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Los ‘ciberconsejos’ del Banco Santander para llevar una vida digital segura
Relojes, televisiones, neveras, teléfonos, tablets, ordenadores... Los dispositivos electrónicos han llegado a nuestras vidas. Pero es importante conocer si nuestra relación con la red es segura para poder disfrutar al máximo y, al mismo tiempo, evitar ser vulnerables a los ataques de los ciberdelincuentes.
La tecnología se extiende también a las relaciones personales y la operativa con los bancos, los comercios o la admistración, lo que hace que cada día estemos expuestos a hackers, crackers y otros tipos de ladrones online. Según el último estudio e-commerce 2021, elaborado por IAB en España, cerca de 26 millones de personas (más del 70% de los internautas) son consumidores online que, además, realizan varias compras al mes.
La pandemia ha disparado el volumen de compras online y paralelamente, también los ataques informáticos. El pasado año, el 94% de las empresas españolas sufrió al menos un incidente grave de ciberseguridad, un 26% más que en 2020, apunta el informe El estado actual de la ciberseguridad en España. Pospandemia: un camino inexplorado, elaborado por Deloitte.
Banco Santander ha creado una hoja de ruta con varios ciber consejos para que la tecnología sea una herramienta útil y segura para todos sus clientes, y no un problema. El primer consejo hace referencia a las compras online. La entidad recomienda que antes de hacer cualquier adquisición a través de internet hay que proteger la información y el equipo del que disponemos. Si se recibe una oferta a través de un SMS, e-mail, llamada o mensaje debemos estar seguros de que la oferta es legítima antes de hacer click en ella. Es necesario comprobar que la URL de la página empieza por https y no http si se necesitase un registro en la dirección.
La entidad también resalta la importancia de ser discreto online y en público, y estar atento a lo que se comparte y con quién se comparte. La discreción online es una garantía de seguridad. Las redes sociales son un escaparate en el que se comparte información clave a la que los hackers pueden acceder. Es fundamental no revelar datos como el cumpleaños, la edad, el domicilio, etc. Esta información se puede utilizar para verificar la identidad del usuario.
Otra cautela que hay que tener, según el banco cántabro, es pensar con detenimiento antes de hacer click o responder a algo. Algunas cosas no son lo que parecen. Si se recibe un e-mail inesperado, hay algún aspecto extraño que llama la atención del remitente, piden datos o la descarga de un archivo, es conveniente verificarlo con la compañía remitente, o si no, reportar el incidente inmediatamente.
Banco Santander indica que para estar protegido en internet hay que cuidar las contraseñas. Tienen que ser seguras. Es fundamental evitar contraseñas con datos. Asimismo, hay que evitar contraseñas cortas de menos de ocho caracteres y, por supuesto, no usar la misma contraseña para todo. Las más seguras pasan por tener una frase o combinación de tres o más palabras (son las conocidas como passphrase), con un mínimo de doce caracteres y utilizar una distinta para cada cuenta o perfil. Es importante no reutilizar contraseñas en varios de nuestros dispositivos inteligentes (cada uno debe tener su propia clave).
También aconseja habilitar siempre que sea posible el Múltiple Factor de Autenticación (capa extra de seguridad que se utiliza para comprobar que quien quiera acceder a una cuenta o dispositivo realmente sea quien dice ser) y verificar que nuestro dispositivo tenga instalada la última versión de software actualizada. Cada versión que está al día contiene actualizaciones en el software de seguridad que nos mantendrá más protegidos. Por último, el Santander indica que lo más aconsejable si se tienen dos redes Wi-fi en casa es conectar los aparatos a la red destinada a visitas y dispositivos y no a la red personal. Esta medida es como poner una cortina que no permite ver o acceder a lo que hay detrás.
Junto a estos consejos, la entidad que preside Ana Botín sigue desarrollando cada día herramientas para proteger e informar a sus clientes de los posibles peligros de la red con operaciones comerciales y compras online. El grupo ha creado una guía o serie de normas que los clientes deberían seguir para operar con tranquilidad y no llevarse ningún disgusto.
El Número de Identificación Fiscal (NIF) es el identificador de acceso para usar los canales a distancia del Santander. Pero luego hay varios niveles de seguridad. El primero es la firma electrónica, necesaria para firmar operaciones y contratar productos. El banco advierte que jamás pedirá la firma electrónica completa, solo posiciones aleatorias para la identificación. El segundo control de seguridad es la contraseña de un solo uso, One Time Password (OTP), con el que la entidad garantiza la seguridad de algunas operaciones sensibles. La OTP llegará al teléfono móvil del cliente a través de un mensaje y será una clave única para que el banco sepa que es él y no otra persona la que está haciendo la operación.
Además, los clientes pueden consultar de forma periódica a través de la banca online del Santander los extractos y justificantes. De este modo, es más fácil detectar cualquier movimiento sospechoso o no realizado. La entidad utiliza herramientas como la monitorización del fraude, que implica que puede contactar con el usuario en caso de que quiera confirmar la autenticidad de una operación por si se trata de una suplantación. Otro cortafuegos para los ciberdelincuentes son los test periódicos sobre los sistemas del banco, un método para proteger la confidencialidad de los datos, y las comunicaciones cifradas. Esto significa que, en caso de que alguien consiguiera interceptar una comunicación, no tendría acceso a ella. Por esta razón, tanto en banca online como en algunas zonas de la web hay formularios de datos encriptados.