"No hay mejor remedio para el temor que una humorada", argumenta el periodista Pedro Vallín en el prólogo del libro Cómo acabar sigilosamente con la humanidad, del Coronavirus de Twitter, que llega este miércoles 24 de febrero a las librerías (Editorial Arpa), y que resume a la perfección las causas detrás del éxito de @CoronaVid19. Buscado o no, la publicación de esta obra coincide casi con el primer aniversario del perfil humorístico en esta red social. Hace un año, inició, con un casi profético "voy a contagiar hasta al perro", una aventura que hoy se traduce en casi 2.000 tuits y más de 925.000 seguidores. Con estas cifras supera ya a otras cuentas parodia ya míticas en el universo tuitero como @diostuitero (con más de 572.000 seguidores) y se sitúa cerca de los número de @norcoreano (que tiene un millón de followers).
El Coronavirus de Twitter es y era, sobre todo durante los días más duros del confinamiento de primavera, el enemigo. Pero uno que hace, desde el altavoz de las redes sociales, humor, sátira y crítica política a costa de la actualidad sobre la pandemia. Y así, funcionó casi como antídoto y ayudó a mitigar el miedo colectivo ante un evento casi inédito por aquel entonces. Doce meses después, @CoronaVid19 sigue tan activo en esta plataforma como el propio virus en la vida real.
Sin embargo, entre estados de alarma, toques de queda y la carrera por la vacuna, primero de la ciencia y después por ver quién la consigue primero, el Coronavirus de Twitter ha sacado tiempo para dar el salto y conseguir entrar en las casas en forma de libro. Y lo hace sin perder el tono al que tiene acostumbrado a su público y repasando, desde el punto de vista del propio virus, la historia de otras pandemias: desde la peste negra y la gripe española, pasando por la malaria, el sarampión, el sida, la viruela, el ébola, y hasta, como no, el propio coronavirus. Lo hace basándose en la ciencia pero también en las conductas humanas a la hora de afrontar todas ellas. Porque, tal y como explica en el propio libro, "la estupidez humana tiene un amplio poder de destrucción (habría que decir de autodestrucción). Creo humildemente que ella es la reina de las epidemias y que la OMS no será capaz de dictar ni una sola recomendación para combatirla".
Su salto de las redes sociales a las librerías da la oportunidad de ponerle casi cara al Coronavirus de Twitter, hasta ahora escondido detrás de un avatar de covid-19. Mario de Diego es su nombre, según explican desde la propia editorial. Aunque él lo aclara en la entrevista telefónica con infoLibre: "Mario de Diego es un avatar humano que he tenido que elegir para poder publicar este libro. Al final, yo he hecho al revés. Cuando un ser humano se abre una cuenta de Twitter elige un avatar, elige un personaje y lo crea, pues yo lo he hecho con Mario de Diego". Como deja claro a lo largo de la conversación, él es el virus y habla como el virus.
PREGUNTA: ¿Cómo surge la idea de abrir una cuenta de Twitter a un virus, a ese virus que venía de China y que, por aquel entonces, era una especie de gripe?
RESPUESTA: Sí, sólo iba a haber uno o dos casos diagnosticados en España, como mucho. La idea surge cuando estoy empezando a afectar a Europa. Ya hay algunos casos diagnosticados en Italia y asoman los primeros casos sospechosos en La Gomera. Ahí dije: soy un virus nacido en la actualidad, he nacido siempre conectado, los que nacemos ahora somos la generación Alfa y siempre estamos conectados. Hasta ahora no había un virus con redes sociales y que vaya emitiendo sus mensajes. Y pensé que, si hasta ahora no ha habido ningún virus que las haya tenido y estoy llegando para organizar una gira mundial, pues por qué no emitir mis mensajes en redes sociales.
P: Cuando empezó la cuenta @CoronaVid19, en España se estaban empezar a detectar los primeros casos, ¿se ha modificado de alguna forma el contenido o el tono de las publicaciones según iban aumentando los casos, los muertos, el confinamiento…?
R: Creo que la distancia que teníais los humanos al inicio de la pandemia hizo que quizás los mensajes se centraran muchísimo más, o completamente, en la conducta humana. Al virus, de verdad, el dolor no le interesa. Hurgar en el dolor no le parece ni siquiera digno de ser comentado y se centra en la conducta humana, en las cosas que hacen los seres humanos en relación a él. Creo que sí que es posible que en algún momento se haya cambiado un poco el tono porque no le interesaba hurgar en el dolor
P: Y un año después, ¿se esperaba este éxito? Porque casi ha conseguido un millón de seguidores en Twitter.
R: Absolutamente, no. El ser humano es impredecible en todo y las redes sociales también son impredecibles. Esto nadie lo puede calibrar y no sabemos lo que puede pasar. Y evidentemente no esperaba ese seguimiento en la retransmisión de mi realidad. Para nada.
