Cultura
Mary Poppins en la era del #MeToo
Se anuncia El regreso de Mary Poppins y, al enterarse, muchos se asombran: ah, pero ¿se había ido?
Porque, aunque han transcurrido ya muchos años desde su primera aparición cinematográfica, y muchos más desde que P.L. Travers publicara los ocho libros que inspiran la película, la niñera voladora ha seguido entre nosotros. ¿Quién no ha dicho en alguna ocasión "supercalifragilisticoexpialidoso"? ¿Quién no ha tragado una píldora amarga tarareando "con un poco de azúcar, esa píldora que os dan"? ¿Quién…?
Sin embargo, no se trata aquí de alimentar la nostalgia, sino de entender hasta qué punto Mary Poppins estaba entre nosotros antes de que Mary se dejara caer ("pops in") y en qué medida nos ha acompañado. Un par de ejemplos distintos y distantes, para empezar.
Cuando Guillermo Fesser hablaba (y escribía, y rodaba una película) de Cándida, su asistenta, se refería a ella como "la Mary Poppins de San Blas. Es como si tuviera un bolso del que va sacando sorpresas sin parar".
Por su parte, el escritor Alberto Mira sostiene que, al igual que otras películas de Disney (como Pedro y el dragón Elliott o La bruja novata), Mary Poppins presenta "seductoras figuras que nos conducen al otro lado de la realidad. Se nos invita a tomar el otro camino, a abrazar la diferencia, a cruzar hacia la acera de enfrente". En su opinión, la necesidad del producto Disney de proporcionar una experiencia profundamente satisfactoria "los convierte en extrañas apologías de la diferencia", algo que un niño consciente de su homosexualidad agradece…
Un personaje, dos (entre muchas) lecturas posibles. ¿Qué tiene Mary Poppins?
"Desde niña me sentí atraída por la institutriz, una mujer tan firme como atractiva y divertida ―asegura María Tausiet, autora de Mary Poppins. Magia, leyenda, mito―. De adulta, me di cuenta de que sus historias, aparentemente ligeras, se basaban en muchos mitos y leyendas, en gran medida desconocidos. En realidad, todo empezó como un estudio de antropología religiosa".
Porque Tausiet es doctora en historia especializada en el estudio de las creencias y prácticas religiosas (y estudiosa de la brujería). "Es evidente que los relatos originales beben de múltiples fuentes mitológicas y que P.L. Travers trazó con detalle un personaje que se ha convertido en un mito… Así es. No parecía tan evidente en un principio, pero después de toda la investigación, resulta patente que Mary Poppins podría ser considerada una suerte de diosa del politeísmo contemporáneo".
El personaje también atrae a Cristina Pérez Valverde, escritora, profesora de Ficcionalidad en la Universidad de Granada y autora reciente de La dama de Rubens, que explora la esencia misma de lo femenino y la capacidad creativa y transformadora de la imaginación y del arte. "Desde el punto de vista de la teoría junguiana ―asegura―, está enraizada en el arquetipo de la Gran Madre en su vertiente positiva. En este sentido, uno de los motivos más recurrentes en los cuentos de hadas y la literatura popular es el de la mujer con poderes mágicos, que puede aparecer como protectora y benefactora (hada buena, hada madrina) o como un ser amenazante (bruja, madrastra). Mary Poppins pertenece a la primera categoría".
Hija de su madre
La madre literaria de la niñera era una gran estudiosa del folclore y la mitología. Pérez Valverde insiste en que tenemos que profundizar en la propia poética de Travers, en el modo en que contemplaba el proceso creador, más cercano a una suerte de revelación o experiencia visionaria que a la propia elaboración personal, como si las historias tuvieran una pre-existencia y la labor literaria consistiera en rescatarlas del caudal de la imaginación.
Al igual que para otros autores, para Travers "los mitos y el folclore constituían proyecciones de una realidad trascendente, de manera que exploraron sus posibilidades para despertar la imaginación creadora de los lectores. En tanto creían en el poder evocador de los símbolos, construyeron escenarios mágicos a través de los cuales los lectores podrían explorar su propio mundo interior y su espiritualidad". Pérez Valverde ubica a Mary Poppins "en la línea de lo que podemos denominar 'solteras empoderadas' dentro de la ficción infantil": con ella, “lo femenino transforma el orden patriarcal vigente, encarnado en la figura del señor Banks, que trabaja ‘haciendo dinero’ y que ocupa una posición jerárquica y autoritaria en el universo de la casa Banks. Mary Poppins ofrece una alternativa holística a este rígido modelo educativo".
