La invasión de Gaza

El reconocimiento de Palestina como Estado está ahora en manos del PP y Junts

Un niño palestino camina entre los escombros de una casa destruida tras un ataque aéreo israelí, en el sur de la ciudad de Deir Al Balah, al sur de la Franja de Gaza, el 10 de marzo de 2024.

Pedro Sánchez quiere que "el reconocimiento del Estado palestino por parte de España" llegue esta legislatura tras una votación en las Cortes Generales. Lo anunció el pasado sábado en un acto en Bilbao, pero se trata de una antigua promesa del actual presidente del Gobierno, que ha tratado de tener un papel activo en el conflicto. Su viaje a Israel y Palestina el pasado mes de noviembre fue muy criticado por las autoridades israelíes por abrir la puerta a este reconocimiento unilateral y sus críticas en persona al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por la actuación de su ejército en la Franja de Gaza. Sin embargo, a día de hoy las mayorías en el Congreso no parecen claras ya que aunque el Gobierno cuenta con el de antemano de formaciones como Sumar, Esquerra Republicana, EH Bildu, Podemos, BNG y del PNV, según confirman fuentes de estas formaciones, no está claro el sentido del voto de Junts Per Cataluña ni del Partido Popular, mientras que se da por descontado que Vox votará en contra. Si tanto Junts como el PP se oponen, la resolución no saldría adelante.

Lo cierto es que el Congreso ya votó en favor de este reconocimiento hace casi una década. En el año 2014, tan solo unas semanas después de que Suecia reconociera oficialmente al país —fue el primer país europeo en hacerlo—, la Cámara Baja aprobó una resolución por unanimidad en la que instaba al Gobierno de Mariano Rajoy a "promover de manera coordinada en el seno de la Unión Europea el reconocimiento del Estado palestino como Estado soberano, en el marco de una solución definitiva y global al proceso de paz en Oriente Próximo basada en la creación de dos Estados, el israelí y el palestino, coexistiendo en paz, seguridad y prosperidad". La propuesta, avalada por el entonces ministro de exteriores José Manuel García Margallo (PP), se quedó en declaración de intenciones.

El Gobierno español, como Estado soberano, podría dar ese paso y reconocer formalmente Palestina —como sucede con Israel desde el año 1986— sin esperar al Congreso ni al Senado y tampoco a la Unión Europea. Hasta la fecha, 139 países han reconocido a Palestina, frente a los más de 160 que han hecho lo propio con Israel. Entre los que no lo reconocen están la mayoría de los países europeos, Canadá, Australia, Japón y Estados Unidos. De hecho el paso sería relativamente sencillo, con una simple declaración pública o una nota diplomática sería suficiente para que el España reconociera formalmente a Palestina.

Sin embargo, desde el PSOE consideran que se trata de una decisión de gran calado, por lo que creen conveniente que se haga con el beneplácito del resto del arco parlamentario. "Aunque no es necesaria esa autorización, es una decisión de enorme relevancia. La política exterior es una política de Estado, que lideran el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores. Sería, por lo tanto, un ejercicio de coherencia que fuera de nuevo llevado a debate a las Cortes Generales", explican fuentes de la formación a infoLibre, que recuerdan que la resolución aprobada en el año 2014 fue por "unanimidad".

Sánchez busca retratar al PP

Los socialistas buscan, así, que el Partido Popular se posicione sobre esta cuestión tras meses de declaraciones contradictorias. Aunque oficialmente el PP está a favor de resolver el conflicto entre Israel y Palestina "por medio de la solución de dos Estados" —así aparece en el programa electoral con el que Alberto Núñez Feijóo se presentó a las elecciones generales del 23 de julio— el PP ha adoptado una posición de apoyo cerrado a Israel, en nombre de su derecho a defenderse, ha pasado de puntillas por los derechos de los civiles palestinos que están siendo masacrados por las bombas y los disparos del ejército israelí y, sobre todo, ha utilizado todas las oportunidades que ha tenido para criticar al Gobierno, acusando falsamente a Sumar y a Podemos de apoyar al terrorismo y a Sánchez de haber provocado una crisis diplomática con Israel. "

