LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
La “contienda atronadora” es más ruido que parálisis: cinco acuerdos entre PSOE y PP en la España de 2024

Librepensadores

Irresponsabilidad y falta de solidaridad social, política e informativa

Librepensadores nueva.

Ximo Estal Lizondo

Por desgracia esta horrible pandemia ha puesto a prueba y continúa sacando lo peor y mejor del ser humano, de la política y también de los medios de información. Es triste observar cómo mientras son muchos los que mantienen la distancia, cumplen a rajatabla e incluso más de lo que proponen los sanitarios para evitar el aumento de los contagios, el colapso de las UCIS y de los hospitales, hay cierta ciudadanía irresponsable que se oculta en un insensato negacionismo e irracional argumentación de salvaguardar su kafkiana egocéntrica libertad y se empeña , una y otra vez, en saltarse las normas, en utilizar la picaresca legal e incluso, rallando el delito, poner en peligro, no solo sus propias vidas sino las que les rodean , cercanas o no a su entorno.

En resumen, son unos irresponsables sociales, irracionales, insensatos y egocéntricos que solo buscan, con su falsa libertad, dañar y acabar con la que el resto de la ciudadanía tiene derecho. Utilizan el negacionismo como el arma para acabar con la democracia y sus valores, son insolidarios, pues solo piensan en su bien sin pensar que esto pone en peligro la de los demás. Y lo peor es que este acto, por desgracia, se apoya mucho en una irresponsabilidad y falta de solidaridad política, que es la que pone las leyes y las normas, y la de algunos medios informativos que ponen voz e incluso justifican y magnifican algunas de las acciones irresponsables e insolidarias de esa ciudadanía que falta el respeto y que humilla con sus actos al resto que sí piensa en los demás. Fue de una gran irresponsabilidad política e incluso informativa de algunos medios, justificando el hecho, el poner como prioritario el “salvar la navidad” frente a salvar vidas. Es decir, poner como prioritario la economía frente a la vida, es insolidario e insensato, puesto que una vida humana vale más que los de siempre aumenten su patrimonio.

¿Cómo se justifica, que durante una crisis, como es esta pandemia, aumente la riqueza de los que más tienen y aumente la pobreza y la exclusión social de los que menos tienen?, la única justificación es la insolidaridad que no tiene ninguna argumentación racional y que produce acciones insolidarias de los de siempre para continuar manteniendo sus privilegios y el “poder” que no tendrían si se sometiesen a los plebiscitos populares , por mucho que utilizaran medios que rallaran el delito, para conseguir sus propósitos y que de una manera , tan sutil, tan antidemocrática e incluso con una falta de respeto que humilla a la ciudadanía más solidaria, y con falta de recursos están consiguiendo.

La irracional e insolidaria campaña económica de “salvar la navidad” ha costado vidas, más exclusión, aumento de la diferencia social, de las privatizaciones, y por desgracia disminución de los recursos públicos y de los que menos tienen. Es triste observar como la insolidaridad de la ciudadanía que goza de un bienestar social se escuda en argumentaciones falaces para justificar medidas insensatas que recortan derechos, libertades en la clase social que menos tiene y goza de menos recursos sociales e incluso se apoya en argumentaciones de algunos políticos, que faltando el respeto y con decisiones falaces e interesadas apoyan a entidades y monopolios que solo buscan mantener los privilegios de los que más tienen. Es como devolver “favores” a los que les permiten mantenerse en el poder, pese a que eso signifique “humillar” y denigrar a aquellos que confiaron en ellos y les votaron.

