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CASA REAL

La Casa Real se vuelca con actos militares y deportivos mientras ignora el 8M, el Orgullo y los Goya

Los reyes durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de París

Los reyes de España no emiten opiniones ni dan entrevistas. Todas sus palabras están medidas. Pero Felipe de Borbón, Letizia Ortiz y sus hijas sí trasladan señales y gestos con sus actos y con su presencia. En la Casa Real se estudia hasta el milímetro la agenda y se cuida al máximo la imagen de los monarcas. Esas fotografías son la impronta pública de la monarquía ante la sociedad.

La Jefatura del Estado se está volcando especialmente en los últimos tiempos en actos relacionados con el deporte y con la actividad militar. Es donde sus miembros más se dejan fotografiar, donde se sienten más cómodos, donde focalizan su labor de imagen, donde creen que conectan más, donde se zambullen sus redes sociales. La formación castrense de la princesa Leonor, que se ha priorizado durante esos años desde que cumplió los 18 frente a los estudios universitarios, ha supuesto un antes y un después en Zarzuela.

Zarzuela cuida especialmente la imagen de una princesa entrenada en las Fuerzas Armadas frente a otras actividades. La Casa Real mima esa vertiente y traslada a los medios la imagen de la princesa realizando actividades de corte militar. Además, se potencia mucho el vínculo de padre e hija a través de las Fuerzas Armadas. Zarzuela abrió cuenta en Instagram con motivo de los diez años de proclamación: los posts sobre la actividad militar y el deporte ganan de goleada sobre otros temas.

Desde la monarquía se ha dado mucho simbolismo a la formación militar de la princesa. Fue el propio rey quien le hizo entrega el pasado 3 de julio de su nombramiento como dama alférez cadete del Ejército de Tierra y le impuso la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. Como gesto de máxima relevancia fue que acudiera la familia al completo con la reina y la infanta Sofía. Asimismo, Felipe y Letizia estuvieron junto a su hija mayor el 16 de julio en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), donde la princesa de Asturias ingresará a finales de agosto hasta el próximo mes de enero, cuando se embarque en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Ella también acompañó a su padre pocos días antes a la entrega de despachos en Talarn (Lleida). La formación la completará posteriormente en el Ejército del Aire y del Espacio en San Javier (Murcia).

El deporte español, gran prioridad en la imagen

Zarzuela también está dando el máximo protagonismo últimamente al deporte. El rey Felipe siempre ha estado ligado a él y llegó a ser el abanderado de España en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Su estampa ha estado asociada también a las regatas en Baleares durante los veranos (en la última semana, los medios han cubierto ampliamente su presencia en la competición náutica) y a su afición por el esquí. La familia real quiere asociar su imagen a la del deporte español, que ha logrado importantes triunfos en los últimos tiempos. Se ha volcado de manera total con la selección masculina de fútbol y su victoria en la Eurocopa. Hasta la final en Alemania se trasladó el monarca junto a la infanta Sofía, a la que Zarzuela quiere dar presencia pública en ese tipo de eventos. Ya estuvo junto a su madre en la final de la selección femenina en Australia el año anterior.

Los reyes también están invirtiendo tiempo y proyección en los Juegos Olímpicos de París, hasta donde se desplazaron para presenciar la ceremonia de inauguración. La implicación es absoluta con recepción propia, discurso ante los atletas españoles y encuentros con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo. Además, el protagonismo se evidencia con que la princesa y la infanta están teniendo su propia agenda separada de sus padres y han estado varios días mientras sus progenitores ya estaban en Palma de Mallorca. Las redes sociales de la Casa Real están llenas de estampas de los miembros de la familia saludando a los deportistas.

En estas últimas semanas, los reyes han centrado su presencia en lo militar, en lo deportivo y en los actos veraniegos en Balears, además de promocionar en sus redes los recientes premios Princesa de Girona como otro de los grandes eventos del año para la Jefatura del Estado. Pero también hay silencios y ausencias. No ha habido ninguna mención al Orgullo LGTBi, que ha congregado centenares de actos a lo largo y ancho del país.

