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Oligarcas, los dueños de España

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Fonsi Loaiza

En su libro Oligarcas, los dueños de España, el periodista Fonsi Loaiza descubre cómo la oligarquía española controla los resortes del poder, enmascarando sus miserias bajo una falsa apariencia de filantropía. Grandes constructoras, familias de alta alcurnia, fortunas surgidas a la vera del franquismo, "hombres hechos a sí mismos"… conforman un poderoso grupo que copa contratos públicos, recibe ayudas estatales, controla cadenas de distribución, monopoliza ámbitos enteros de la economía, se codea y apoya a la realeza, gusta de paraísos fiscales… e incluso llega a decidir sobre medios y periodistas que se atrevan a mostrarse críticos. Algunos optan por la discreción; otros, sin embargo, tienen una gran proyección pública. En realidad, ejercen su poder con una sumisión total a los intereses de Estados Unidos, con la entrada de fondos buitres norteamericanos en bancos, compañías estratégicas y la vivienda, explotan a sus trabajadores y los subcontratan en otros países en busca de mano de obra esclavizada.

De un viejo conocido como Florentino Pérez a Amancio Ortega, pasando por Ana Patricia Botín o Juan Roig, Loaiza aborda las tramas de intereses y redes clientelares de los auténticos amos del cortijo español, cuyo único objetivo se llama "poder". Un poder que les permita ser cada vez más ricos, mientras el resto de los ciudadanos ve cómo su vida es cada vez más difícil.

infoLibre publica el preámbulo de la obra, editada por Akal y que ya está disponible en las librerías.

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Preámbulo

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale  a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden  pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Nadie se da  cuenta al tener un libro en las manos, el esfuerzo, el dolor, la vigilia,  la sangre que ha costado. El libro es sin disputa la obra mayor de la  humanidad. Todo viene de los libros. La Revolución francesa sale de la Enciclopedia y de los libros de Rousseau, y todos los movimientos actuales societarios comunistas y socialistas arrancan de  un gran libro; de El Capital, de Carlos Marx. Y sabed, desde luego,  que los avances sociales y las revoluciones se hacen con libros y que  los hombres que las dirigen mueren muchas veces como el gran  Lenin de tanto estudiar, de tanto querer abarcar con su inteligencia. Que no valen armas ni sangre si las ideas no están bien orienta das y digeridas en las cabezas. Y que es preciso que los pueblos  lean para que aprendan no solo el verdadero sentido de la libertad,  sino el sentido actual de la comprensión mutua y de la vida.

Federico García Lorca, discurso leído con motivo de la inauguración de la biblioteca pública de Fuente Vaqueros (septiembre de 1931).

Oligarcas. Los dueños de España nace con el espíritu de poner cara y ojos a los grandes capitalistas, que no se presentan a  las elecciones, pero tienen más poder que el presidente de Gobierno de turno, al modo de la denuncia que promulgaba el  dramaturgo comunista Bertolt Brecht: «Las oscuras fuerzas que  te vejan / tienen nombre, dirección y rostro». 

La codicia de estos personajes millonarios se basa en un sistema y una estructura de poder capitalista en los que una dependienta de clase obrera de Zara en un centro comercial en  Galicia tendría que trabajar 4,5 millones de años doblando ropa  y ahorrando todo el dinero de su sueldo para acumular la fortuna que tiene Amancio Ortega. Una cajera del Mercadona en una  tienda en Valencia tendría que trabajar cuatrocientos cincuenta  mil años pasando códigos de barras sin gastar un euro para hacer  la fortuna de Juan Roig. Una limpiadora de Clece de Florentino Pérez en una residencia de mayores en Madrid, privatizada por  Ayuso, tendría que estar barriendo ciento cincuenta mil años  para lograr el dinero del presidente del Real Madrid. Estos mercaderes de la plusvalía aparecen en todos los medios de comunicación como los grandes benefactores de la humanidad, personajes a imitar. Este libro trata de desmontar toda esa ideología  perpetrada por los oligarcas españoles y sus satélites mediáticos.  

Corinna Larsen, examante de Juan Carlos I, fue beneficiaria  y conocedora por dentro del poder de la elite española. Relató  su experiencia y describió a estos oligarcas que viven de parasitar lo público: «España funciona como una oligarquía. Hay 100  personas que controlan el país y todos están involucrados entre  sí». A Corinna le pagaron los gastos de alojamiento con fondos  públicos de Patrimonio Nacional en la finca de La Angorrilla,  que Franco utilizaba como pabellón para sus monterías de caza  y donde fotografiaron a Juan Carlos I de cocinero en una barba coa familiar, con una gorra al revés y pantalón corto de color  amarillo chillón, junto al hijo menor de Corinna. La examante  también denunció en Reino Unido a Juan Carlos I por acoso y  amenazas. Sin embargo, los tribunales británicos señalaron que  los actos previos a la abdicación de Juan Carlos I no pueden ser juzgados por su inmunidad.  

