Un escritor magnífico

Jordi Pacheco

Los perdonados

Lawrewnce Osborne

Traducción de Magdalena Palmer

Gatopardo

Barcelona

2020

Mucho se ha hablado de la importancia que tienen las primeras líneas en una novela. De ellas depende en gran medida que el lector siga leyendo o no. Las grandes obras de la narrativa universal son recordadas a menudo por sus magistrales comienzos. Pensé en ello nada más empezar a leer Los perdonados, de Lawrence Osborne, cuyo primer párrafo habla por sí solo:

“Avistaron África cerca del mediodía. La bruma se disipó y los yates de los millonarios europeos surgieron de la nada con banderas de Sotogrande y los destellos de sus copas y vasos. Los temporeros de la cubierta superior se cargaron los fardos al hombro, animados por la idea de volver a casa, y la ansiedad de sus rostros fue desvaneciéndose poco a poco. Quizás solo fuese el sol. Los coches de segunda mano hacinados en la bodega empezarona a calentar motores mientras los niños correteaban con naranjas en las manos. La costa africana proyectaba una energía magnética que atrapaba al transbordador de Algeciras. Los europeos adoptaron una actitud expectante”.

 

Amantes de la literatura de viajes, novela negra y de suspense: si nunca han oído el nombre de Lawrence Osborne (Londres, 1958), anótenlo y vayan a su librería más cercana a encargar alguna de sus obras. No les defraudará. Porque de este escritor británico residente en Bangkok se puede afirmar categóricamente que es de los mejores autores anglosajones que podemos leer en estos momentos traducidos al castellano. Y esto es gracias a Gatopardo, una editorial movida por el empeño de difundir obras de la literatura universal no publicadas en español o descatalogadas en nuestro país.

Cuarto título de Osborne publicado hasta la fecha por este sello barcelonés tras El turista desnudo (obra maestra de la literatura de viajes), Bangkok y Cazadores en la noche, Los perdonados cuenta las vivencias de David y Jo Henninger, una pareja británica que viaja a Marruecos para asistir a una fastuosa bacanal en la villa que unos amigos millonarios poseen en el desierto. David es un médico alcohólico y de trato difícil; Jo es una escritora algo amargada que dejó de escribir hace mucho tiempo. Inmersos en una profunda crisis, acuden a la fiesta con la esperanza de poder reanimar su maltrecho matrimonio. Sin embargo, mientras se dirigen a su destino en un coche alquilado atropellan a un joven marroquí causándole la muerte. A partir de ese momento, los acontecimientos caerán en un abismo de tensión creciente y ya no habrá vuelta atrás.

Partiendo de estos elementos básicos, Osborne compone de un modo magistral una historia de suspense que nos acerca a las remotas regiones rurales de Marruecos y a sus gentes. No en vano, las obras de este escritor y viajero impenitente han encontrado un filón extraordinario en la recreación de las peripecias de ciudadanos occidentales que viajan a países extranjeros, donde, en medio de un entorno para nada propicio, ven aflorar sus dilemas morales.

Osborne ha dado varias vueltas al mundo gracias a su labor como reportero del New York Times. En esa faceta viajera radica precisamente el origen de Los perdonados. En el año 2000, la insigne cabecera neoyorquina envió a Osborne a Marruecos para investigar acerca de las minas de trilobites. Durante aquel viaje se zambulló en el epicentro de un negocio mundial de exportación de cuerpos fosilizados de animales extintos hace cientos de millones de años. Una década más tarde, alguien contó a Osborne en una fiesta la historia de una pareja de turistas que habían atropellado y matado a un joven local en el desierto de Marruecos. Esto pareció inspirar al escritor, que seis semanas más tarde ya tenía listo el primer borrador de la novela. El olfato de Charly Conrad, joven editor de Random House que compró la obra ipso facto, hizo el resto.

Publicada originalmente en 2012 bajo el título The forgiven, Los perdonados ha sido traducida al castellano por Magdalena Palmer y marca el inicio de un período fecundo en la producción novelesca de Osborne, cuyo genio le valió en 2018 para recibir el encargo de resucitar al mítico Philip Marlowe en Only to sleep. Y esto, como muy bien saben los amantes del género y los lectores de Raymond Chandler, es algo que solo está al alcance de unos pocos.

Asentado en Bangkok tras una vida nómada, Lawrence Osborne parece haber llegado a ese punto en que ya no importan los fastos ni la búsqueda de reconocimiento: lo importante ahora para él es centrarse en decir todo lo que tiene que decir a través de unos cuantos libros muy buenos.

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Jordi Pacheco es periodista y colaborador de tintaLibre

Los perdonados

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