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El peor día
Durante aquellos días,
tú eras la realidad.
Me recordabas
que me llamo Laura
y tengo 23 años,
que soy de Madrid
y vivo en la sierra,
de profesión, periodista
y poeta por necesidad.
Que mido menos de uno sesenta,
me sobran algunos kilos
y gasto las colonias
al ritmo que se beben las cervezas.
Que me encanta la música y
escribo canciones,
que soy hija de Paula y Jesús,
hermana de Paula y Susana
y amiga de mis amigos.
Que tengo responsabilidades
más que opiniones,
que soy más bien cobarde,
no llevo gafas
y nunca usé aparato.
Todo eso me lo recuerdas
tú, que estás ahí fuera,
lejos de este hospital,
fuera de estas habitaciones
con olor a últimos alientos,
lejos de este Diego de León,
de la cafetería de la esquina
o el cajero de la calle paralela.
Tú existes más allá
de todo esto,
más allá de esta familia
para la que no tengo
abrazos suficientes.
No deseo ni mirarme en el espejo
porque no quiero ver este desastre,
ni ser consciente
de que todo está sucediendo
también más allá de estas paredes.
Pero tú
me rescatas de esto,
me salvas del mundo,
de este universo expansivo
de dolor y resignación.
Me recuerdas que no estoy sola,
que ahí fuera hay alguien
con un corazón preguntándose
si esto que late aquí
sigue en silencio.
Tú eres el salvavidas,
la llave de la puerta
de salida,
la antesala
de un comienzo.
Me recuerdas
que allí, donde tú estás,
aún existe la poesía.
*Laura Odene es poeta. Laura Odene
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