Todos los días nos pasa algo que podría ser de Berlanga: su cine ya es un manual para entender la actualidad
"Perteneciente o relativo a Luis García Berlanga, cineasta español, o a su obra". Así define la Real Academia Española (RAE) el término "berlanguiano", un adjetivo que forma parte de su diccionario desde 2020 y que todavía tiene otra acepción: "Que tiene rasgos característicos de la obra de Luis García Berlanga". En honor a la verdad, no es que sean dos definiciones muy concretas, pero de alguna manera son suficientes para que todos entendamos su significado a poco que estemos mínimamente familiarizados con la filmografía del cineasta valenciano.
Títulos como Bienvenido, Mr Marshall (1953), Novio a la vista (1954), Calabuch (1956), Plácido (1961), El verdugo (1963), La escopeta nacional (1978), La vaquilla (1985), Moros y cristianos (1987) o Todos a la cárcel (1993). Películas que son un retrato certero de la evolución de España durante la segunda mitad del siglo XX y que nos definen y nos explican como sociedad a través del humor absurdo, la sátira social o la comedia costumbrista. Esto es, en definitiva, la vida misma. La nuestra, la de entonces y la de ahora. Y por eso decir "berlanguiano" es suficiente para entendernos aún en la inconcreción del propio término.
Quienes quieran profundizar en Berlanga y tal vez afinar su propia definición de "berlanguiano" tienen hasta abril del próximo año una puerta abierta a su frondoso universo en el CaixaFórum de Barcelona, que acaba de inaugurar la exposición Interior Berlanga. Cine, vida y humor. Un recorrido por la trayectoria del cineasta a partir de proyecciones, objetos y documentos de su archivo personal, muchos de los cuales han permanecido inéditos hasta hoy. En total, más de trescientas piezas originales con una escenografía cuidadamente cinematográfica que invita a los visitantes a descubrir las múltiples facetas de un creador fundamental del siglo XX en Europa.
Esta exposición ofrece una mirada íntima y nunca explicada sobre Luis García-Berlanga (1921-2010), un enfoque inédito gracias a los trabajos de catalogación y digitalización del archivo particular de Berlanga que, tras su adquisición para las colecciones públicas estatales por parte del Ministerio de Cultura, se pone por primera vez al alcance del público. La muestra, dividida en siete ámbitos, descubrirá al gran público ―tanto al más cinéfilo y conocedor de Berlanga como al más joven y alejado― la figura del director que impulsó el cine español y lo transformó con su ironía mordaz y sus sátiras sobre cuestiones sociales y políticas.
Un creador que desde su mirada más personal siempre supo hacer un retrato colectivo en tiempo presente y, lo más formidable, futuro. Porque su obra sigue plenamente vigente a la hora de mostrar lo peor, lo mejor y lo más hilarante de nosotros mismos, conectando directamente con la sociedad actual. Porque en una época de grandes conflictos, la mirada de Berlanga ayuda a comprender la dinámica de los grupos sociales, a detectar vicios y virtudes, y a subrayar el valor de la buena gente (y las mezquindades universales inclasificables, eso también).
"La suma de los elementos, de las situaciones y las escenas que acumula su cine son una suma de lo español en todos los sentidos, en toda la profundidad tragicómica y el drama en el sentido dramatúrgico", destaca a infoLibre Bernardo Sánchez Salas, comisario de la exposición junto a Sol Carnicero. "Es fundamental para entender lo que ha sido España desde el siglo XIX hasta ahora mismo, porque todavía hoy cada día es berlanguiano. Todos los días nos pasa algo que podría ser de Berlanga", apostilla el profesor, guionista y dramaturgo, autor de la versión teatral de El verdugo en 2001 y de la dramaturgia Teatro Berlanga (2021), que reúne varios momentos fundamentales de su cine, junto a testimonios y entrevistas.
Imagina lo que era ver fuera de España en los años cincuenta o sesenta películas como 'Bienvenido, Mr Marshall' o 'El verdugo', dos títulos que estuvieron en Cannes y Venecia. O 'Plácido', que llegó a estar nominada al Oscar a Mejor película extranjera. Coges esas tres películas y es una radiografía absoluta de cómo era España y los españoles. No se puede entender el siglo XX sin eso
Y todavía continúa: "Su obra es un documento social acerca de cómo era este país y cómo lo veían desde el exterior. Imagina lo que era ver fuera de España en los años cincuenta o sesenta películas como Bienvenido, Mr Marshall o El verdugo, dos títulos que estuvieron en Cannes y Venecia. O Plácido, que llegó a estar nominada al Oscar a Mejor película extranjera. Coges esas tres películas y es una radiografía absoluta de cómo era España y los españoles. No se puede entender el siglo XX sin eso. Berlanga es cine y mucho más, es tejido. Las películas de Berlanga son Historia de España, son un hecho de nuestra Historia".
