El filipino Lav Díaz protagoniza una brillante traca final de la Mostra de Venecia

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El director de la Mostra de Venecia, Alberto Barbera, se reservaba su mejor cohete para la traca final. Lleva por título Ang babaeng humayo (La mujer que dejó), la dirige el filipino Lav Díaz y ha seducido con sus casi cuatro horas de metraje a los críticos más sesudos del certamen italiano. Este drama sobre una mujer que acaba de salir de la cárcel tras tres décadas condenada por un delito que no cometió se enfrenta a una dura vida cotidiana y a la posibilidad de revancha. Casi tanto como la paciencia exigida por el serbo-bosnio Emir Kusturica para la otra cinta del día final en la competencia del Lido, Na mlijecnom putu (En la vía lactea), que con razón fue descartada por Cannes. Por otro lado, el debutante colombiano Juan Sebastián Mesa ha ganado el premio de la Semana de la Crítica.

Ang babaeng humayo puede hacer realidad el dicho bíblico de que los últimos serán los primeros. Este drama contemplativo, filmado en blanco y negro, como varias otras de las cintas vistas en esta 73 Mostra veneciana, nos aproxima (de la mano de una gran interpretación de Charo Santos-Concio) a Horacia, una exprofesora que se ve en la calle tras 30 años en prisión, para enfrentarse a un mundo, el de 1997, sacudido por la muerte en accidente de Lady Di y la de la madre Teresa de Calcuta, mientras en Filipinas se impone la miseria, la violencia y el miedo a los secuestros.

La realidad con la que se encuentra Horacia es muy distinta a la que dejó. Su marido ha muerto, su hija se ha ido a vivir a otra ciudad y de su otro hijo no se sabe nada. Entonces decide ir tras el hombre que provocó su falsa acusación, convertido ahora en cabeza de un poderoso clan.

El cineasta, ha dicho que le inspiró una obra no tan conocida del ruso León Tolstoi, Dios ve la verdad pero no la diceDios ve la verdad pero no la dice, que fue mero punto de partida, pues había olvidado gran parte de los detalles, quedándose con el tono y el concepto de que muchos de nosotros no entendemos la vida y lo que nos depara, que nos convertimos en víctimas de todo lo aleatorio que puede ser el destino.

Díaz logra en un in crescendo que se prolonga de principio a fin de su melodrama-río la empatía del público ante esta mujer sóla y maltratada por la existencia, inerme, que duda entre la el perdón o la venganza. Obviamente en casi cuatro horas le da tiempo a detallar la cotidianidad de los personajes, sin por ello aburrir. No es Ang babaeng humayo la película que llenará las salas más próximas a nuestra casa, pero sí de las que gana festivalesAng babaeng humayo, y bien podríamos ver al filipino, que este mismo año presentó en Berlín Hele Sa Hiwagang Hapis, también en blanco y negro y con ¡8 horas! de duración, ganando el Premio Alfred Bauer, este sábado en el escenario del Palazzo del Cinema sosteniendo un león alado.

Improbable será reencontrarnos en esa gala con Emir Kusturica, últimamente dedicado a los documentales y otros asuntos, quien regresa tras nueve años a la ficción con Na mlijecnom putu (En la vía lactea), que él mismo protagoniza junto a Monica Bellucci. Ni siquiera la siempre magnética presencia de la diva italiana justifica las dos horas de su film, en el que un lechero que ha mantenido en pie su negocio en medio de la guerra civil interétnica de la antigua Yugoslavia vive una historia de amor con una madura mujer italiana que le ha buscado una amiga y protectora.

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Dispersa, grandilocuente, barroca hasta la extenuación y sin fuerza dramática, la nueva cinta del autor de clásicos del cine europeo como Papá está en viaje de negocios, El tiempo de los gitanos o Underground, fue al parecer presentada a Cannes, que no la seleccionó el pasado mayo, y ahora prueba suerte, sin lograrla, en el Lido.

El Festival se cierra este sábado con el decepcionante remake de Los siete magníficosLos siete magníficos a cargo de Antoine Fuqua, y además de Díaz entre las favoritas está la cinta inaugural, la musical La La Land, y dos obras de cineastas latinoamericanos, Jackie, del chileno Pablo Larraín, y El ciudadano ilustre, de los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn.

Mientras, como suele ser habitual en casi todos los festivales, la víspera del palmarés oficial se conocen los de los apartados paralelos, y hay buenas noticias para el cine iberoamericano, ya que la colombiana "Los nadie", de Juan Sebastian Mesa, ha ganado el premio de la Semana de la Crítica, con el mérito añadido de que se trata de un galardón elegido no por un jurado sino por los propios espectadores de la sección.

El director de la Mostra de Venecia, Alberto Barbera, se reservaba su mejor cohete para la traca final. Lleva por título Ang babaeng humayo (La mujer que dejó), la dirige el filipino Lav Díaz y ha seducido con sus casi cuatro horas de metraje a los críticos más sesudos del certamen italiano. Este drama sobre una mujer que acaba de salir de la cárcel tras tres décadas condenada por un delito que no cometió se enfrenta a una dura vida cotidiana y a la posibilidad de revancha. Casi tanto como la paciencia exigida por el serbo-bosnio Emir Kusturica para la otra cinta del día final en la competencia del Lido, Na mlijecnom putu (En la vía lactea), que con razón fue descartada por Cannes. Por otro lado, el debutante colombiano Juan Sebastián Mesa ha ganado el premio de la Semana de la Crítica.

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