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Franco, esa musa del arte (antifascista)

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Cuando el artista Eugenio Merino metió su ya célebre escultura de Franco dentro de una nevera y le puso el título de Always Franco, en un juego de palabras con el eslogan de Coca-Cola y la aparente permanencia eterna del dictador en el devenir de España, probablemente no imaginara que iba a mantener así aún más viva su figura. Como si lo criogenizara. Tras la presentación de aquella obra en la edición de 2012 de Arco, la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), una organización de carácter cultural fundada en 1976 con el objeto de defender "la verdad" del "personaje histórico y su legado", apeló a los tribunales por lo que sintió como una afrenta. Y volvió a desatar la polémica. 

En respuesta a la demanda presentada "contra él (Merino) y contra quienes permiten esta zafiedad, esta carencia de escrúpulos contra la dignidad de las personas, de personas que, además, están muertas y no pueden defenderse", como señaló entonces el vicepresidente ejecutivo de la FNFF, Jaime Alonso, la plataforma Artistas antifascistas ha programado entre el 5 y el 7 de julio una exposición que quiere "rebelarse contra el franquismo". Las fechas coinciden con la próxima celebración de la vista oral del juicio contra Merino, este 11 de julio, cuando se decidirá si el artista debe pagar los 18.000 euros que le reclama la FNFF en concepto de daños al honor del dictador. 

Creadores como Alejandro Jodorowsky, Tania Bruguera, Santiago Sierra, Isidoro Valcárcel o el propio Eugenio Merino –y así hasta un total de veinte-, participarán con obras multidisciplinares, algunas nuevas, la mayoría ya producidas anteriormente, que recuperan, revisan, reprueban y -en ocasiones- se mofan de la efigie de Franco. “Como artistas, no entendemos que no se puedan tratar ciertas figuras, y que una fundación dicte cómo se debe tratar la imagen de Franco", explica Pablo España, del Colectivo Democracia, otro de los participantes de la muestra, que tendrá lugar en un local de la calle Encarnación González, 8 del barrio de Vallecas, en Madrid. “La exposición es además una proclama por la libertad de expresión, y un posicionamiento claro antifascista, del cual la Fundación Francisco Franco es un perfecto exponente”.

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"No deja de llamar la atención que en España, un país gobernado por una cruenta dictadura durante casi cuarenta años, la figura de su dictador, caudillo por la gracia de dios, haya sido relativamente poco tematizada por los artistas durante la posdictadura", resume la nota de presentación de la exposición. "Aunque, bien pensado, nada de esto podría extrañarnos demasiado si tenemos en cuenta la desmemoria impuesta por las élites económicas durante la transición".

Para paliar esa carencia de propuestas críticas con aquel periodo y aquel personaje de la historia de España, en la exposición habrá Franco de todas las formas y colores: se podrá ver al dictador con cuerpo de perro, al dictador con una flecha atravesándole la cabeza, al dictador en estilo expresionista abstracto, al dictador en vídeo, dibujado, en escultura... También se publicará un fanzine recordatorio de la ocasión, y habrá, además, una performance el día de la inauguración, este viernes a las 19.00. 

La veintena de artistas participantes se han unido, como explica España, “por afinidad” y por la creencia de “que es necesario dar una voz colectiva para la situación de Eugenio Merino”. Totalmente autogestionada, "como no podría ser de otra manera", la muestra no busca la venta de las obras, sino simplemente su exhibición a modo de denuncia. "No tenemos nada que ver con el mercado del arte", señala. "El objetivo no es vender: ni siquiera nos lo hemos planteado". 

Cuando el artista Eugenio Merino metió su ya célebre escultura de Franco dentro de una nevera y le puso el título de Always Franco, en un juego de palabras con el eslogan de Coca-Cola y la aparente permanencia eterna del dictador en el devenir de España, probablemente no imaginara que iba a mantener así aún más viva su figura. Como si lo criogenizara. Tras la presentación de aquella obra en la edición de 2012 de Arco, la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), una organización de carácter cultural fundada en 1976 con el objeto de defender "la verdad" del "personaje histórico y su legado", apeló a los tribunales por lo que sintió como una afrenta. Y volvió a desatar la polémica. 

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