¿Quién manda el político o el poder económico? Algunas acciones políticas se vuelven insolidarias y ponen en peligro, e incluso con ayuda mediática de algunos medios no libres, informativos, el bienestar de los que más necesitan e incluso los ponen en peligro para “someterlos” de alguna manera. ¿Es necesario justificar e incluso quitar la luz y con ello el poder calentarse a miles de personas, niños entre ellas, en un periodo de gran nevada y bajas temperaturas, solo con la justificación de que puede haber una producción de droga en un barrio, cuando el objetivo real es el gasto o posible pérdida de una cierta élite económica de un monopolio hidroeléctrico? Y si eso fuera poco, ahora cuando llega la vacuna, la posible salvación, para millones de personas, la insolidaridad social, política, e incluso informativa, vuelve a aparecer con más fuerza y de una forma irresponsable.

Por un lado, vemos, como aparecen unos seres humanos que, apoyándose en un poder político, eclesiástico, militar e incluso económico, se saltan el turno de vacunación e imponen su “poder” que no tienen o si lo tienen, su acción les descalifica, para “salvar su vida” que ellos creen que deben priorizar frente a los que realmente por necesidad médica, edad, o sanitariamente son prioritarios. ¿Realmente el poder político, eclesiástico, militar o económico, le da la prioridad para ser los primeros en recibir la vacunación? La solidaridad y la racionalidad les indica que el hecho de que su egocentrismo les dé prioridad es insolidario, irracional e incluso ralla el delito que debe ser castigado, por ello el que algunas decisiones políticas y apoyos informativos , de algunos medios, a que no se ha hecho mal y justifican esa acción , demuestran que la picaresca, la irracionalidad , la insolidaridad es producto que todavía , para alguna parte de la sociedad, nos encontramos en la edad media y no en el siglo XXI. Y si fuera poco la insolidaridad e irracionalidad la que está primando en esta pandemia, observamos, como aquellas entidades que su objetivo solidario, racional debería ser luchar por salvar vidas, lo que hacen es poner trabas y luchan por sus intereses, que no son otros que aumentar su riqueza y patrimonio a costa de la salud y del bienestar sanitario.

Estoy hablando del monopolio farmacéutico y de sus empresas, que no dudan en paralizar la producción, en el momento más preocupante de aumento de contagios y mortalidad, para poder aumentar el precio de las vacunas y dar prioridad a aquellos que más pagan, pese a que, nieguen lo que nieguen, las investigaciones, antes de la producción, fueron pagadas, en su gran mayoría con recursos públicos. Se vuelve a lo de siempre, recursos públicos para salvar lo privado y cuando lo privado debe devolver esos recursos, los encarece e incluso lo vende al mejor postor para ganar más. Dinero público para engordar lo privado. De esta forma de actuar saben mucho los países pobres que tienen muchos recursos naturales que, por desgracia, al no tener medios, son explotados por multinacionales que los utilizan, los reforman y una vez transformados los devuelven a esos países a unos precios que no pueden ser pagados. ¿Cuántas personas del tercer mundo van a poder ser vacunadas?

Las multinacionales farmacéuticas, actúan de una manera insolidaria y creo irracional e insensata, puesto que dan prioridad a sus intereses económicos frente a lo que racionalmente y solidario debería ser: salvar vidas humanas. Pero como he dicho, anteriormente, por desgracia se prioriza la economía a la vida. ¿Problema del capitalismo? Es posible, aunque, creo, que es un problema de solidaridad y de racionalidad, y no solo a nivel social, sino también político que no sabe y a veces no quiere poner los medios y de algunos medios informativos que justifican con argumentaciones insolidarias e irracionales , lo que debería ser racional y sensato y es que una vez conocido, y, más, cuando se ha hecho con una gran aportación económica publica, la fórmula , pudiera ser comercializada de una manera fácil por todos los países y poder ser dada, si es necesario, gratuitamente , a aquellos países que no tienen recursos económicos para poder comprarlos. Eso es racional y solidario, lo contrario es insolidario e irracional, lo defienda o argumente la política, los medios informativos o la sociedad mercantilista de un sistema que debería plantearse si lo importante es la economía o la vida. Pues sin vida no hay economía, como se ha demostrado a lo largo de la historia.

Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre

Más sobre este tema
stats