Policía como si fuese una guardia pretoriana

La función de la policía en un régimen democrático es, y así debe ser, proteger y servir a los ciudadanos del país. Y digo debe ser porque en estos momentos la utilización que hace de la policía el Gobierno, que también tiene la obligación de servir a los ciudadanos, empieza a ser peligrosamente sectaria y contraria a las funciones que tiene encomendadas.

Se podría decir que los responsables políticos del Ministerio del Interior, con su ministro a la cabeza, están muy interesados en que la protesta social que se está produciendo en toda España se vea reducida a través de medidas tendentes a que los ciudadanos se piensen dos veces el salir a la calle a protestar contra todo lo que no consideran justo y, en consecuencia, está prodigando declaraciones, ayudado por otros responsables políticos del PP, en las que se criminaliza a los manifestantes descalificándoles o preveendo que en determinadas manifestaciones va a haber incidentes, con el objetivo no disimulado de conseguir que las protestas sean menos importantes en la calle.

Otra forma de meter el miedo en el cuerpo a los ciudadanos y que no tomen las calles, es precisamente pregonar que va a haber incidentes y viendo como se están comportando últimamente los miembros, sobre todo de las UIP, los ciudadanos se ven coaccionados en su derecho a manifestarse. De la misma manera se están utilizando las sanciones administrativas sin ningún tipo de reparo por parte de las Delegaciones del Gobierno con el fin de amedrentarnos y eso en un país con los problemas económicos que tienen sus ciudadanos es una forma de coacción sumamente rentable para ellos.

Pero si algo me preocupa en gran medida es el uso y abuso que se hace de la fuerza represora por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la utilización que hacen los responsables políticos de ellas como si fueran su guardia pretoriana.

Se han traspasado todos los límites que se podían traspasar y no se han visto actuaciones de los antidisturbios como las que se han visto en los úlitmos tiempos desde la llegada de la democracía a este país. Ha habido cargas indiscriminadas contra ciudadanos que ni siquiera estaban en las manifestaciones, uso abusivo de la violencia como sólo se recordaban cuando la policía vestía de gris, medidas restrictivas sobre el uso del derecho de manifestación, golpes a periodistas por el simple hecho de realizar su trabajo y ejercer el derecho de información, provocaciones a ciudadanos con el objeto de justificar sus acciones represoras, etc.

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Y algo verdaderamente grave es que parece que los sindicatos policiales sólo protestan cuando son ellos los apaleados y todo porque a alguien le interesó que les "partieran la cara" dejándoles a merced de unos exaltados que dicen saber quienes son pero que no hicieron nada ni por detenerlos ni por controlarlos. Por algo sería. En cambio cuando algunos de sus miembros se extralimitan en sus funciones no les veo salir con la misma rapidez a protestar y lo que es también lamentable, el hecho de que no se produzcan ni investigaciones ni sanciones a ningún policía que abuse de su poder por más que haya cientos de imágenes y testimonios que así lo atestiguen.

Sinceramente creo que la policía se está dejando manejar por un Gobierno represor en muchos casos y se están haciendo un flaco favor a sí mismos con su actitud y echando por tierra la buena imagen que tenían entre sus conciudadanos. Simplemente recordarles que acogerse a la "obediencia debida" es un recurso indecente para no ponerse en su sitio y dejar claro a los dirigentes políticos que la policía está para servir al pueblo no para atemorizarlo o reprimirlo y que los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado son parte de él.

José Mera López es socio de infoLibre