La guerra arancelaria

Abascal paga el precio de su 'amistad' con Trump y justifica los aranceles que castigan al campo español

El líder de Vox, Santiago Abascal, en la cumbre del CPAC

El presidente estadounidense Donald Trump ha convertido los aranceles en su arma más poderosa de negociación. Y a la Unión Europea en uno de sus principales objetivos. A partir del 9 de abril todos los productos que provengan de la UE tendrán que pagar un 20% cuando entren en los Estados Unidos. Una tarifa comercial adicional sin excepciones entre los 27 Estados miembros de la Unión, ni por país —tampoco los más afines, como Hungría o Italia—ni por productos. De hecho, el sector del automóvil finalmente pagará más, el 25% anunciado para todos los coches y componentes no fabricados en suelo estadounidense. 

La mayor parte de los países europeos ha llamado a dar una respuesta conjunta, como ya hizo a primera hora de la mañana la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, mientras otros como España se han adelantado al ofrecer un plan dotado con 14.100 millones de euros dirigido a las empresas que se puedan ver afectadas por los aranceles. La primera ministra italiana Giorgia Meloni, que ha mostrado su simpatía por Trump e incluso ha defendido sus ataques contra Bruselas, calificó la medida como "equivocada" por no beneficiar, a su juicio, a ninguna de las partes. Quien sí cerró filas con el magnate fue el Gobierno del húngaro Viktor Orbán: su ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, culpó a la UE de la decisión adoptada por Washington.

En este contexto el líder de Vox y fiel escudero de Orbán, Santiago Abascal, se ha alineado con las tesis del húngaro y del presidente estadounidense, que por fin lo ubica en su mismo radar. Durante la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una reunión de ultras de todo el mundo organizada por el trumpismo, el republicano le dedicó un escueto saludo a Abascal, que los satélites de Vox promocionaron por todas las vías posibles. Desde Washington, Abascal aseguró que "las verdaderas cargas" para la economía europea no eran "los aranceles anunciados" por Trump que, dijo, "ojalá no lleguen", sino "el Pacto Verde, los impuestos abusivos y la regulación 'woke'": "Esa es nuestra ruina", afirmó.

Reconocerse como aliado de Trump implica defenderlo públicamente pese a las pérdidas económicas que pueden suponer estos aranceles para, entre otros sectores, los agricultores españoles —uno de los principales ejes de la acción política de Vox—. Este jueves Abascal trató de eximir a Trump de cualquier responsabilidad y repartió culpas entre la Unión Europea, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. "Ni Von der Leyen, ni Sánchez, ni Feijóo han defendido los intereses de los españoles. Los populares y socialistas nos arrastran a una guerra comercial suicida", afirmó en su cuenta de X.

Abascal no solo evitó deliberadamente mencionar al presidente estadounidense, sino que se alineó con él al afirmar que "nuestra economía compite en condiciones de desigualdad por la burocracia ideológica del bipartidismo": "Y la única solución que ofrecen es someterse más a China, continuar guerras y censurar a quien lo denuncia. Tenemos que expulsar a esta casta corrupta que solo ha traído ruina y pérdida de libertades. Y lo haremos", zanjó. También respondió al líder del PP, acusándole mantener un "silencio criminal" sobre el "toda la basura ideológica que está arruinando nuestra economía y nuestras libertades" después de que Feijóo afirmara que "nadie que diga ser patriota puede respaldar esta decisión, ni tampoco minimizarla".

Vox se desmarca de los aranceles pero evita atacar a Trump

Aunque Vox se afana por mostrar que su compromiso con Trump sigue intacto, la formación ultraderechista no oculta su nerviosismo por las consecuencias que pueda tener en su electorado el apoyo al magnate. Por ese motivo este jueves también compareció en el Congreso —pese a que esta semana no hay actividad parlamentaria— el secretario general del grupo y responsable económico del partido, José María Figaredo, para hacer una valoración sobre los aranceles. Así, afirmó que estos eran "una mala noticia" pero, al igual que Abascal, no situó la responsabilidad en la persona que los ha impuesto, sino en quienes los reciben y tratan de combatirlos.

