el abandono de la unilateralidad y de ese “lo volveremos a hacer”.

"Siempre dentro de la Constitución"

Al final de esta semana creció la tensión entre los negociadores por el pacto entre Junts y ERC en una resolución en el Parlament para condicionar la investidura a que Sánchez dé pasos hacia un referéndum de independencia. El PSOE lo ha rechazado de manera tajante: “Siempre dentro de la Constitución”. En el Gobierno hablan de sobreactuación del soberanismo precisamente por el aniversario del 1-O, pero sostienen que está más cerca la posibilidad de la investidura que tener que ir a elecciones el próximo 14 de enero.

Sánchez se enfrenta a la “negociación de verdad”, como remarcan en la sala de máquinas socialista, una vez ha fracasado Alberto Núñez Feijóo en su investidura. El rey ha convocado consultas este lunes y martes en Zarzuela, de las que saldrá previsiblemente la designación del líder del PSOE como aspirante a La Moncloa.

El independentismo pretende también posicionarse de cara a esa negociación ante los suyos en los actos convocados este 1-O. Aragonès lanza este domingo su mensaje desde Fonollosa, mientras que Junts reúne a los suyos en la plaza de Catalunya en Barcelona. Serán escuchados con atención los discursos. Pero en el PSOE confían en que continúe esa vía de diálogo y que las fotos sean de “normalidad, como la del rey con el alcalde Collboni”.

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