La red de oligarcas fue alentada por el franquismo, goza de  impunidad y ejerce su poder con una sumisión total a los intereses de Estados Unidos, con la entrada de fondos buitres norteamericanos en bancos, compañías estratégicas y la vivienda, y sin  una red empresarial pública en sectores esenciales del país. Es verdad que la clase política en España ha funcionado como manijeros y los oligarcas como los amos del cortijo. Sin embargo,  toda esta oligarquía española está sometida como una colonia.  Amancio Ortega es casero y se forra con sus inquilinos Amazon  y Facebook en Estados Unidos, Ana Patricia Botín es más ges tora de un banco de BlackRock que propietaria del Santander, Florentino Pérez construye obras para el complejo militar industrial estadounidense, Ferrovial de Rafael del Pino ha debutado en el Nasdaq de la Bolsa de Nueva York y Juan Roig participa en fondos de Silicon Valley.  

Para no pagar impuestos, estas empresas y oligarcas han montado todo un entramado de sociedades offshore con filiales en paraísos fiscales. El Banco Santander contaba en 2023 con 187 filiales de estas y ACS de Florentino, con 82. La compañía Ferrovial anunció a principios de 2023 que cambiaba su sede fiscal a Países Bajos para pagar menos impuestos. Su máximo  mandatario es Rafael del Pino y Calvo-Sotelo, sobrino del ex presidente Leopoldo Calvo-Sotelo. Del Pino atesora la segunda  mayor fortuna de España, con 12.275 millones de euros de patrimonio familiar, y ha recibido todo tipo de ayudas estatales.  

Así funcionan los oligarcas españoles y sus «paguitas». Florentino Pérez, Villar Mir, los Entrecanales y Rafael del  Pino han formado el conocido como «Cártel de las Constructo ras». ACS, FCC, Acciona, Sacyr, OHL y Ferrovial fueron condenadas por amañar durante 25 años miles de licitaciones públicas en España. Estas empresas se reunían semanalmente e  intercambiaban información sobre su estrategia para repartirse  cientos de millones de los concursos públicos. La Audiencia  Nacional libró a estas multinacionales de la inhabilitación y la  prohibición para recibir más contrataciones por parte del Esta do español. En el primer semestre de 2024 lograron su récord  histórico de contratos, con 242.000 millones de euros en todo el  mundo. 

'Lucha de tribus'

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En España, de las cacerías con Franco en la dictadura se ha  pasado al palco del Bernabéu de Florentino Pérez, con la misma  estructura económica caciquil para los negocios. El reparto del  «botín» para estos oligarcas va de las sagas de banqueros, pasando por las familias franquistas de los Abelló, los March o los Daurella, y la aristocracia y la realeza de la Casa de Alba y los  Borbones, los empresarios Juan Roig, de Mercadona, y Amancio Ortega, de Inditex.  

En España, la oligarquía controla los resortes del régimen y  tapa sus miserias con falsa filantropía. La banquera Ana Patricia Botín tiene asegurada la mayor pensión por jubilación del Ibex, ha sido asesora del FMI en la pandemia y pidió a los españoles  que hicieran como ella y bajáramos la calefacción a 17 grados en casa, mientras estrenaba un jet privado. El empresario Amancio  Ortega disfruta a sus ochenta y siete años de una fortuna de 93.930  millones de euros y se ha convertido en la persona con mayor poder económico de España y en el mayor rentista de todo el mundo. Ortega lava su imagen con donaciones publicitadas por me dios de comunicación y dirigentes políticos, mientras se tapa el  esclavismo en la industria textil del que abusa Inditex fuera de España. Juan Roig es la tercera fortuna del país, con 11.230 millones de euros. No ha ocultado su capitalismo despiadado. Tuvo que declarar como testigo en el juicio de la «caja B» del PP  de Bárcenas y admitió financiar a la fundación FAES del expresidente José María Aznar. Los éxitos empresariales de Mercado nano hubieran sido posibles sin el franquismo, que aupó a Cárnicas Roig, de su padre, y sin los favores políticos desde la Transición. 

A estos privilegios de las familias oligárquicas y franquistas, y de Florentino, Rafael del Pino, Ana Botín, Amancio Ortega y Roig dedicaremos los próximos capítulos.

En su libro Oligarcas, los dueños de España, el periodista Fonsi Loaiza descubre cómo la oligarquía española controla los resortes del poder, enmascarando sus miserias bajo una falsa apariencia de filantropía. Grandes constructoras, familias de alta alcurnia, fortunas surgidas a la vera del franquismo, "hombres hechos a sí mismos"… conforman un poderoso grupo que copa contratos públicos, recibe ayudas estatales, controla cadenas de distribución, monopoliza ámbitos enteros de la economía, se codea y apoya a la realeza, gusta de paraísos fiscales… e incluso llega a decidir sobre medios y periodistas que se atrevan a mostrarse críticos. Algunos optan por la discreción; otros, sin embargo, tienen una gran proyección pública. En realidad, ejercen su poder con una sumisión total a los intereses de Estados Unidos, con la entrada de fondos buitres norteamericanos en bancos, compañías estratégicas y la vivienda, explotan a sus trabajadores y los subcontratan en otros países en busca de mano de obra esclavizada.

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