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COMUNICACIÓN POLÍTICA

Galicia no es Madrid y cuatro lecciones más de la campaña del 18F

Homenaje a los marineros fallecidos en el Villa de Pitanxo al que han asistido los candidatos Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro.

En una campaña electoral hay que mantener la tensión hasta el último minuto porque puede haber sorpresas que hagan saltar todo por los aires. Si la crisis ecológica de los pellets marcó la precampaña en enero, el desliz de Alberto Núñez Feijóo sobre la amnistía ha dinamitado la recta final de la carrera hacia las elecciones de las gallegas. 

Es una incógnita hasta qué punto influirán todos estos factores en el resultado final, pero este viernes la Xunta de Galicia mandaba mensajes de texto a todo el personal de la sanidad pública anunciando una subida salarial a solo dos días de las elecciones. Un movimiento que deja patente que el PP esperaba una campaña más tranquila y sin grandes sobresaltos.

1 - El exceso de confianza nunca es bueno

Cuando las encuestas le son favorables, el Partido Popular suele tener problemas con el manejo de las expectativas. Un exceso de confianza en los buenos resultados les lleva a plantear campañas muy conservadoras para no cometer errores. “No puedes dar las cosas por hechas de antemano porque hoy en día en los últimos quince días se decide mucho voto y los demás partidos también hacen campaña, no juegas tú solo”, explica el profesor de la Universidad de Comillas y experto en Comunicación política Roberto Rodríguez Andrés.

Las últimas encuestas publicadas plantean un resultado en el que una mayoría absoluta cómoda y consolidada para el PP no está tan clara. Con un panorama en el que todo se juega en muy pocos votos, el optimismo les ha podido pasar factura. “Tengo la sensación de que el PP ha entrado en barrena los últimos días: huyendo del debate, con el tema de los indultos...”, explica el politólogo Eduardo Bayón. “Si optas por una campaña plana, van a ser otros los que la llenen de contenido. Han tenido una posición reactiva en vez de propositiva”, añade Carmen Lumbierres, profesora de Ciencia política de la UNED.

2 - Si no acudes a los debates, te comen el espacio

En esta estrategia de correr los mínimos riesgos posibles, no acudir al debate de RTVE ha sido otra de las equivocaciones que, según los expertos, ha cometido el Partido Popular.  No da buena imagen de cara al electorado, es una estrategia que tiene más riesgos que beneficios”, opina Rodríguez Andrés. Tras un debate en la televisión gallega que no fue como esperaban, negarse a acudir a los demás ha fomentado una imagen en Rueda de político que huye, como le ocurrió a Feijóo en el 23J. Una idea que el PSOE y el BNG han sabido aprovechar para atacarle.

El debate de RTVE fue líder absoluto de audiencia en su franja de emisión, con un 17,4% de share. Alfonso Rueda dejó de ocupar ese espacio que lo llenaron sus principales rivales en un mano a mano entre Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro, mostrando la fuerza deun bloque conjunto. El candidato aludió que sería un todos contra uno, como en el de la televisión pública gallega, pero, en el pasado hemos visto debates en los que, aunque todos los participantes iban en contra de un candidato, el atacado acababa saliendo más o menos airoso.

3 - Un golpe a la credibilidad

El famoso desliz de Feijóo con la amnistía y sus contactos con el independentismo ha generado un problema de coherencia y pérdida de credibilidad. Su plan de recuperación se parece tanto al de Pedro Sánchez que todavía cuesta entender por qué se llevan manifestando en la calle durante meses y a qué se debe esa filtración. 

Este error de comunicación podría abrir un pequeño flanco a su derecha en un panorama electoral en el que la fragmentación, el cansancio después de años de Gobierno del PP y un desvío de votos hacia Vox puede llegar a comprometer la mayoría absoluta, aunque sea complicado. “Vox está controlado, ya que, en general, el PP en Galicia tiene mucha implantación territorial en las aldeas. Deshacer toda esa estructura es muy complicado”, opina Lumbierres.

4 - Galicia no es Madrid 

Una de las estrategias discursivas del Partido Popular durante toda la campaña ha sido comparar al BNG de Ana Pontón con Bildu y Esquerra Republicana, incluso con ETA. De nuevo, se ha vuelto a nacionalizar una campaña autonómica como ocurrió en el 28M. “Pedro Sánchez lo hizo en mayo y lo pagó caro y ahora el PP repite el modelo utilizando estas elecciones como un plebiscito, un agarradero del futuro político de Feijóo”, opina Carmen Lumbierres.

Feijóo, Sánchez, Zapatero, incluso Aznar, han tenido un papel activo en la campaña. El líder de los populares ha intentado trasladar un discurso homogéneo y en clave madrileña de problemas nacionales al territorio en el que consiguió cuatro mayorías absolutas. Una estrategia que, según los expertos en comunicación política, sigue planteando interrogantes en un escenario político en el que cada vez se vota más a opciones regionalistas y locales. 

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5 - El fenómeno Ana Pontón

En el lado contrario, la campaña más arriesgada ha sido la de Ana Pontón, la candidata que más ha subido en las encuestas frente a un Gómez Besteiro con un perfil más bajo. “Ha dulcificado la imagen que podría tener el electorado de ser un partido de izquierda radical e independentista. Representa el sentimiento de cambio y comunica muy bien”, explica el profesor Rodríguez Andrés.

“El PSOE de Galicia ha tenido tanta renovación de liderazgos y ha aguantado tanto en la oposición que Ana Pontón ha sido la que como Más Madrid en la capital de España ha cogido el relevo. Creo que ha hecho una buenísima campaña, de mujer tranquila, haciendo hincapié en los problemas de los gallegos, sin entrar en provocaciones", concluye Lumbierres. Esta noche, sabremos si la suma de los votos del BNG y el PSOE sirven para desalojar al PP de la Xunta de Galicia y los efectos colaterales que el resultado de las gallegastiene en el futuro próximo de la política nacional.

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