P: ¿Cuáles cree que son las claves de este éxito?
R: Creo que seguir la actualidad es una de ellas. Y hacerlo de una manera un poco fiel. Al final, lo que estoy haciendo es daros mi versión de los hechos, la versión del virus. No lo estoy tergiversando, cuento mi proceso, mi opinión, mi versión… Pero vosotros podéis contrastar la vuestra con la mía. En el fondo, lo que estoy haciendo es explicaros las cosas a mi manera. Creo que el seguir la actualidad de un evento que os ha cambiado tanto la vida es una de las claves, pero también dando mensajes que podrían ayudaros a superarme. E igual esta es una de las cosas que quizás no estoy haciendo bien.
P: El libro, como la cuenta de Twitter, mezcla el humor con la sátira y crítica política, pero también con datos e información, ¿cómo encontró ese equilibrio entre los diferentes estilos?
R: Lo que lo que he hecho como virus es seguir explicando la historia. La línea editorial del libro es exactamente la misma que en Twitter. Siendo muy purista, los virus no sabemos lo que es el humor, porque el humor es genuinamente humano. Los virus no tenemos humor. Yo lo que he hecho, en realidad, es explicar mi historia desde mi punto de vista, centrándome sobre todo en la conducta humana. Y el libro es una continuidad de eso.
Lo que pasa es que evidentemente no hablo sólo de mí, sino que hablo de otras amigas mías, otras compañeras de proyecto o de viaje, que son otras pandemias, que también han sido importantes para vosotros, los seres humanos. Entonces, lo narro a mi manera, con el mismo estilo. Si la cuenta de Twitter hace crítica social y política, pues el libro continúa haciéndola. Las líneas son exactamente las mismas. Y para no entrar en discrepancias, que no vendrían bien, lo que he hecho ha sido mantener y respetar los datos que la ciencia ha dado sobre las pandemias. Y en eso sí que es verdad que ha sido muy estricto, contrastando muy bien esos datos.
P: El humor es uno de los ingredientes del éxito de la cuenta de Twitter y también es base del libro, ¿cree que se puede, que se debe, hacer humor con un drama como esta pandemia?
"Para que sirva de ejemplo, aunque quizás es un poco ambicioso: Gila hacía humor de la guerra, pero no se reía de la guerra"
R: Claro, el humor es genuinamente humano y los límites del humor también son humanos. Y en este caso, yo creo que vosotros podéis poner los límites al humor en función de vuestra aceptación o rechazo a lo que se está explicando. Dicho esto, y sin que sirva de justificación porque no lo es, el virus lo que hace es hablar de la conducta humana, no está hablando de la desgracia. Es verdad que adopta un personaje que para vosotros es muy malo, que está haciendo mucho daño. Pero no se fija en la aflicción humana. Él se está fijando en que a todos os da por comprar papel higiénico antes de que os encierren en casa, él se está fijando en que a todos os da por hacer pan y comprar y agotar la levadura en el supermercado, él se está fijando en que primero se vacunan los alcaldes, los obispos, los consejeros. Él se está fijando en todo eso porque en realidad le beneficia, le viene muy bien, sobre todo estas últimas cosas. Pero no se está fijando en el dolor, en la aflicción.
Para que sirva de ejemplo, aunque quizás igual es un poco ambiciosa la comparación: Gila hacía humor de la guerra, pero no se reía de la guerra. Él decía: “Oye, que me habéis mandado otros tres cañones sin agujero. Hombre, no podemos ir a la guerra, al combate, a las cinco de la mañana que es muy pronto y a esa hora estamos durmiendo". En mi caso, hay seres humanos que se lo han tomado con humor y hay seres humanos que no.
P: ¿Se ha encontrado con mensajes por este motivo, por hacer este tipo de humor?
R: Hay gente que no le han gustado los mensajes que ponía en Twitter. Pero es que en Twitter dices “buenos días, feliz lunes", y hay alguien al que le molesta. Con lo cual, el problema de esto es que hoy en día es muy difícil saber hasta qué punto. Es muy difícil que alguien no se ofenda en Twitter por cualquier cosa. Con lo cual, evidentemente, cualquier persona que tenga un mínimo de seguidores recibe algún mensaje de algo o de alguien que no le gusta lo que ha dicho. Pues imagínate yo, que soy un virus. Hay gente incluso que creo que se ha podido desahogar conmigo. Creo que en ese sentido aunque os haya hecho daño, esta función os la he dado porque me habéis podido insultar y desahogaros, y hasta ahora era muy difícil insultar a un virus.
P: ¿Le ha escrito mucha gente molesta por alguna de las publicaciones?
