¿Qué es Ayuso?

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Verónica Barcina

A su manera, Miguel Ángel Rodríguez ha emulado a Mary Shelley creando monstruos. El de Shelley se gestó en la ficción, desde el talento literario, valiéndose de la pericia de un científico ficticio, el doctor Frankenstein; los de MAR son reales, basados en el periodismo y la comunicación audiovisual en los que es maestro. Shelley se inspiró en experimentos realizados en su época con cadáveres y electricidad, energía entonces misteriosa y omnipotente; MAR ha recurrido a internet, donde aplica los once principios de Goebbels. Shelley evocaba el mito de Prometeo; lo de MAR se limita a imitar a Gepetto y su Pinocho.

Shelley frecuentó ambientes filosóficos, literarios y científicos donde participaba debatiendo mientras aprendía. MAR cuenta con un dilatado currículum como sicario político en el muladar surgido a la sombra del capo Aznar, dispone de cobertura para sus fechorías («No necesitas comprar a un medio de comunicación; basta con que seas su mejor cliente») y disfruta de la complicidad del estamento judicial con el PP para maniobrar con impunidad.

Currículum violento. 1997: amenazas a Antonio Asensio y otros directivos de Antena 3. 2013: en El gato al agua tachó a El Gran Wyoming de cocainómano. 2014: en Espejo Público dejó caer un fusilamiento para Artur Mas. 2019: en Twitter espetó a Espinosa de los Monteros: «Jódete, imbécil: Avalmadrid. Así os empuren. Idiotas!». 2022: empujó en directo a una periodista mientras preguntaba a Ayuso. 2024: en WhatsApp amenazó a una periodista del elDiario.es“Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar. Que os den. Idiotas”. 2024: acusa a periodistas de varios medios de intentar asaltar encapuchados la vivienda Ayuso. 2024: difunde bulos sobre el Fiscal General del Estado y lo amenaza con llevarlo a prisión.

Currículum de lucro y excesos. 1998: dirigentes del PP lo acusan de «sectario» y fuerzan su dimisión como Secretario de Estado de Comunicación. 2003: Anticorrupción investiga la adjudicación a dedo a su empresa de una campaña publicitaria, por más de 7 millones €, del Ministerio de Trabajo de Zaplana. 2006–2016: recibe 600.000 € del Canal de Isabel II para publicidad en un proyecto de TV fallido. 2011: condena por injurias contra el doctor Luis Montes. 2013: detenido por conducir borracho cuadruplicando la tasa de alcohol permitida. 2022: además de su salario de 93.855,00 €, gastó 13.177,84 € en comilonas.

MAR ha creado, partiendo de la banal materia de Ayuso, una palurda celebridad política que, mediante argumentarios simples, compite con vedettes como Doña Rogelia, Nícol, Macario, Monchito y Rockefeller.

Currículum machista. 1996, 18 aniversario de la Constitución: “si fuera mujer, se pondría de largo, y si fuera ciudadano, iría a votar”. 2008, a María Antonia Iglesias: “Estás cada día peor, yo es que no sé si te has tomado la pastilla o no”. 2011, a Gabriela Elizalde: “Pido encuesta en Twitter: vista la foto de la periodista mexicana, ¿tiene o no tiene pinta de putón?”. 2016: “Arrimadas es físicamente atractiva como hembra joven. Políticamente es inconsistente”. 2024, a la periodista Esther Palomera tras amenazarla: “Adiós, preciosa”.

Sus monstruos

Este Frankenstein barriobajero elabora discursos trufados de afirmaciones de perogrullo, clichés y frases de gran carga de populismo y demagogia en su gramática y vocabulario. Con probada eficacia en turbas fanáticas que no piensan por sí mismas, Ayuso lee las chuletas de su creador con una entonación y una incoherencia que hacen dudar del normal desarrollo de sus entendederas. MAR ha creado, partiendo de la banal materia de Ayuso, una palurda celebridad política que, mediante argumentarios simples, compite con vedettes como Doña Rogelia, Nícol, Macario, Monchito y Rockefeller. Ayuso carece de discurso propio: apenas sabe de qué habla porque es MAR quien lo hace por ella.

A su manera, Miguel Ángel Rodríguez ha emulado a Mary Shelley creando monstruos. El de Shelley se gestó en la ficción, desde el talento literario, valiéndose de la pericia de un científico ficticio, el doctor Frankenstein; los de MAR son reales, basados en el periodismo y la comunicación audiovisual en los que es maestro. Shelley se inspiró en experimentos realizados en su época con cadáveres y electricidad, energía entonces misteriosa y omnipotente; MAR ha recurrido a internet, donde aplica los once principios de Goebbels. Shelley evocaba el mito de Prometeo; lo de MAR se limita a imitar a Gepetto y su Pinocho.

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