El gobierno de Macron mantiene la opacidad sobre las ventas millonarias de armas francesas a Israel

Varias personas buscan víctimas en un edificio destruido tras un bombardeo israelí en el centro de la Franja de Gaza a mediados de agosto

Justine Brabant (Mediapart)

El Reino Unido anunció el 2 de septiembre, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, la suspensión parcial de sus licencias de exportación de armas a Israel. La medida es consecuencia de una revisión detallada por parte del gobierno laborista (elegido a principios de julio) de las licencias concedidas hasta la fecha por el ejecutivo conservador.

“Existe un riesgo claro de que algunas armas británicas puedan ser utilizadas para cometer o facilitar una violación grave del derecho internacional humanitario”, explicó el ministro para justificar su decisión, que afecta a alrededor de una décima parte de las licencias de exportación concedidas por Londres. En concreto, se dejarán de suministrar “componentes importantes utilizados en aviones militares, incluidos aviones de combate, helicópteros y aviones no tripulados, así como piezas que facilitan la identificación de objetivos en tierra”.

Francia, al igual que el Reino Unido, ha firmado varios tratados (entre ellos el Tratado sobre el Comercio de Armas) que le prohíben suministrar armas si existe el riesgo de que se utilicen para cometer crímenes de guerra o ataques contra civiles. Pero es evidente que no saca a las mismas conclusiones.

A pesar de la acumulación de pruebas de posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por el ejército israelí en Gaza desde el otoño de 2023, tras la masacre del 7 de octubre, Francia nunca ha impuesto un embargo total o parcial a sus suministros de armas a Israel.

El gobierno francés afirma que sólo suministra armas a Israel con fines defensivos, pero no proporciona ningún medio para comprobarlo. A pesar de las reiteradas peticiones de los medios de comunicación y de las ONG, sigue sin conocerse la lista exacta de las armas vendidas y/o entregadas a Israel.

Lo más sorprendente es que el gobierno ni siquiera respeta las pocas reglas que se ha fijado para garantizar una (relativa) transparencia en sus ventas de armas. Aunque el ejecutivo francés tiene la obligación de presentar al Parlamento un informe sobre las exportaciones de armas francesas antes del 1 de junio de cada año, el informe de 2024 (que abarca las exportaciones de 2023) todavía no se ha presentado oficialmente en la Asamblea, ni se ha hecho público.

Mediapart, que ha podido obtenerlo, lo publica hoy íntegramente (pueden consultarlo en el artículo en francés) El documento, de 135 páginas, comienza con un largo texto autocomplaciente, alabando una política de exportación “coherente” y rigurosamente controlada, y de paso repite las cifras deliberadamente infladas de la ayuda militar francesa a Ucrania.

Bajan las ventas de armas francesas

El informe comienza revelando que las ventas de armas francesas están en declive, con pedidos por valor de 8.200 millones de euros en 2023, frente a los 27.000 millones de 2022. Esta tendencia se explica por las ventas excepcionales (sobre todo de cazas Rafale a Emiratos Árabes Unidos) en 2022, que no sorprende a Léo Péria-Peigné, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (Ifri).

“La base del comercio de armas está constituida por contratos de menos de 200 millones de euros, que cubren pequeñas cantidades de equipos, piezas, mantenimiento, formación, etcétera. Los mayores picos están constituidos por contratos de más de 200 millones de euros, vinculados a la compra de grandes plataformas y, en el caso de Francia, muy avanzadas y por tanto muy costosas, como el Rafale. El comercio de armas no suele ser una constante e incluye regularmente picos que hacen variar la clasificación de las exportaciones de un año a otro”, señala , el investigador y autor de Géopolitique de l'armement (edit. Le Cavalier bleu, 2024).

El verdadero interés de este informe reside en sus anexos, y más concretamente en las largas tablas que resumen, para cada país cliente, el número y el valor de las licencias de exportación (documento sin el cual no es posible ninguna venta de armas) concedidas por el gobierno francés, así como el valor en euros de los equipos efectivamente entregados para el año en cuestión, porque cada licencia no conduce necesariamente a una venta, y en caso de venta, la entrega puede no tener lugar hasta años más tarde.

En este informe 2024, nos encontramos con varias cosas raras sobre las que el debate en el Parlamento, si llega a producirse, quizás arroje algo de luz: una licencia de “entrenamiento operativo” concedida a Ruanda por 600.000 euros, cuando el ejército ruandés, a través del movimiento rebelde M23, combate y comete crímenes en el este de la República Democrática del Congo; otra licencia (por 20.000 euros) de “tecnología” militar concedida a la Etiopía de Abiy Ahmed, cuyo ejército es cómplice de la limpieza étnica en el Tigray occidental.

75 licencias de exportación a Israel por un valor total de 176 millones de euros

En el continente europeo, las relaciones con la Hungría de Victor Orbán, a pesar de la condena oficial de París a este régimen iliberal, no parecen ir tan mal: en 2023, el gobierno francés dio luz verde a la venta a Budapest de diverso material militar de las categorías ML4 (“bombas, torpedos, cohetes, misiles, otros artefactos y cargas explosivas” y sus componentes) y ML10 (aviones o drones), así como “software” y otras “tecnologías” militares por un total de 174 millones de euros.