R: Sí, hay gente a la que le molestaba que escribiera ciertos tuits. Me da la sensación que muchas veces tenía que ver con cuestiones más ideológicas. Me da la sensación de que hay un perfil ideológico muy extremo que es el que principalmente le está molestando lo que yo escribo. Tengo esa sensación, pero no puedo decir que sea algo científico.
Por contra, había mucha gente que me escribía y me decía: “oye, pues yo me estoy enterando de todo lo que ocurre desde tu punto de vista, desde tu visión, la visión del virus. Sigue escribiendo tú, porque a mí los medios de comunicación están escribiendo muchas cosas, están generando mucho contenido en relación a tu pandemia, pero tu visión me está gustando".
Una de las ilustraciones del libro 'Cómo acabar sigilosamente con la humanidad' del 'coronavirus' de Twitter.
P: Sobre ese perfil ideológico muy extremo al que no le gustan sus publicaciones, ¿cree que el humor que hace es transversal o que solo llega a un tipo de perfil?
R: Los virus, en teoría, no tenemos ideología como la monarquía, el poder judicial o un montón de instituciones que son absolutamente neutras [se ríe]. Los virus también somos neutros. Pero lo que sí que he visto es que la sociedad humana está muy polarizada y os cuesta mucho reíros de vuestros propios líderes políticos, incluso aquellos que habéis votado vosotros mismos. Es como que se ha firmado un contrato indefinido con vuestros ideales o con el partido político que habéis votado y hay que defenderlos a capa y espada. En ese sentido, creo que hay seres humanos un poco hooligans. Son como los seguidores ultras de un equipo de fútbol. Siempre están ahí, aunque su equipo juegue bien o mal. Considero que en la política eso nos no conviene, porque igual, si el político al que has votado no lo ha hecho bien, pues no pasa nada, dentro de cuatro años puedes votar a otro.
Creo que la sociedad está bastante polarizada con el tema de las ideas. Cuando criticaba, que en realidad no criticaba contaba algo que había hecho un político concreto, porque era noticia, a veces los seguidores de ese político pues no le sentaba bien mi comentario. Probablemente eran los tuits que más respuestas negativas recibían.
"Creo que hay humanos un poco hooligans. Y en la política eso nos no conviene"
P: ¿Y de qué lado recibía más críticas: de la derecha o de la izquierda?
R: [Se ríe] Hay gente que me ha acusado de que soy un virus comunista porque nací en China. Entonces, la derecha me ha atizado más porque dicen que he nacido en una dictadura comunista y soy un virus comunista. Tiene toda la lógica del mundo.
P: Ante este tipo de comentarios, ¿se autocensura en Twitter?
R: El coronavirus de Twitter lo que no quiere es hurgar en el dolor porque no sabe lo que es y no le interesa. El virus no sabe lo que es el dolor, la aflicción es algo humano. Pero es que tampoco le interesa, no le parece digno de ser comentado. Al virus lo que le interesa es hablar sobre la conducta humana, sobre lo que está pasando o lo que están haciendo los políticos: que se vacunen antes los consejeros, los obispos o los alcaldes; que a la gente le dé por hacer pan, o que a la gente le dé por aplaudir a las 8 de la tarde a los sanitarios pero que en la segunda ola salga a los bares…. Es un poco lo que hay y es lo que le interesa: la conducta humana, lo que pasaba en Congreso y las soluciones que buscan, o las no soluciones que buscan, los políticos a la pandemia. Se centra mucho en la conducta humana, no se centra en la aflicción o en el dolor, no le interesa.
P: Sobre límites del humor, ¿qué opina sobre que se juzge en los tribunales un tuit, un chiste, que se hace en redes sociales?
R: No sé si tengo mucha legitimidad como virus para opinar de algo así. Pero ya que soy un virus, puedo opinar libremente y no voy a tener ningún problema con la justicia porque soy virus… Contesto con una pregunta: ¿No es suficiente castigo ya que la gente apruebe o desapruebe ese chiste? Eso es lo que yo entendería como los límites del humor para el ser humano: ¿Acepto esto o no acepto esto?
El humor evoluciona a medida que creo que evolucionáis como sociedad. Es decir, ya no se oyen tantos chistes machistas porque la gente no los acepta y no porque nadie los esté llevando a los tribunales. A mí me parecen suficiente que guste o que no guste ese contenido. Si a nadie le gusta ese contenido, dejará de existir porque como a nadie le interesará, nadie lo reproducirá.
"El ser humano ha puesto de moda un poco el buenismo"
P: Sobre esta evolución de la sociedad, ¿se ha retrocedido o todo lo contrario, es mejor que se dejen de hacer chistes sobre determinados temas?
