Europa mira a España para frenar el auge de la ultraderecha europea

Ximo Estal

La principal noticia, no solo para España sino también para Europa, tras las elecciones generales del mes de julio, es que el número de votos, e incluso de escaños de aquellos partidos que creen en la democracia y sus valores ha superado a aquellos que pretendían, con la soberbia, la mentira y la manipulación de algunos medios y de ellos mismos, e incluso utilizando bulos, siendo hipócritas, volver al siglo XX y a un fascismo donde ellos se sienten contentos y libres para hacer lo que quieren: censurar, derogar, prevaricar y sobre todo humillar a todos y todas aquellos que no piensan como ellos.

Durante la campaña electoral, la ultraderecha y algunos dirigentes conservadores afines pusieron todos sus medios para conseguir ganar e implantar sus tesis retrógradas y carentes de libertad, pero la ciudadanía no ha querido dar el gobierno a unos partidos cuyos objetivos son : humillar, crear odio, crispación, censurar y ante todo destruir los valores democráticos y las leyes que los están sustentando. La ciudadanía no ha querido dar la llave de gobierno a un partido como Vox, que saca a relucir y da valor a lo peor del ser humano y quiere que ese argumento sea el camino a seguir para una España grande, libre y única: total, fascismo duro y puro y un camino antidemocrático dictatorial. Y el PP se lo tiene que mirar mucho. Pues su apoyo a esas tesis, por algunos de sus barones y baronesas, han hecho que esas miras, absurdas, irreales, se cumpliesen. La ciudadanía ha dicho que bien, pueden ganar en escaños, en mentiras, en manipulación, pero no van a ganar nunca en democracia, en libertad y sobre todo en humildad que la ciudadanía quiere y tiene. Cierto que todavía tienen millones de votos, pero son muchos más los votos de la cordura, la sensatez y la humildad, y ha perdido, pese a tener más votos, esa derecha retrograda y del medioevo que quería implantarse en España. Y este resultado ha sido un gran alivio para Europa, que cada vez veía cómo estaba aflorando un neofascismo cada vez mayor: como se ve el auge ultra derechista en Finlandia, Alemania e incluso el ya existente en el poder en Polonia e Italia entre otros países. Pero cuidado, ni España, ni Europa, pueden estar tranquilas.

La ciudadanía no ha querido dar la llave de gobierno a un partido como Vox , que saca a relucir y da valor a lo peor del ser humano y quiere que ese argumento sea el camino a seguir para una España grande, libre y única: total, fascismo duro y puro

Esto no ha acabado. Va a ser difícil poder conseguir que el gobierno que salga continúe con las reformas sociales porque la presión va a ser muy alta. De ahí que Europa también tenga que ayudar a fomentar el dialogo y luchar, junto a España, para dar a la ciudadanía lo que ha pedido en nombre de la democracia europea que es volver a la senda de lo que se estaba haciendo y mejorándolo. Así se podrá comenzar a aislar a todos aquellos partidos y dirigentes políticos que no quieren ser democráticos, ni quieren mejoras sociales, ni creen en los derechos de la mujer, ni en los derechos LGTBI, en la cultura, educación y sanidad pública. Lo que no quieren es que los que más tienen paguen más, o que la sociedad sea más igualitaria. El camino va a ser largo y peligroso, incluso ya suenan ecos de tamayazos a los que la derecha está tan acostumbrada y demuestra que no tiene ningún respeto, ni a las urnas, ni a la decisiones democráticas. Ya se habla de indicar que el gobierno que surja, si no es el suyo, será un gobierno con tintes “ fascistas”, un gobierno antidemocrático. El camino va ser muy duro, puesto que los medios que apoyaban el fin de la democracia y continuar y aumentar sus privilegios no se van a quedar quietos. Por eso, desde las instituciones europeas deben estar atentos para que no se cometan irregularidades, pues las elecciones generales en España y sus resultados no han ido de vencedores y perdedores. La ciudadanía, con su voto, ha hablado de libertades y democracia, y ha ganado. Pero esta posible “victoria” por no haber sucumbido al retroceso y a la entrada de la ultraderecha fascista no puede quedarse ahí. Hay que seguir vigilando, hay que evitar que no se compren voluntades, hay que seguir desmontando las mentiras y humillaciones. Y hay que seguir luchando por la verdad con humildad y respeto a todos y todas y sobre todo hay que seguir uniendo a la izquierda a toda aquella ciudadanía que ha votado pese a no ser de izquierdas por no querer volver a épocas pasadas.

El peligro de que esa derecha retrógrada vuelva es la convocatoria de unas nuevas elecciones. Va a haber muchas piedras e impedimentos para que lo que ha votado la ciudadanía, de manera alta y clara, llegue a buen término. Europa nos mira y nos “exige” en cierta manera que no se nos nuble la cabeza y nuestros argumentos vayan en el camino del diálogo y la unión. Solo así lograremos el objetivo que la ciudadanía ha votado y que la derecha y la ultraderecha reciban, de manera muy clara, que la gran mayoría de los españoles y españolas, seamos de la comunidad que seamos, queremos libertad, igualdad, plurinacionalidad, plurilingüismo y sobre todo, queremos diálogo y no más odio ni crispación. Y sobre todo no queremos patrioteros antidemocráticos que no respetan la democracia y nuestra Constitución, aunque se sirvan de ella. Y con ello demostraremos el camino que debe seguir Europa para parar el auge de la ultraderecha fascista. Tanto en España como en Europa debemos seguir luchando, vigilando que las mentiras, trampas y aquellos y aquellas que querían volver al siglo XX, no triunfen. Somos un ejemplo, en estos momentos, pese a lo que diga la derecha retrógrada española, para Europa, en lo que se refiere a economía. Seámoslo también a nivel político y demostremos que aquí sí hemos sido capaces de parar al fascismo y sus ideas del medioevo.

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Ximo Estal es socio de infoLibre.

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