Como Tausiet explica en su libro, Mary Poppins es contratada como institutriz, un oficio que empezó a prosperar en Inglaterra a partir de la revolución industrial. Las institutrices venían de fuera para instalarse en pleno corazón de la familia: "por un lado simbolizaban mejor que ningún otro sirviente el estatus de la casa, pero por otro lado, eran consideradas con un misterio y, en ese sentido, como un peligro potencial". En el caso que nos ocupa, el peligro "estriba únicamente en su carácter subversivo capaz de pasar por alto toda norma social".
Mary Poppins se sitúa en una posición marginal o periférica con respecto al ámbito doméstico tradicional. Pero, asegura la profesora de Granada, "esta marginalidad se ve compensada por un poder extraordinario, que no procede ni le es otorgado por el orden establecido, a través del cual se (le) permite vivir al margen del orden establecido, adoptando una posición 'diferente', de independencia, libertad y poder; y, asume el rol de surrogate mother o figura materna, pues tiene una relación única y especial con los niños y niñas protagonistas, cuyo lenguaje y necesidades comprende, y a los que ofrece alternativas más amables que las normas impuestas por el mundo adulto".
(Entre paréntesis: no parece que la autora tuviera la inteligencia emocional de su criatura. Pero, ésa es otra historia…)
¿Libro o peli?
En este punto, hay que recordar que la Mary Poppins de Travers y la recreada por Disney no son exactamente el mismo personaje. "En las novelas de Travers encontramos gran cantidad de símbolos esotéricos, una especie de misterios velados que la niñera mágica muestra a los niños cada noche a través de sus sueños ―dice Pérez Valverde―. La película incide más en cuestiones de género y ofrece una crítica clara al sistema capitalista. Además, el personaje protagonizado por Julie Andrews logra mejorar las estructuras, al contagiar de su magia transformadora el núcleo social que viene a visitar".
Así, completa Tausiet, "una cosa es la película (que contiene un resumen de varios episodios procedentes de los ocho libros sobre Mary Poppins) y otra, los libros, con muchas más aventuras y, en general, un humor más mordaz. Aunque ello no significa que los libros sean mejores que la película, sino que pertenecen a otro género".
Fotograma de la película 'Mary Poppins' de 1964. Imbd
En cualquier caso, peli o libro, el personaje se ha integrado que en el imaginario colectivo de varias generaciones. Y ello queda demostrado no sólo por los dos casos expuestos al principio, aquí van dos ejemplos más:
Luisa Barbieri, médica, escribió La sindrome di Mary Poppins, cuyo subtítulo dejaba clara su intención: "Historias verdaderas de mujeres que no se dieron por vencidas", historias con las que Barbieri ilustra su tesis: dentro de cada mujer, en la habilidad femenina de entender, apoyar y dar la bienvenida, habita una pequeña Mary Poppins. A veces, sin embargo, este papel tiende a crecer hasta que domina el mundo interior, encerrándolo en la jaula de estereotipos y la esclavitud a un sistema declinado al masculino. Así es como nos convertimos en esposas, madres e hijas listas para el sacrificio personal, dedicadas a una existencia que otra persona imagina y representa, hasta el punto de sufrir la incomodidad de vivir.
Por otro lado, tal y como explicaba Juan Fernando Sellés en Antropología para inconformes, los psicólogos distinguen varios tipos ideales de yo, uno de los cuales (número 7) es el que ejemplifican Mozart, Peter Pan… o Mary Poppins: "son perpetuamente niños; irradian alegría y optimismo; atentos al instante; curiosos; evitan el dolor; transmiten entusiasmo; divertidos, con humor contagioso, etc".
El libro que se me atragantó
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Al cabo, si Mary Poppins vuelve es porque la necesitamos. Cuando me intereso por la vigencia del personaje, María Tausiet me dice que "estando tan reciente el movimiento #MeToo, parece que la respuesta obligada es que se presenta como una mujer independiente, que no admite imposiciones ni paternalismos. Pero no es sólo eso. Hay mucho más que los lectores del libro descubrirán cuando se zambullan en sus páginas".
Y Cristina Pérez Valverde sostiene que "puede leerse como una metáfora de la feminización de las estructuras, de su humanización, en el sentido de poner en valor modelos de organización alternativos basados en la escucha, el amor y la generosidad". Mary Poppins nos anima a trabajar por la transformación del mundo, lo cual es particularmente importante en el momento actual, para alumbrar "un mundo distinto en el que no primen los intereses económicos sino el bienestar de las personas y los grupos humanos. Y en el que se respeten todos los seres vivos. "Los animales desempeñan un papel fundamental en las novelas de Travers. Mary Poppins conversa con ellos en muchos capítulos de la saga. A través de su comunión con todas las criaturas y la naturaleza en general el aspecto ecológico está muy presente. El suyo es un universo poblado por seres marginales y diferentes, seres dotados de una magia y una cualidad especial"
El mundo tiene mucho que aprender de esta niñera voladora.