Figaredo criticó a la Unión Europea por buscar "represalias" contra esos aranceles. "Von der Leyen es la que está dejando claro que no está dispuesta a negociar y que se va a lanzar a la ofensiva, al ataque", dijo. A su juicio, "lo que deberían hacer" tanto Bruselas como España es "irse a Washington a negociar": "No quieren porque están en esa estrategia de confrontación y de ponerse en manos de China, que deja una balanza negativa", prosiguió. A juicio del diputado ultra, si ellos gobernaran y tuvieran "el Ministerio de Exteriores" hubieran "intentado negociar" porque los aranceles "es la forma" que tiene Trump de hacer política.

Para el diputado de Vox, el Gobierno de Pedro Sánchez podría haberse "adelantado" a los acontecimientos y tomar decisiones como "lo han hecho Meloni en Italia o Milei en Argentina" que, sin embargo, tampoco se han librado de los aranceles. Trump ha aplicado un 10% para Argentina, al igual que otros países latinoamericanos como Colombia, Brasil o Chile, que han criticado abiertamente al estadounidense, y un 20% para Italia. Otros aliados como Japón (24%), Taiwán (32%), India (26%), o Corea del Sur (25%) tampoco se libraron.

En las entrevistas que ha realizado Abascal en las últimas semanas —ninguna con medios tradicionales sino con plataformas e influencers afines—, llegó a plantear que no estaba claro que Trump fuera a imponer aranceles a nuestro país. "Ya veremos, ya hemos visto que basta con hacer las cosas bien", dijo.  También aseguró de manera tajante que "en Italia no va a haberlos" —pese a que Trump aplica la misma tarifa a todos los países de la UE, amigos o no— "porque Meloni le cae muy bien", según el líder de Vox. La Comisión ya le ha lanzado un mensaje a Hungría e Italia de que no negocien individualmente para no debilitar a la UE.

El sindicato de Vox aplaude la medida frente a un crítico Espinosa de los Monteros

Trump llevaba meses amagando con aplicar estos aranceles, pero en la cumbre de Patriots celebrada el pasado mes de febrero en Madrid, Abascal minimizó la amenaza y aseguró, en línea con lo que dice ahora, que el "gran arancel" para los agricultores españoles era el "Pacto Verde". Ahora la formación de Abascal ha dado la orden a sus diputados de desmarcarse de los aranceles pero sin criticar al presidente de EEUU. Desde su 'sindicato' Solidaridad sostienen, sin embargo, que se trata de una medida positiva porque es "proteccionista" y, por tanto, "defiende a la clase obrera" por lo que apelan a hacer un "frente" con el presidente de EEUU.

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A juicio de su nuevo líder, el diputado catalán Jordi de la Fuente, se trata de las medidas "que tendríamos que aplicar aquí para proteger nuestro mercado", una afirmación que va en la línea opuesta a la política de bajada de impuestos que defiende la dirección de Vox. "Dejamos entrar productos birriosos, hechos con mano de obra esclava, que tiran los precios por el suelo, que destruyen nuestra industria en una absoluta competencia desleal y encima sin pasar ningún tipo de control", afirmó este jueves en un desayuno informativo.

Se trata de un enfoque minoritario dentro de Vox que choca con el alma ultraliberal encarnada hasta su dimisión por Iván Espinosa de los Monteros. El exportavoz ultraderechista se pronunció también este jueves en X y aseguró que el despliegue arancelario de Estados Unidos "no es buena idea", ni para el país norteamericano ni para los destinatarios de los gravámenes, que tampoco son "recíprocos". Así, defendió que no hay que "justificar" al magnate, en alusión a Vox, y recordó que "ningún aliado" de Estados Unidos "se ha librado" de los aranceles, aunque tengan afinidad ideológica con Trump. "Se puede defender todo lo que Trump hace bien sin justificar lo que hace mal", señaló, en referencia a su antigua formación.

Abascal trata de hacer malabarismos para no confrontar con el presidente estadounidense y presentarse como un defensor del campo, que, en el caso español, sería el sector que más sufriría al encarecer las exportaciones de productos como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas. En 2019, Trump ya lo hizo con España, Francia, Alemania y Reino Unido, entre otros países, como penalización por las ayudas de Estado a la aeronáutica europea Airbus. 

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