"No estamos hablando de un conflicto que tiene que ver con el territorio, no estamos hablando de un conflicto que se prolonga a lo largo de décadas. Estamos hablando de que una organización terrorista, con conexiones con otras organizaciones yihadistas en la zona, quieren imponer una visión medieval de la vida y esto es a lo que nos enfrentamos”, aseguró taxativamente el vicesecretario del PP, Borja Sémper, dos días después de ataque inicial de Hamás. El PP, según añadió poco después Esteban González Pons, se opone a cualquier medida de presión para que Israel respete el derecho internacional en su ofensiva contra Hamás y considera que criticar al Estado de Israel por bombardear víctimas inocentes en Gaza y calificarlo de “genocidio” es un acto de “antisemitismo”.

Fuentes del PP no revelan por el momento qué votarán cuando llegue la propuesta a la Cámara Baja —aseguran que quieren conocer el texto antes de posicionarse— y recuerdan que la resolución de 2014 incluía que ese reconocimiento se debería hacer a nivel europeo. Sin embargo, la ausencia de un consenso en el seno de la UE lo complica sobremanera, ya que la posición común del bloque es un término medio que las instituciones europeas se guardan mucho de no saltarse. Hasta la fecha los conservadores han evitado posicionarse, aunque hace dos semanas votaron a favor de un punto de la iniciativa presentada por Podemos para "redoblar esfuerzos para lograr la apertura de corredores seguros que permitan la entrada de ayuda humanitaria en Gaza" y en contra de suspender las relaciones con Israel, adoptar sanciones económicas y de apoyar la investigación por parte de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional de los crímenes cometidos en Gaza.

A falta de una posición más concreta, el único documento en el que el PP se refiere al conflicto es el programa de las generales y en él el enfoque es, sobre todo, económico, más que político. El planteamiento de los de Feijóo es que “España debe imprimir un impulso a su compromiso con Oriente Próximo”, pero no por el contencioso entre Israel y Palestina en sí sino porque “es una región clave para nuestra seguridad energética, en la que se originan desafíos como las migraciones, el terrorismo o la intolerancia religiosa” y que “presenta numerosas oportunidades”. 

La incógnita de Junts

Tras el ataque de Hamás sobre Israel, Junts per Cataluña presentó una moción en el Parlament en la que reivindicaba “el derecho de Israel a existir” y calificaba de “error” el empleo del término “apartheid” en Israel o Palestina . Una iniciativa a la que se unió Ciudadanos pero que fue muy criticada por el resto del arco parlamentario y que finalmente acabaron retirando. El propio Carles Puigdemont aseguró que él no podía "distinguir la diferencia" entre "el grito y el dolor de una víctima palestina y de una víctima israelí". Fuentes de Junts guardan silencio sobre cuál será su posición cuando la iniciativa llegue a la Cámara Baja, una estrategia que han mantenido para cada votación importante pero que, en este caso, evidencia también su incomodidad con el conflicto.

De hecho, cuando Sánchez volvió tras su viaje oficial a Palestina e Israel, la portavoz de Junts en el Senado, Marta Madrenas, aseguró que el Gobierno no estuvo "a la altura de las circunstancias". Madrenas recordó al ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que aunque su formación es favorable a la solución de los dos estados, también importante cuidar "la diplomacia" y no "hacer enfadar" a un estado como Israel. Esas declaraciones van en la línea de las de algunos dirigentes de la formación independentista, que ven a Israel como un "ejemplo" de formación de un Estado.

El posicionamiento de Junts bebe del de su precursor, Convergència. El expresident de la Generalitat, Jordi Pujol, reconoció en el prólogo del libro de la periodista Anna Figuera Jordi Pujol y los judíos. Construir la tierra prometida, el "papel importante" que Israel y el sionismo han jugado en la formación de su ideario nacionalista. Pujol ensalzaba la "indudable voluntad de ser" que compartían el pueblo catalán y el israelí y alababa su esfuerzo por recuperar una lengua, crear instituciones e implantar una estructura. También Artur Más mostró su afinidad con el país hebreo durante una visita que realizó en 2013. "Israel es claramente un compañero de viaje de Cataluña”, aseguró.

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