La Feria de autores que no escriben en español
Ales junto a la hoguera, del último Nobel, el noruego Jon Fosse, una introspección sobre la familia y las pérdidas, el presente que no se desata del pasado y sus tragedias. Los recuerdos de una mujer, Signe, enredada en las raíces de cinco generaciones de su árbol genealógico. Observa cómo cuaja su destino, condicionado por una naturaleza plenipotenciaria, voraz de vidas. Random House.
Quince años después, Colm Tóibín continúa Brooklyn. Nos conduce a Long Island, no muy lejos de donde se conocieron Eilis Lacey y Tony Fiorello. Es 1976. La irlandesa y el italoestadounidense se casaron, apresurados, dos décadas atrás. La integración de los inmigrantes y la nostalgia, ascua en letargo. Ella atravesará un océano de vacilaciones y regresará otra vez a su pueblo, en Irlanda. Lumen, 13 de junio.
La estadounidense Marianne Wiggins narra una ignominiosa revancha de su país. Las propiedades de la sed rescata los campos de internamiento de cien mil japoneses-norteamericanos. Los declararon enemigos, o sospechosos, después del ataque nipón contra la base de Estados Unidos en Pearl Harbour, Hawái, el siete de diciembre de 1941. Manzanar, un desierto próximo a Los Ángeles, es el escenario de un episodio auténtico, donde, también, Hollywood desplegó sus cámaras para encabalgar su conquista del Oeste. Libros del Asteroide.
Adaptarse. El nacimiento de un tercer hijo, “inadaptado” y de ojos oscuros “que no se fijaban en nada”, sumerge en la zozobra a una familia y cruje los cimientos de su casa. Sus piedras hablan, les da voz la parisina Clara Dupont-Monod para personalizar la perplejidad ante lo incomprensible y cómo afronta cada cual lo inusitado. Salamandra.
La última propuesta de libros con argumentos sociales, sazonados con drama. La inquebrantable belleza de Rosalind Bone. La primera novela de la galesa Alex McCarthy. La hermosura maldita, la huida, la soledad para darse sentido y sentirse. Siruela.
Testimonios. La alquimia del tiempo. Un memoir dublinés, de John Banville. Tras Singularidades, anunció que no escribiría más ficción con su nombre veraz. Duplicado como Benjamin Black, no renegó de su regreso a la novela negra, como su pseudoapellido. Ahora, deambula por su Dublín autobiográfico. Desde sus primeros pasos sorprendidos por esta ciudad, hasta los desencantos de madurez. Un Ulises cierto durante años, el retrato de un tiempo y los lugares de un lugar. Alfaguara, 13 de junio.
Salman Rushdie detalla el atentado que sufrió el doce de agosto de 2022. El filo de su Cuchillo de palabras contra el romo cuchillo homicida del asesino frustrado Hadi Matar. Sobrevivió para revivir aquel instante y sus cicatrices interiores y en la piel. La fatua vigente dictada por el teócrata iraní Jomeini en 1989 contra el autor angloindio por sus Versos satánicos. Random House.
Política ficcionada es De nuestros hermanos heridos. El francés Joseph Andras, contrario a la cultura de salón, rechazó, en 2016, el Goncourt a la primera obra por este libro. Recuerda la ejecución de Fernand Iveton, la única de un pied noir (galos blancos nacidos en Argelia), en 1956. Su delito: apoyar la independencia del país africano contra Francia y colocar una bomba que fue desactivada. Lo apresaron. Sin piedad. Anagrama.
Vendrán a detenerme a medianoche. Tahim Hamut Izgil, uigur musulmán, describe la persecución de esta etnia en su país, China. Cuenta cómo él y su familia escaparon del régimen opresor y sus fronteras. Tres años encerrado en un campo de reeducación no desvariaron la mente de este poeta y cineasta. Libros del Asteroide.