La muestra nos enseña todo tipo de objetos, seleccionados de un extenso archivo con "miles" de piezas que el propio Berlanga "conservaba desde su niñez hasta el final de su vida". Documentación sobre su vida profesional y cinematográfica, pero también "doméstica, familiar y privada", según detalla Sánchez Salas. Un compendio que el artista revisó por completo en 2003 y que tras su muerte fue todo depositado en más de setenta cajas que se han podido abrir, catalogar, digitalizar y estudiar en un proyecto que empezó en septiembre de 2022 gracias a la iniciativa de la Fundación ”la Caixa” (tras recibir una llamada de José Luis García-Berlanga, hijo del director) en colaboración con Filmoteca Española, que custodia el archivo como organismo dependiente del Ministerio de Cultura encargado de la preservación del patrimonio cinematográfico español y que efectúa el préstamo de los fondos para la exposición
El recorrido es en última instancia todo un plano secuencia que abarca toda la vida y obra de cineasta, ahora de alguna manera expuesto delante de la cámara desde la que siempre proyectaba su mirada, convenientemente parapetado tras las lentes. Hay fotografías, carteles de películas e incluso una reconstrucción de una parte de su estudio en Somosaguas (Madrid), al que ahora el visitante se puede asomar como reducto de su intimidad. En las vitrinas se presentan las cartas intercambiadas desde finales de los años cincuenta con René Clair y Charles Chaplin (uno de los proyectos de Luis García-Berlanga no realizados era una película con Chaplin cuyo guion se muestra por primera vez). También se exponen hojas de un dietario personal, dibujos y fotografías familiares.
Hay también storyboards y guiones de proyectos nunca rodados porque, tal y como explica el comisario, "hay muchos más proyectos en su vida como cineasta que los que pudo hacer, pero nunca dejó de escribir todo lo que pensaba o se le ocurría". "Él tiene muchos más guiones, solo o en compañía, no rodados que rodados, y en la exposición hay unas pocas ideas que nunca se realizaron", señala, destacando a modo de anécdota también la presencia de una carta del agente de Brigitte Bardot, que cuando "no era más que una cría" estuvo a punto de ser la protagonista de Novio a la vista: "Y ahí está la foto de la adolescente, con su agente postulándola para la película, aunque finalmente no se pudo hacer por razones de agenda de ella".
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Otra anécdota presente en la muestra tiene que ver con el dictador Francisco Franco, a quien uno de sus ministros le dijo que Berlanga era "un comunista" a raíz del escándalo en Venecia con la película El verdugo. "Franco respondió que era peor que un comunista, porque era un mal español. Pero la reacción de Berlanga fue mucho mejor que la de Franco, cómo no, y contestó que hubiera sido peor que le hubiera llamado mal director que mal español", comenta divertido Sánchez Salas, quien vuelve instintivamente al adjetivo aceptado en 2020 por la RAE para remarcar que, como país, "seguimos siendo berlanguianos". "Berlanga es distinto cada día y es nosotros, es una continuación de nuestras vidas", apostilla.
No es baladí esta insistencia en el significado de este concepto, pues con motivo de su inauguración, en la muestra (y en la plataforma CaixaForum+) puede verse Lo berlanguiano, una pieza audiovisual original dirigida por José Luis García-Berlanga en la que diversas personalidades del cine y de la cultura de España reflexionan sobre el significado de dicho adjetivo. Una serie de conversaciones con Julieta Serrano, Benjamín Prado, Santiago Segura, Miguel Ríos, Irene Escolar, Elena Sánchez o Manuel Gutiérrez Aragón en la que ninguna definición por separado ni la suma de todas ellas agotan el significado de lo berlanguiano ni el uso de este término para referirnos a multitud de situaciones de nuestra vida cotidiana.
"Es que si no existiera el término berlanguiano habría que inventárselo aunque no hubiera detrás un Berlanga o unas películas", defiende Sánchez Casas, para quien esta palabra "tiene un baile, una sonoridad, una musicalidad y una alegría carnavalesca que suena ya por sí misma". "En la exposición hemos recreado una especie de sesión académica en la que gente de la cultura reflexiona sobre lo que es para ellos berlanguiano. Y se ve que, efectivamente, berlanguiano es un abstracto incluso, porque si intentas definirlo se te va. Si se acota ya no es berlanguiano, pero lo tenemos interiorizado. Sabemos lo que es lo goyesco, lo velazqueño, lo buñueliano... son esas especie de claves que sabemos qué decimos cuando lo citamos, aunque quizás luego no nos ponemos de acuerdo en la parte discursiva a la hora de explicarlo y consensuarrlo. Pero cuando decimos berlanguiano cada uno sabe perfectamente a qué se refiere", termina.