El prenda de Donald Trump, que en breve será por segunda vez presidente de los EEUU por la gracia de Dios y de 73 millones de votos de americanos descontentos, de rentas bajas, sin estudios superiores, blancos latinos y negros, que han comprado el discurso demagogo de un tipo peligroso sin conocer lo que se cuece entre bastidores, que es mucho. Al Trump se la suda la ciudadanía, va a lo que va, que no es más que hacer cash con sus socios, los que han financiado su victoria repleta de mentiras e hiperbólica. Cuatro años dando la chapa con que Estados Unidos se iba al infierno. Repintando un panorama apocalíptico de un país en destrucción. Se la suda. Sus colegas Elon Musk, Dana White o Bryson DeChambeau darán buena cuenta de las viandas y el Macallan. Él solo bebe Fanta.
Algo que va a definir el nuevo mandato de Trump es el proyecto 2025, en el que se rechaza la idea del aborto como atención sanitaria y se defienden cuestiones como la libertad de actuación de los cuerpos policiales a su libre albedrio o el negacionismo climático
Al tajo.
Si hay algo que va a definir el nuevo mandato de Trump es el proyecto 2025, cuyo autor –La Heritage Foundation presidida por Kevin Roberts– es lo más granado de la extrema derecha americana que defiende a cara de perro, en un volumen de 900 páginas, cuestiones sociales como que la mujer dependa del hombre en cuestiones administrativas como la firma de un cheque. Rechazar la idea del aborto como atención sanitaria. Libertad de actuación de los cuerpos policiales a su libre albedrio. Negacionismo climático y agujerear todos los EEUU en busca de gas y petróleo. Disolver los departamentos de comercio y educación. Deportaciones masivas indiscriminadas. Recortes en el sistema sanitario. Y así 900 páginas de tropelías que se pueden encontrar alguna de ellas en la plataforma política de la campaña de Trump llamada Agenda47.
El que solo bebe Fanta se ha desvinculado en numerosas ocasiones de La Heritage Foundation durante la campaña, probablemente aconsejado por su gabinete. Lo innegable es que, con Heritage o sin ella, a Europa le va a tocar bailar con un criminal –de este modo lo definía Guillermo Fesser en El Intermedio– capaz de liarla parda, muy parda.
Que Dios reparta suerte.
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Pako Martí es socio de infoLibre.
El prenda de Donald Trump, que en breve será por segunda vez presidente de los EEUU por la gracia de Dios y de 73 millones de votos de americanos descontentos, de rentas bajas, sin estudios superiores, blancos latinos y negros, que han comprado el discurso demagogo de un tipo peligroso sin conocer lo que se cuece entre bastidores, que es mucho. Al Trump se la suda la ciudadanía, va a lo que va, que no es más que hacer cash con sus socios, los que han financiado su victoria repleta de mentiras e hiperbólica. Cuatro años dando la chapa con que Estados Unidos se iba al infierno. Repintando un panorama apocalíptico de un país en destrucción. Se la suda. Sus colegas Elon Musk, Dana White o Bryson DeChambeau darán buena cuenta de las viandas y el Macallan. Él solo bebe Fanta.