De exilio habla también El Ministerio del Dolor, de la croata, y también yugoslava, Dubravka Ugresic, fallecida el año pasado en Ámsterdam. La huida y el desarraigo propiciados por la guerra que escombró los Balcanes. Y el refugio en la guarida inexpugnable del idioma. Impedimenta edita esta obra reveladora publicada por Anagrama en 2006.
Con forma de ensayo, Amin Maalouf, libanés y secretario perpetuo de la Academia francesa, desmenuza los porqués del enfrentamiento de Occidente con Rusia, China y Japón, incluso. El laberinto de los extraviados alerta sobre el amenazante crecimiento del hongo nuclear. Alianza Editorial.
Los enigmas de la novela policíaca los encontramos en un clásico actual, el griego Petros Márkaris. En La revuelta de las cariátides, su comisario Kostas Jaritos asciende a jefe de las Fuerzas de Seguridad del Ática. Un grupo de mujeres, que se nombran como esas esculturas/columnas femeninas, se opone a unos inversores extranjeros en arqueología helena. Tusquets.
Griega es también La furia, una isla inventada por el chipriota Alex Michaelides. Allí, una venerable estrella del cine y la moda deja atrapados a siete amigos. La espita para desapresar sus sentimientos más enconados. Y alguien desaparece de la escena. Alfaguara.
La última sugerencia intrigante, Anna O., de Matthew Blake. La protagonista lleva cuatro años hibernada, sus ojos inertes. Casi mil quinientos días desde que la encontraron dormida, con un cuchillo en la mano, ensangrentada, con los cadáveres de dos amigos cerca. Si culpable, Bella Durmiente, si no, Anna O. Salamandra.
Hace dos siglos murió el poeta romántico y maldito Lord Byron. La irlandesa Edna O’Brien ha dedicado años a narrar Byron in Love, una extensa biografía opinada. Lo describe como un ser “paradójico… poseía una inteligencia deslumbrante enjaulada en la magia y la malicia de un niño”. La búsqueda extenuante de un espíritu en verso y un hombre rebelde de acción. Cabaret Voltaire.
Tres cimas literarias ya holladas y reseñadas aquí, para concluir este trayecto feriante entre libreros, escritores y quienes leen. En agosto nos vemos, el último gabo suelto. Necesario para completar la magia tropical de Gabriel García Márquez. Perfeccionista hasta desmadejarse, él no lo consideró concluido, después de una decena larga de reajustes. Los hijos del Nobel y la ingeniería editorial reconstruyeron esta leve historia, que contiene todas las persistencias del colombiano. Y su primera protagonista, que cada año sacude las telarañas de sus deseos para descubrirse y, de paso, entender a su madre muerta. Random House.
Baumgartner o el testamento de Paul Auster. “Empieza el último capítulo de la historia…”. Ya presagiaba que no habría más al plagar su novela de referencias al fin y relacionar a su personaje, viudo, con el amor tardío. Un profesor que restituye a su mujer en la memoria y que espera una oportunidad en el límite. Ya no nos desvelará si culminó. Seix Barral.
Terminamos el viaje en La ciudad y sus muros inciertos, de Haruki Murakami. En dos mundos por donde trasiegan él y ella, lo real y su sombra, lo hermético y los sueños clasificables. Muralla sin fisuras, impenetrable y de espaldas a los afectos. La imaginación codificada del escritor japonés, el maratoniano que asalta las nubes. Tusquets.
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Estos dieciocho hitos apenas reflejan unos puntos en el río sin riberas donde afluyen incontables historias contadas en lenguas maternas ignoradas. Los traductores, magos, nos las desembarcan para evitar que las succione el vacío de las quebradas súbitas. Acercan lo más distante, lo muy distinto. El lector solitario, que en la feria es grey, acumula nuevos conocidos. Abandona el anonimato en busca de la sorpresa. Abre rendijas por donde susurran los renglones de firmas tan familiares que tan solo no ofrecen dudas.
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* Prudencio Medel es periodista.