El Orgullo no existe para Zarzuela

La Casa Real ni siquiera ha publicado un tuit el día propio del Orgullo o en referencia a la celebración en Madrid, la que congrega más personas en toda Europa. Durante sus diez años de reinado, apenas ha habido gestos en público al colectivo, algo que contrasta con otras monarquías europeas. El 28 de junio en la cuenta en X de Zarzuela sólo se destacó la visita a Ávila de Felipe VI para la jura de la promoción de la Escala Básica de la Policía Nacional.

Desde la llegada al trono, las referencias han sido puntuales de manera pública y directa. En la primera recepción con la sociedad civil tras la proclamación por primera vez fueron invitados representantes de asociaciones LGTBi. Además, el rey felicitó a la revista Shangay por su 25 aniversario en 2018. La Casa Real asimismo puso un mensaje en la entonces llamada red social Twitter en 2017 con motivo de la celebración del World Pride en Madrid. Esta posición en la esfera social contrasta con la implicación mucho mayor que tienen otras monarquías. Por ejemplo, Mary de Dinamarca ha acudido habitualmente a la ceremonia de los Danish Rainbow Awards. En Noruega, los príncipes Haakon y Mette Marit han asistido a actos del Orgullo en Oslo. La reina Máxima de Holanda también ha protagonizado varios actos e incluso llegó a dar un discurso para la comunidad en Castro, el mítico barrio LGTBi de San Francisco (Estados Unidos). En este sentido, se han involucrado con el colectivo los príncipes de Gales: Guillermo fue portada de la revista Attitude y se ha implicado durante la celebración del Pride en Londres con vídeos y visitas a lugares icónicos como The Royal Vauxhall Tavern.

La reina despeja su agenda durante el 8M

Felipe VI y el poder

Otras de las citas de las que se borra la Casa Real en España es de los actos del 8M, Día Internacional de la Mujer. La reina Letizia suele hablar sobre los retos de las mujeres y de las niñas en muchos de sus discursos, peros siempre despeja su agenda y no participa en ningún acto institucional durante este día, que se ha convertido en una de las grandes reivindicaciones del país y motivo de eventos, charlas y concentraciones en todo el territorio.

Esto contrasta con la actitud de otras casas reales, donde las reinas protagonizan y asisten a actos muy simbólicos en Europa con motivo de esa fecha. Es habitual la presencia en eventos con discursos de Máxima de Holanda o Matilde de Bélgica. También miembros de la realeza británica como Kate Middleton ponen mensajes en las redes sociales para celebrar el 8M u organizan eventos como es el caso en Noruega de la reina Sonia.

Otra de las grandes ausencias pendientes de los reyes es en la gala de los Goya. La Academia sigue invitándolos cada año con la esperanza de que acudan, pero nunca han ido a apoyar al cine español en su principal ceremonia cuando millones de personas tienen sus ojos puestos en los nominados y ganadores. Es uno de los grandes eventos del país que nunca ha tenido a los monarcas desde su proclamación a pesar de que el matrimonio siempre ha confesado su pasión cinéfila y suele ir a proyecciones de manera discreta en las pantallas madrileñas. Además, la reina Letizia acude a eventos del gremio como el festival Atlántida en Palma de Mallorca o la conferencia de Martin Scorsese en la sede de la Academia de Cine en la céntrica calle de Zurbano en la capital. Felipe VI sí fue a una gala cuando era príncipe, en la que incluso Pedro Almodóvar, el rey de la noche con Todo sobre mi madre, le cantó en directo Cumpleaños feliz. Juan Carlos I y Sofía fueron como monarcas a la primera edición, aunque luego no repitieron. La gala del cine español presenta un aspecto que da vértigo a muchas autoridades: hay muchos discursos de carácter reivindicativo y es motivo habitual de las críticas de las derechas.

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