Los poderes del Estado tienen sus sedes generales en Madrid y, sin duda, además de la influencia en la vida política de la ciudad, hacen de ella una plaza electoralmente simbólica y relevante. Pero por mucho que los quieran identificar con Madrid, esos poderes del Estado no son Madrid. Como todas las comunidades autónomas, Madrid tiene su propio Gobierno y su propio Parlamento —la Asamblea—. El Gobierno de Madrid es el autonómico, no el del Estado.
Esto es sabido, pero quizá convenga recordarlo porque las elecciones del próximo día 26 no son generales, sino autonómicas —y además, municipales y europeas— y sería un error creer que los resultados del 28A se repetirán sin más en estas elecciones: que el PSOE las tiene ganadas de antemano, que las tres derechas no puedan repetir en Madrid la fórmula andaluza —más aún con el concurso de candidaturas de izquierda divididas.
Del Gobierno y la Asamblea de Madrid dependen, entre otros asuntos, la sanidad, la educación, las políticas del suelo y de vivienda, el tratamiento de la dependencia y de la violencia de género, parte sustancial de los transportes, una parte no menor de los impuestos, etc. Asuntos, todos ellos, que afectan directamente a la vida cotidiana y el bienestar de los ciudadanos.
Desde 1995 el PP ha gobernado en Madrid ininterrumpidamente: en dos legislaturas, de 1995 a 2003, presidido por Alberto Ruiz Gallardón; en tres —tras el escándalo nunca resuelto del tamayazo— por Esperanza Aguirre, de 2003 a 2012; una por Ignacio González, de 2012 a 2015, que en 2017 ingresó en prisión por su implicación en el caso Lezo; y una por Cristina Cifuentes con el apoyo activo de Ciudadanos, de 2015 a 2018, hasta que tuvo que dimitir por los escándalos —el del dudoso máster y el del vídeo de las cremas distraídas—. La relevó Ángel Garrido en 2018, que igualmente dimitió para presentarse a las elecciones europeas por el PP para, poco después, fugarse a Cs para presentarse a las autonómicas. A él le relevó Pedro Rollán en abril de 2019 —y todavía sigue en funciones—. Veinticuatro años seguidos gobernando el PP. Al menos 16 envuelto en asuntos más que turbios. Los últimos cuatro años, sostenido por los 17 diputados de Cs liderados por el actual candidato, Ignacio Aguado.
Que Vox, hijo putativo del PP aznarista, pueda condicionar activa o pasivamente a un gobierno de PP y Cs —o de Cs y PP, que tanto da—, radicalizando aún más las políticas neoliberales y ultraconservadoras que han aplicado durante todos estos años en Madrid, es un escenario que podemos evitar los madrileños mandando con nuestros votos a la oposición a las tres derechas. _________________
Jesús Pichel Martín es socio de infoLibre
Los poderes del Estado tienen sus sedes generales en Madrid y, sin duda, además de la influencia en la vida política de la ciudad, hacen de ella una plaza electoralmente simbólica y relevante. Pero por mucho que los quieran identificar con Madrid, esos poderes del Estado no son Madrid. Como todas las comunidades autónomas, Madrid tiene su propio Gobierno y su propio Parlamento —la Asamblea—. El Gobierno de Madrid es el autonómico, no el del Estado.