R: Creo que el ser humano ha puesto de moda un poco el buenismo. Lo que pasa es que ya no sabes hasta qué punto lo que defiendes es una causa honesta o no. Normalmente, las defensas suelen surgir como defensa de una causa, a priori, honesta, y lo suelen ser. Pero, a veces dudas de si eso es así o en realidad defienden alguna otra cosa. Es verdad, que las redes sociales amplifican todo este tipo de cosas. Para mí, como virus, los límites del humor, los ponéis vosotros, los seres humanos.
P: Además de humor, también usa mucho la ironía, ¿se puede ironizar en redes sociales?
R: No sé, creo que sí. Los seres humanos podéis tomaros las cosas con ironía. Es un poco como el humor, la ironía es genuinamente humana. En Twitter, y por lo que he podido ver en este año, hay muchos perfiles que ironizan sobre un montón de cosas.
P: ¿Pero esta ironía en redes sociales se entiende o piensa que hay veces que puede ser malinterpretada o incluso manipulado?
R: Puede haber gente que se haya incorporado a una cuenta más tarde y que no entienda el origen o que no pueda entender el contexto absoluto de la de la cuenta, y pueda en un momento dado desvirtuar o descontextualizar un contenido. Esto podría ser hasta lógico, es decir, si he empezado a seguir una cuenta y la he entendido con un sentido y después tiene otro… Creo que la gente que ha seguido la cuenta de @CoronaVid19 desde el principio entiende la ironía. Y en este caso creo que el personaje está muy claro, que es el coronavirus, soy el coronavirus, y la gente lo ha entendido.
P: Y de un habitual en redes a otro: el odio. ¿Nota la crispación que existe en las redes sociales?
R: Claro, cuando se tienen muchos retuits, también se amplifican los mensajes negativos. Esto ocurre en Twitter, pero no en otras redes sociales. Es un fenómeno también a estudiar: por qué ocurre en Twitter y no ocurre en otras redes sociales, qué pasa en Twitter que no ocurre en otras redes sociales. Y eso que Twitter está actualizando mucho sus normativas, está teniendo cuidado con algunos contenidos, cerró la cuenta de Trump… Sin embargo, los mensajes de odio no los termina de modular. No sé si porque no quiere o porque no puede.
P: También tiene una cuenta de Instagram, ¿es diferente la reacción en Instagram que en Twitter, cuando, muchas veces, el contenido es el mismo?
R: Absolutamente. Instagram, según qué palabras directamente elimina el comentario, porque tendrá un algoritmo que lo considera irrespetuoso. En Twitter, no. En Twitter, yo he visto amenazas de muerte, por ejemplo. Y no elimina esos comentarios.
P: @CoronaVid19 es una cuenta anónima, ¿le ha costado mantener este anonimato durante todo este tiempo?
R: Mucha gente preguntaba y mucha gente quería saber. He leído comentarios e incluso pronósticos e hipótesis de quién podría ser. Es muy gracioso ver al ser humano haciendo hipótesis y ver como de una pequeña hipótesis alguien lanza un rumor. Tampoco es que se hayan hecho muy virales.
P: ¿Y esas hipótesis se han acercado, aunque sea lo más mínimo?
R: La verdad es que no. Evidentemente las hipótesis siempre se lanzan sobre gente conocida. Y, en principio, no lo soy.
P: ¿Cuáles son los planes de futuro del coronavirus en Twitter? ¿Ya tiene fecha para dejar de contagiar a la gente?coronavirus
R: Aquí hay varios aspectos. Uno que es imposible predecir el futuro. Al final es que, aunque me cueste reconocerlo, él que se está muriendo sigilosamente soy yo. La ciencia avanza, la vacuna, aunque parece que en España no, avanza despacio. Y bueno… ¿mis planes? Si pudiera, me quedaría aquí. Digamos que, en diciembre de 2019 parece que me emancipe de casa de mis padres, los murciélagos y los pangolines, y no me gustaría tener que volver a vivir allí por culpa de la vacuna. Pero, siendo realista y honesto, tiene pinta de que puedo acabar así. También hay quien dice que puedo acabar siendo con una gripe…
"Los virus tenemos una característica y es que mutamos. Y en un mundo de redes sociales, también se puede mutar"
P: Bueno, como pronosticó inicialmente Fernando Simón…
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R: Al final, quizás, él podrá decir que acertó cuando dijo: “Oye, esto es como una gripe". Igual después de un año y medio, acabo siendo una gripe. Hay científicos que es lo que pronostican. Hay otros que dicen que acabaré erradicado, entiendo que entre la raza humana no entre los animales. Pero bueno, yo no me atrevo a hacer ningún pronóstico. Que los haga la ciencia, y así se equivocan ellos.
P: Y poniéndonos en el mejor de los casos, que se acabe el covid-19, ¿qué pasaría con la cuenta de Twitter?
R: Es impredecible lo que va pasar en un futuro. Los virus tenemos una característica y es que mutamos. Y en un mundo de redes sociales, también se puede mutar. Podría haber una mutación.