Sobre todo, el documento desvela en parte la política de exportación de armas de Francia hacia Israel. Revela que, en 2023, Francia entregó a Israel material militar por valor de 30 millones de euros. Como no se especifica en qué meses se hizo, es imposible saber si esas entregas continuaron tras el lanzamiento de las brutales represalias israelíes en la Franja de Gaza. Preguntado al respecto, el ministerio de Defensa francés no ha respondido al cierre de este artículo.

También en 2023, Francia validó pedidos israelíes a fabricantes franceses por valor de 20 millones de euros y concedió 75 licencias de exportación a Israel, por un valor total de 176 millones de euros. Estas licencias se refieren en particular a las categorías de material denominadas ML2 (“armas de ánima lisa con un calibre igual o superior a 20 mm [...] y sus componentes”), ML4 (“bombas, torpedos, cohetes, misiles, otros artefactos y cargas explosivas [...] y sus componentes”), ML6 (“vehículos terrestres y sus componentes”), ML10 (aviones, drones y sus componentes) o AMA 1 (“satélites de detección e inteligencia” y sus componentes).

No todas estas licencias se traducirán en ventas. Pero, a falta de más detalles por parte de las autoridades francesas, es difícil entender cómo París pudo obtener la garantía de que ningún elemento de este arsenal fuera a utilizarse para cometer crímenes en Gaza.

En cuanto a las “bombas” y otros “cohetes”, Léo Péria-Peigné explica: “La categoría ML4 es una categoría espuria muy amplia porque puede incluir tanto municiones como piezas de recambio o componentes relacionados: puede ir desde una bomba de 500 kg hasta un chip electrónico interno”, explica. “Por tanto, las licencias en cuestión podrían abarcar componentes electrónicos de disparo u otros equipos de este tipo. Dado que la mayoría de los vehículos terrestres, aéreos y navales que utiliza el ejército israelí son de diseño nacional o americano, es muy poco probable que estemos hablando de municiones completas, sino más bien de componentes para la industria local de defensa”.

Sensores y láseres por 19 millones de euros

Hay un segundo aspecto en la venta de material militar: los llamados productos de “doble uso”, es decir, productos considerados sensibles porque pueden utilizarse tanto para fines civiles como militares. Su naturaleza es muy variada: drones que pueden utilizarse para el ocio o para lanzar municiones, cepas víricas que pueden utilizarse para la investigación médica o para desarrollar un arma bacteriológica, juntas utilizadas en una fábrica civil o en una central nuclear, etc.

Al igual que en el caso de las armas, se requieren autorizaciones específicas para su exportación, y el gobierno francés debe elaborar un informe anual sobre estas exportaciones. El informe correspondiente a 2024 aún no se ha hecho público, pero Mediapart lo hace público (lo pueden consultar en el artículo en francés). También plantea muchos interrogantes sobre la política de exportación de Francia hacia Israel.

En 2023 aumentaron exponencialmente las licencias que autorizan la exportación de productos de doble uso a Israel, alcanzando un total de 192,2 millones de euros, frente a los 34 millones de euros de 2022. Esas licencias abarcan la electrónica y las telecomunicaciones, así como “sensores y láseres” (por valor de 19 millones de euros) y “navegación y aeroelectrónica” (por valor de 3,8 millones de euros).

Para Tony Fortin, encargado de estudios del Observatorio del Armamento, “es preocupante, porque sabemos que el ejército israelí necesita hoy en día sensores y electrónica para diseñar sus armas”, afirma. Fortin recuerda que en 2014, uno de esos “productos de doble uso”, un sensor de posición francés, fue encontrado en un misil que mató a tres niños en Gaza.

“¿Se concedieron esas licencias antes o después del 7 de octubre? ¿De qué tipos de sensores se trata? ¿Con qué fin? ¿Quién es el destinatario final? No hay información al respecto en la documentación oficial. Dada la sensibilidad del tema, necesitamos una explicación del texto y, sobre todo, que se dejen de conceder licencias a Israel, a la vista de lo que está ocurriendo actualmente en Gaza”, añade Tony Fortin.

El diputado Aurélien Saintoul (La France insoumise), miembro de la comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, apunta en el mismo sentido. “Es el mismo tipo de opacidad que con el material de guerra: no sabemos lo que se entrega realmente”, y “no hay visibilidad alguna sobre los controles” efectuados a posteriori para asegurarse de que las mercancías no han sido exportadas sin autorización.

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En 2024 ha sido creada finalmente una comisión parlamentaria encargada de analizar y controlar las exportaciones de armas francesas, que había sido prometida hace muchos años. Sus miembros fueron nombrados en abril. No se sabe nada de ella desde la disolución por sorpresa decidida por Emmanuel Macron.

Caja negra

El martes 3 de septiembre ,a las 10 de la mañana, Mediapart envió una serie de preguntas al ministerio de Defensa en relación con las exportaciones de armas y productos de doble uso franceses a Israel mencionadas en este artículo. Al cierre de esta edición no habíamos recibido respuesta del Ministerio.

Traducción de Miguel López

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